Solo después de que Yula se aseguró de que Ember estaba bien, el elfo dejó la cámara silenciosamente, sin querer perturbar a la chica dormida. Vio a los dos jóvenes elfos todavía sonriendo como si hubiera algo de qué alegrarse.
—¿De qué están tan felices ustedes dos? —preguntó Yula con una ceja levantada.
—Oh, Dama. Por supuesto, es porque la Señorita Ember está en celo —respondió Reya con una sonrisa astuta.
—Estamos felices porque no tardaremos en ver a la descendencia de Su Majestad.
Clio solo pudo asentir en acuerdo, incapaz de decir eso en voz alta porque no era tan abierta como su prima mayor.
Yula suspiró al darse cuenta de que había un malentendido. —El sangrado de un humano es diferente al nuestro.
—Sí, usted nos dijo que ellos sangran mensualmente —respondió Reya con prontitud como una buena estudiante.
Support your favorite authors and translators in webnovel.com