Los ojos de Julia se ensancharon al oír lo que Avice acababa de decirle. Miró de un lado a otro a Román y a la criatura que inicialmente pertenecía a Joaquín. La criatura miraba a Román en trance.
—Pensé que la criatura había hecho un trato para adherirse solo a una persona —dijo Julia, con el latido del corazón aumentando de preocupación.
—Las criaturas de la puerta prohibida prosperan en cuerpos más fuertes y ágiles. Algo que pueda servir y llamar hogar, encontrando el propósito correcto —respondió Avice—. Sigue manteniendo el domo fuerte. Cuanta mayor sea la presión, más intentará la criatura liberarse completamente de Joaquín. Será más fácil matarlo con la criatura ya no de su lado.
—¿Sabías que esto iba a suceder? —preguntó Julia—. Román ya tiene suficiente oscuridad en él.
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