—¿Cuándo fue la última vez que tuvo lugar un ataque aquí? —preguntó Damien a uno de los guardias.
—Hace casi tres meses, Señor. Hemos conseguido que la gente nos escuche siguiendo las reglas.
—¿Qué tipo de reglas? —preguntó Damien, de pie fuera de la oficina del magistrado mientras dejaba a Penny con el magistrado.
—Les hemos pedido que no salgan del pueblo después de las seis en punto. La campana de la iglesia suena todas las mañanas y por la noche para asegurar que todos la escuchen. Con cada campanada de la mañana, salen después de que nos aseguramos de que el área está libre y clara de cualquier actividad sospechosa.
—¿Y qué si atacan las brujas o vampiros trastornados? No me digas que has hecho amistad con las brujas —Damien inclinó la cabeza en señal de pregunta.
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