Días después...
La idea de jugar con armas entusiasmó tanto a Cielo que olvidó una de las cosas más extrañas en las palabras de Dominic en aquella ocasión en el gimnasio.
—¿Dijo que tiene amigos?
Ahora que llegó el día de la práctica de tiro y ambos, esposo y esposa, iban de camino al club campestre, esta pregunta cruzó su mente.
—Cariño, mi esposo, ¿dijiste que ibas a encontrarte con tus amigos? —preguntó Cielo, girando la cabeza hacia la persona sentada a su lado en el asiento trasero.
—Mhm. —Dominic asintió, un poco sorprendido por esta súbita pregunta al azar.
—¿Tienes amigos? —exclamó ella en un suspiro, atrayendo la atención de las dos personas en el asiento delantero: el conductor y Dane Zhang.
Dominic parpadeó con mucha ternura. —Sí tengo.
—Eso es... nuevo. —Cielo se aclaró la garganta mientras Dominic se reía entre dientes. —No sabía que tienes amigos.
สนับสนุนนักเขียนและนักแปลคนโปรดของคุณใน webnovel.com