Después de enviar a Axel a hacer un recado, Cielo se preparó para salir. Puesto que Oso estaba con ella, nadie la detuvo cuando se excusó diciendo que iría de compras. De pie en el ascensor, Oso no pudo evitar mirar por encima del hombro hacia Cielo, que estaba detrás de él.
—El jefe dio una orden —dijo, rompiendo el silencio en el elevador. Oso echó un vistazo a los números sobre la puerta, solo para ver que casi estaban en el piso 60. —Parece que el piso 60 estará vacante pronto.
—Eso es tan típico de él. —Oso miró hacia atrás a Cielo con su respuesta despreocupada, solo para verla recostada contra la pared—. Oso, esa persona no es solo un acosador.
Se formaron líneas profundas entre sus cejas, caminando en el mismo lugar para mirarla adecuadamente. —¿No es solo un acosador?
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