Mientras tanto…
—Oso echó un vistazo al espejo retrovisor para comprobar si Cielo estaba durmiendo. No estaba. Cielo simplemente estaba inusualmente silenciosa mientras miraba por la ventana como si no estuviera mentalmente presente.
«¿Por qué siempre me pregunto qué habrá en su mente?» se preguntó, enfocando su atención en la carretera que tenía delante. «No es como si ella fuera Hera para preguntarme qué tipo de idea podría cruzarse por su mente».
—¿Enciendo la radio? —preguntó Oso después de otro minuto de puro silencio, pero nunca recibió una respuesta de ella. Miró una vez más por el espejo retrovisor, solo para verla mirándolo de reojo.
Oso casi se sobresaltó, sin esperar que ya estuviera mirando hacia el asiento del conductor.
—Oso, ¿qué opinas de Paula Shen? —preguntó ella con un profundo suspiro, haciendo que él levantara las cejas.
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