—Adelante entonces —dijo sonriendo Mo Qiang a Long Ju—, haciendo que su expresión se tornara tormentosa. Porque tanto Mo Qiang como Long Ju sabían que Long Ju no se atrevería a divulgar esta información fuera, de hecho, haría todo lo posible para asegurarse de que nadie llegara a este lado de la dimensión.
—Parece que la Señorita Qiang no dará un paso atrás hasta que vea su ataúd —declaró Long Ju con una tormenta fría gestándose en sus ojos. Era una mujer atractiva con cabello plateado muy similar al de Mo Xifeng y sus ojos eran agudos y levantados, lo que hacía que sus rasgos fueran delicados y atractivos, pero como tenía un aura sombría, incluso siendo hermosa, eclipsaba su belleza.
Y ahora que ya no sonreía, Mo Qiang podía ver que la mujer frente a ella era bastante amenazante.
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