Un ojo por ojo, venganza perfecta.

Yi Yazhu no se atrevía a decir nada. Temía que si hablaba, entonces sería enviado a la prisión de Escarcha Fría. Cabe destacar que aunque se le llamara prisión, ese lugar era un campo de ejecución.

Una vez que un criminal ponía un pie dentro de ese lugar, estaba destinado a morir. La Emperatriz se encargaba personalmente de la ejecución de los prisioneros y se podía decir que la muerte de esos prisioneros era terrible. 

Aunque Yi Yazhu no había hecho nada demasiado grave, cuando pensaba en su familia solo podía cerrar la boca.

—Yo soy… no tenía intención de hacer daño, solo quería uno de los núcleos para ganar dinero —le dijo honestamente a Mo Qiang mientras intentaba apartarla de él. El agarre en su muñeca era tan fuerte que podía oír un leve crujido en el hueso de su muñeca. Si Mo Qiang aplicaba más fuerza en su muñeca, entonces perdería la mano.

Y el agarre en su garganta, aunque no era lo suficientemente fuerte como para ahogarlo hasta la muerte, aún le dolía.