—¿Qué estás haciendo? ¡Muévete! —gritó Xiao Jiao justo en el oído de Mo Qiang. Pensó que la última estaba demasiado asustada como para moverse, por lo que intentó sacar a Mo Qiang de su aturdimiento, pero ¿quién hubiera pensado que Mo Qiang no estaba quieta porque estuviera asustada?
Mo Qiang estaba quieta porque estaba escribiendo su testamento.
Xiao Jiao: ( ´∀`)
—¡Sé seria, por favor! ¿Qué tienes que escribir en un testamento de todos modos?! —Xiao Jiao abofeteó a Mo Qiang cuando vio que la mujer estaba escribiendo su testamento y enviándoselo a Mo Xifeng a través de una gota de estrella. ¡Tenía que estar bromeándola! ¿Cómo puede alguien rendirse sin luchar por su vida?
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