Apuestas pesadas

—¡Señora Lian, se está excediendo! —Mo Yan se levantó inmediatamente de su silla cuando oyó a la Señora Lian desafiar a su hija a un duelo. Esto habría estado bien si su hija fuera un meca-morfo, pero no lo era, ¿cómo podría aceptar este duelo?

—Simplemente estoy haciendo lo que una esposa debe hacer cuando el honor de su marido está en juego, hermana Yan. No me digas que ni siquiera permitirás esto. Quiero decir, está bien si quieres proteger a tu hija, pero yo también tengo el derecho de proteger la reputación de mi marido —dijo la Señora Lian con una indignación justiciera simulada mientras miraba a Mo Yan, quien estaba tan enojada que todo su cuerpo temblaba.

¿No significaba eso que la hija de ella no era una guerrera, y que la Señora Lian simplemente le estaba complicando las cosas a Mo Qiang?

—Señora Lian