Lo que se te permite hacer

Nan Luo no podía recordar los detalles exactos de lo que pasó después. Solo podía recordar que atacó a su padre y lanzó aquel bol en su dirección.

Gritos y alaridos llenaron el lugar mientras él discutía con su padre.

Le costó todo para poder calmarse y no matar a su propio padre frente a él. A pesar de que Nan Hua ya estaba en esa condición, él podía recordar cómo ella tiraba de su manga, pidiéndole que no lo hiciera.

Su corazón dolía mucho cuando recordaba esa escena.

La conmoción fue tan grande que incluso se extendió hacia afuera. Más tarde, Nan Luo también se escapó ignorando las heridas que había sufrido por eso. Lo único que le importaba era salir de esa jaula y encontrar a su abuelo.

Salieron de ese infierno.

Pero ya era demasiado tarde.

Su hermana alegre y brillante había desaparecido.

Su madre amable y cálida se había ido.

Su mundo se desmoronó.