Zorra se delata a sí misma

Peter la miró de arriba a abajo, y justo cuando estaba a punto de hablar, sus ojos se llenaron de lágrimas. —Peter, ¿tú también sospechas de mí? Hemos estado juntos durante dos años. ¿No puedes confiar en mí? Salvé tu vida en aquel entonces. Casi muero por ti, y aun así, ¡no confías en mí! —sus ojos se inundaron de agravio.

Peter cedió inmediatamente.—No lo decía en serio. Por favor, no llores...

Susan se apartó de él. —Si no puedes confiar en mí, ¡mejor no nos casemos!

Después de decir esto, Susan salió desalentada.

Con ansiedad, Peter se giró para ver a María y Ellis siendo escoltados fuera por los bomberos. Al ver que no estaban gravemente heridos, inmediatamente corrió tras Susan.

Sin embargo, los Olsen no les prestaban mucha atención. Se acercaron a encontrarse con Ellis y María.

María todavía estaba en pijama, su vientre ligeramente protuberante después de tres meses de embarazo, pero debido a su figura esbelta, uno no podría notarlo a menos que mirara de cerca.