Autumn se metió corriendo en su habitación, cerrando la puerta detrás de sí. ¿Por qué la tomaba él? Su mente se aceleró con un torrente de emociones: ira, frustración, incredulidad. Se apoyó en la puerta y cerró los ojos por un momento. El enfrentamiento con Pierce había sido más intenso de lo que había anticipado y la dejó sintiéndose cruda y expuesta.
Momentos después, un suave golpe en la puerta interrumpió sus pensamientos.
—Autumn, ¿estás bien? —La voz suave de Gabriel sonó a través de la puerta.
Dudó por un momento antes de responder.
—Sí, estoy bien. Solo necesitaba un momento. ¿Se ha ido?
Escuchó su suspiro a través de la puerta y trató de escuchar atentamente.
—Sí. Lo eché fuera y le advertí que no te molestara.
Autumn asintió.
—Oh... Gracias.
Hubo silencio después de eso y se preguntó si él se había ido. Pero antes de que pudiera moverse para comprobar, su voz sonó de nuevo.
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