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Capitulo 10

Elías tomo el libro y miro directo a los ojos de Raf. Cada vez estaba mas seguro que su decisión de vivir aquí era la correcta, el líder de esta tribu demostró estar a la altura de su posición. Pocas veces había visto al líder de una organización, reino, aldea y demás, que siguiera un protocolo sin importarle la posición o historia de un visitante.

—Estoy listo. Pregunta lo que sea.

—Bien. Primera pregunta:¿ Recuerdas algo de alguna vida pasada?

—No—respondió con un poco de sorpresa. No espero que comenzara desde ahí, por que había contestado la misma pregunta antes.—He intentado por varios medios recordar alguna vida pasada. El problema es que siempre surge un bloqueo que me impide indagar.

—Ya veo—murmuro.

Raf no estaba tan seguro de esa respuesta hasta que lo confirmo con la matriz. La probabilidad que el héroe llegara a la isla sin tener parte de sus recuerdos es imposible. De las miles de millones de posibilidades, esta no debería de ocurrir. No obstante, analizo unos segundos a su invitado y llego a una hipótesis.

"Es posible que su llegada este relacionada con el misterio que dejo aquel héroe en las ruinas de Babel. Nadie de la isla excepto las sacerdotisas de clan Kitsune saben lo que se oculto en ese enigmático lugar "pensó. El conocimiento del Héroe y la Reina Demonio siempre ha estado abierta al publico, pero son pocas cosas las que están reguladas por los lideres de la isla. "Además, la fuga de energía en su cuerpo forma diminutos y fuertes hilos que van en la dirección de la montaña de Babel".

Desde que lo vio dormido en la playa, Raf estaba impresionado por el poder del joven. A pesar de tener una cantidad incalculable de energía arrebatada, no sufría daños irreversibles. Es mas, la condición tan saludable del héroe hizo que dudara si sus sentidos y experiencias comenzaban a degradarse.

—...Bien. Segunda pregunta:¿ por que buscas una vida mas calmada?—pregunto. Si no obtuvo sus recuerdos, no había una razón valida para buscar una vida así.—Alguien de tu estatus y prestigio podría vivir cómodamente en los territorios de las razas. O por el contrario, completas pocas misiones de alto rango y consigues suficiente dinero para vivir en paz.

—No tengo problemas en contarte la historia, solo espero que guardes esta información—hablo resignado. A menos esperaba que ordenara a los tres individuos ocultos que no revelaran nada.—Cuando este listo, no me importaría contarle a los demás.

—Esta bien. Este secreto quedara entre los dos.

Elías empezó a relatarle el inicio de su viaje hasta su retiro en la batalla final. Omitió ciertos temas confidenciales de sus conocidos y algunos eventos que no contaría hasta conocer por completo a la otra parte. También, resumió la historia para no tardar mucho tiempo y retener al líder de sus labores.

—...Y eso seria todo—termino. Tomo un pequeño respiro para recuperar aire y se recompuso.—Hay algunas partes que me salte por que son confidenciales o no me siento listo. Veré el momento oportuno para contarte lo demás. Te pido disculpas si no cumplí la segunda pregunta.

—Esta bien. Con esta información me conformo—hablo Raf. Trato de ocultar su pesar por el joven con un rostros serio y suspiro.—Sé que suena mal preguntar esto, pero, ¿como te sientes al abandonar el campo de batalla?¿No tienes deseos de regresar para ayudarlos?

—La verdad es que no importa como se siento, lo importante es la paz de todas las razas, incluida los demonios, perdure por otros doscientos años—respondió con una sonrisa amarga.—Yo...No se que pensaran mis antecesores, pero pienso que todos pueden coexistir.

Elías estaba seguro que todas las razas se reirían por tal objetivo. El mero echo de creer que la paz entre ambos bandos funcionaria es una idea digna del repudio y odio de todos por igual. Sin embargo, en el trascurso de su viaje comprendió que los cuentos de los demonios se alejaban mucho de la realidad. Tanto era así que, cada mañana se limpiaba las manos con culpa y remordimiento.

—Eso es imposible, siempre habrán disputas. No te lo tomes a mal, es un buen sueño. Ojalá que un día suceda.

—Discúlpame, creo que me malentendiste—detuvo con sus manos. Acaba de darse cuenta que sus palabras sonaban muy surrealista.—Trato de decir que todos pueden relacionarse, al igual que hacemos las razas. Sé que habrá un conflicto, si en una aldea sucede cada cierto tiempo, es estúpido creer que se llevaran bien. Yo hablo de una relación menos conflictiva.

—Entiendo. Me confundí un poco por tu relato. Este pensamiento se debe a lo que falta, ¿cierto?

—Si.

Elías mantuvo su semblante amargo al recordar algunos sucesos pasados. A diferencia de todas esas historias sobre que el héroe se volvía fuerte, conseguía el amor, triunfaba contra su enemigo y regresaba victorioso a su patria, su historia estaba plagada de errores. Incluso si no eran suyos, ver como la mayoría rezaba y engrandecían al héroe lo enfermaban. No había día que tuviera ganas por vomitar.

—Ok. Ultima pregunta:¿cual es tu Autoridad?—pregunto con mucha seriedad. Necesitaba estar al tanto de las capacidades del chico y crear contingencias por si era afectado por otra Autoridad u ocurría un imprevisto.—Esta vez ocupo que me explique con detalle tu Autoridad. Puedes guardar algunos detalles, si quieres, pero debes mencionar lo suficiente para garantizar una mayor compresión.

—¿Acaso no tienen información de mi Autoridad?

—No se, esa clase de información esta clasificada para los lideres de la isla. Aunque dudo que posean tal conocimiento, los héroes y Reinas demonio son fuertes sin ellas.

Elías asintió y revelo las habilidades de su Autoridad. Guardo ciertas características pasivas y activas para no generar un miedo inconsciente en el líder y la tribu. Incluso él, el dueño de esta Autoridad, tenia miedo de la versatilidad y las casi nulas limitaciones. Además, se aseguraba de tener un seguro por si la información se filtraba a través de una Autoridad o espías.

Raf escucho la Autoridad de héroe y no pudo evitar tener temor y admiración. El poder es capaz de consumir a la mayoría en una espiral de arrogancia y superioridad. El hecho que este joven no tuviera una pisca de ambas al poseer semejantes poderes, demostraba lo buena persona que era. Por otra parte, la actitud que usaba al contar sus habilidades recalcaban la seriedad que tomaba al utilizarlas.

"Es bueno que un poder como este haya nacido en alguien como él. No me imagino lo que sucedería en el exterior si alguien con un corazón oscuro poseyera una parte de esta Autoridad" pensó temeroso. Tenia una idea del alcance de la Autoridad, y era muy terrorífico. Las vidas que podía extinguir con un simple deseo son vastas. "Si la Reina Demonio es la única capaz de igualar al héroe, no quiero imaginarme como será tu Autoridad".

—...Ese es el poder de mi Autoridad.

—...Ya veo...Debo decir que estoy agradecido que poseas tal Autoridad.

—¿En serio?—pregunto intrigado.—No creo ser digno de mi Autoridad. A veces pienso otros son mas dignos de tenerla.

—Te equivocas. Una Autoridad como esta no es para cualquiera. Que seas tú su usuario es muy tranquilizador...

Elías abrió un poco los ojos por esas palabras y tuvo una pequeña sonrisa. Su abuelo había dicho las mismas palabras el día que uso por primera vez la Autoridad. Esa vez quedo aterrado por sus habilidades y sentía que no se los merecía, pero su abuelo conto una historia de su juventud y comento lo que aprendió de esta experiencia.

—...Volviendo a las preguntas, tengo una ultima:¿ Que quieres hacer?

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