764. Maestro

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El castillo en la isla no era viejo, pero no había ni la más mínima grieta en su superficie. Tampoco había ninguna marca negra en él. Era como si la Tribulación del Cielo no hubiera atacado ese lugar en absoluto.

Yet, Noah y los demás estaban seguros de que la tormenta de rayos había caído allí debido a las marcas en las ruinas. Parecía que los rayos de relámpago habían evitado conscientemente el castillo.

No hace falta decir que el descubrimiento sorprendió a los tres, pero también avivó su curiosidad. Era la primera vez en casi quince años de exploración que encontraban una estructura intacta en el dominio de las bestias mágicas.

—No siento ningún peligro —dijo Noah mientras su consciencia se extendía en el ambiente.

La isla era pequeña, por lo que el aura irradiada por el castillo lograba cubrir toda su superficie. No había ni una sola bestia mágica allí. El lugar estaba vacío, excepto por las ruinas y el castillo.