Civilizado

Mientras se apresuraban hacia la puerta principal, de la mano, Alicia se detuvo de repente al darse cuenta de que Ezequiel todavía estaba completamente desnudo. —Espera... ¿Estaba él... oh, buen Señor, tenía la intención de abrir la puerta estando totalmente desnudo? ¿Este hombre no conoce límites?

No pudo hacer otra cosa que separar sus labios en incredulidad. Ella entendía que a él no le importaría en absoluto porque, bueno, ¡con un cuerpo así, a quién le importaría?! Pero aún así...

Él se volvió para mirarla y Alicia estaba a punto de hablar y señalar ese asunto muy importante, por si acaso aún no se había dado cuenta, lo cual era altamente improbable, incluso para ella, pero él colocó su dedo índice sobre sus labios para silenciarla antes de que pudiera hacerlo.

Luego, él la volvió a jalar y abrió la puerta. ¡Oh, por Dios!