Comercio

Lilith también se dio cuenta de que había algo extraño en la forma en que Ezequiel se detuvo y se volvió para mirarlos. Al enfocarse en la dirección de sus ojos, notó que no la estaba mirando a ella, ¡sino al lugar donde estaba Alicia!

—¿Es posible que él también pueda verte? —susurró suavemente Lilith al ver la mirada sospechosa que apareció en los ojos de Alicia—. Él devolvió a todos esos demonios al vórtice oscuro por sí solo. Es demasiado poderoso. Tal vez su tipo de ojo demoníaco izquierdo en realidad pueda verte también —estaba haciendo una conjetura.

Alicia se enfrentó a Lilith, su expresión ahora pensativa.

—No lo creo —debió de sentir algo, pero no debería haber forma de que él pudiera verme. Porque solo las reinas brujas son las que poseen la habilidad de verme en mi forma de espíritu. Nadie más, ni siquiera los demonios.