—No voy a continuar a menos que aceptes mi petición —ella hizo pucheros y Alejandro entrecerró los ojos—. ¿Por qué te opones tanto? ¿Es porque eres malo en los juegos? No te preocupes, te enseñaré —agregó, mientras comenzaba a instarlo y persuadirlo—. Incluso lo animó como si de repente se convirtiera en una dependienta de unos grandes almacenes.
—Te prometo que será divertido. Y... como recompensa, recibirás un buen masaje de mí. ¡Esto es como una promoción de dos por uno! ¡Estás obteniendo una ganga!
Support your favorite authors and translators in webnovel.com