Clay no le dio mucha importancia. Como amigo, en realidad quería llevar a Ethan Smith.
Mientras hablaban, Ethan se acercó desde una corta distancia.
Al ver a Guinevere Lee frente a él, las cejas de Ethan se fruncieron ligeramente.
Por el contrario, Guinevere tenía una actitud amistosa. Sonrió y dijo —Encantada de conocerte, señor Smith.
Ethan asintió con la cabeza como forma de saludo.
—Ethan, apúrate y prepárate. ¡Vamos de compras pronto! —dijo Clay emocionado.
Ethan miró a Guinevere y sacudió la cabeza —No voy a ir.
—¿Por qué? ¿Qué vas a hacer en casa? —se quejó Clay.
—Ustedes dos tortolitos van de compras. ¿Para qué necesito ir yo? Deja que Alfred se quede conmigo —dijo Ethan indiferentemente.
Con estas palabras, dejó clara su postura y le recordó a Clay.
Aunque Clay era juguetón, no era tonto.
Al escuchar las palabras de Ethan, murmuró —Eso es cierto. No llevaremos a dos bombillas.
Guinevere frunció el ceño ligeramente, sintiéndose infeliz en su corazón.
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