Al día siguiente.
Ethan Smith todavía estaba acostado en la cama con los ojos cerrados cuando se escuchó un golpe en la puerta.
Cuando la puerta se abrió, se vio a Tilda Avery de pie en la entrada.
—Señora Avery —Ethan rápidamente la hizo pasar.
Tilda asintió ligeramente y se sentó frente a Ethan con el desayuno en la mano.
—Desayuna primero —dijo Tilda.
Ethan no se hizo de rogar y comenzó a comer sus comidas inmediatamente.
—Hoy vine para darte una buena noticia —dijo Tilda con una sonrisa.
Los ojos de Ethan se iluminaron, y apresuradamente dijo, —Señora Avery, por favor dígame.
Tilda sonrió, —Después de nuestra discusión, hemos decidido infundir el Poder del Santo Marcial en tu cuerpo.
—¡Gracias, señora Avery! —Ethan estaba muy contento y se levantó rápidamente para agradecerle.
Tilda se rió, —Si quieres agradecer a alguien, agradece a tu Maestra del Pabellón. Es porque ella está dispuesta a abogar por ti que confiamos en ti.
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