¡Veremos Mañana!

—En este momento —se hizo una llamada al teléfono de Su Qingmei.

—Su Qingmei estaba asustada.

—Estos días, realmente tenía miedo de contestar el teléfono.

—En cuanto lo cogía, habría todo tipo de malas noticias.

—Tomó su teléfono y echó un vistazo —dijo odiosamente—. Es Huangfu Haotian.

—Contesta —Yang Luo escupió una palabra.

—Su Qingmei asintió y contestó la llamada, activando el altavoz.

—Su Qingmei, ¿no lo has pensado bien? ¿Realmente quieres seguir peleando con nosotros? Ahora que tu Hua Mei Biomédica está en completo caos, ¿cuántos días más puedes aguantar? ¿Vas a declararte realmente en bancarrota al final? —sonó la voz frívola de Huangfu Haotian.

—Antes de que Su Qingmei pudiera hablar —Yang Luo dijo directamente—. Huangfu Haotian, te he dado unas cuantas oportunidades. ¿Las has contado?

—El otro extremo del teléfono se quedó en silencio durante un momento antes de sonar un rugido enfurecido.