El conductor llegó y entregó la comida.
Abigail tenía una sonrisa satisfecha. Agradeció al conductor y le pidió que se fuera.
—Ahora veré cómo sales con Viviana —murmuró mientras pasaba su dedo por el termo.
Abigail cogió el teléfono y llamó a Cristóbal.
El teléfono se conectó rápidamente.
—¿Vas a salir a almorzar? —preguntó.
—¿Por qué? ¿Quieres unirte a nosotros?
Abigail frunció el ceño. Deseaba poder gritarle.
—El conductor trajo comida hace un rato. Te llamo para confirmar si vas a salir o no.
No le decía directamente que no saliera, pero su molestia dejaba claro que no quería que saliera con Viviana.
Cristóbal lo entendió todo. Estaba sonriendo, pero dijo en serio:
—Llamaste a casa para entregar la comida.
Pensó que no lo dejaría salir a solas con Viviana y lo acompañaría. No pensó que Abigail encontraría una excusa tan buena, sin embargo.
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