—¿Cuándo volverás al campo de batalla, hermanito? —Preguntó Rena después de Silenciar a los niños.
Entre el susto, la comida y el cálido pelaje de sus mascotas, habían comenzado a roncar justo después de comer su postre.
—Buena pregunta. ¿Cuándo voy a volver al campo de batalla, Orion? —Lith pasó la pregunta al General del ejército.
—Si dependiera de mí, te enviaría de nuevo mañana con las primeras luces y no te haría parar hasta la puesta del sol. —Orión se volvió hacia Elina y Raaz, dándoles una pequeña reverencia—. Lamento poner a su hijo en peligro.
—No te preocupes. Sabemos cómo te sientes. —Respondieron, pero sus muecas insinuaban lo contrario.
—Por desgracia, aliviaría mi corazón de padre y sería un desastre para el Reino. —Orión suspiró—. Antes de reanudar nuestro avance, debemos establecer una base sólida en los territorios de Thrud. Una fortaleza con cimientos de barro se derrumbaría al primer ataque.
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