—En cuanto a Verhen, sería mejor que no lo subestimes. Ya ha destruido dos ciudades perdidas y no hay garantía de que el Grifo Dorado no termine siendo la tercera si tus enemigos lo contratan para el trabajo—. Solo con mirar el ceño fruncido de Thrud, Night supo que tenía toda su atención.
La Reina Loca tenía innumerables peones y planes de contingencia en marcha, pero si algo le sucediera al Grifo Dorado, todos se derrumbarían junto con sus ambiciones de conquista.
Lith fue el único hombre que logró lo imposible, no una sino dos veces. Se suponía que las Ciudades Perdidas eran eternas y sin embargo habían caído.
—Pensé que era la obsesión de Orpal por eclipsar a su hermano hablando, pero ella tiene un punto. Verhen ya entró y escapó de la oficina de Sevenus, algo que ni siquiera Jormun logró hacer—. Pensó Thrud.
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