Invitado y Espada (Parte 1)

—Claro, todavía necesito mis manos para dibujar rápidamente las runas de múltiples hechizos al mismo tiempo sin estropearlo, pero funciona de maravilla. Me pregunto por qué nadie lo pensó antes. —Dijo Manohar.

—Porque el Dominio de la Luz es difícil. —Respondió Balkor.

Él estaba en el nivel de dar forma a los constructos, pero alterarlos después de que se formaron aún estaba más allá de él. Lo había aprendido por sí mismo, sin un maestro, y solo lo practicaba como un pasatiempo después de jurar lealtad a Salaark.

Después de que ella lo tomó bajo su ala, después de convertirse en una Pluma, Balkor creyó que sus días como luchador habían terminado. La única investigación mágica que todavía realizaba era con Leegaain.

—¿Qué hay de ti? —Manohar preguntó—. Noté antes que tenías ojos brillantes y sacaste hechizos de tu trasero como si no fuera nada.