Maldito Él

Scarlett siguió caminando hacia la playa privada detrás del hotel sin escuchar la voz de Nicole.

A diferencia de las piscinas que pasó, la playa de arena blanca parecía desierta. Solo estaba ella y algunos socorristas. Estaban dispersos en varios puntos de la playa. Quizás porque el sol todavía está alto, los otros huéspedes del hotel no quieren jugar en la playa o nadar en el mar.

No eran los únicos que pensaban así, Scarlett tampoco tenía la intención de nadar en el mar. Solo quería despejar su mente deleitando sus ojos en el mar esmeralda. Decidió sentarse en una de las tumbonas, ordenadas cuidadosamente cerca de la playa.

A pesar de que el sol brillaba intensamente, la sombrilla podía protegerla del calor del sol, y hasta ahora, se sentía cómoda con la brisa fresca que soplaba desde el mar. Se quedó mirando el océano interminable frente a ella por un instante.