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Capítulo 7: Presas peligrosas

—Rayos... ya no puedo más. —entre algunos de los chicos de la academia comentaba.

—Ni que lo digas, es obvio que esto es una tortura de Tsunade-sensei. —habló entre poco aliento Inojin.

—B-Bueno, es de esperarse... ¿Crees que una profesora como ella pase por alto lo que hicieron en el salón?

—B-Bueno... supongo que es normal que los estudiantes tengan disputas, ¿no?

—No, para nada —había llegado a intervenir Shikadai entre su amigo y otro de los que eran sus compañeros—. Podría serlo en una escuela normal, pero aquí...

En una escuela perteneciente a la Ciudad Académica, no era algo de lo que pueda ser pasable en que alumnos tengan una disputa, sin el consentimiento de los profesores.

No obstante, eso nunca pasaba en esta escuela, siendo una de las más infravaloradas por ser una que tienen a los más bajos niveles 1 —además de algunos que no hayan tenido su despertar—, por eso no eran muy bien vigilados. Sin embargo, solo Senju Tsunade era la única que si tomaba en serio su trabajo, adiestrando a todos para que sean más obedientes, pero todo seguís igual.

El castigo por haber empezado un pleito sobre cual de las mejores idols de la ciudad era la mejor, tomó lugar al aire libre, en donde todos fueron obligados a correr sin descanso hasta completar 30 vueltas.

Aun cuando la principal razón del pleito entre los chicos del salón fuera por algo muy estúpido, Shikadai no pudo evitar que su amigo fuera demasiado directo sobre que ninguna de las idols que mencionaron los chicos fuera realmente buena.

—Fue culpa de Boruto por haber dicho algo como eso —aclaró el Yamanaka hacia su amigo que estaba sentado al lado—. Nunca deja de empeorar las cosas.

—Ya luego puedes desquitarte con él, no te preocupes Inojin. —suspiró Shikadai.

Algo que captó la atención del chico fue en la persona en cuestión de la que estaban los dos hablando, al igual que algunos que estaban atrás. Pero específicamente los dos mejores amigos del pelirrubio era los más atentos al frente suyo.

Miraron el campo donde corrieron minutos antes, en donde habían acabado muertos del cansancio, y ni siquiera habían terminado aún las 30 vueltas. Estaban seguros que el castigo por no terminarlas sería algo mucho peor, de parte de su sensei.

Lo que llamó la atención de los dos chicos, fue en que en esa pista habían unas pocas personas aún, y una de ellas seguía siendo Uzumaki. Él había llegado a dar con la vuelta número 21. Los había rebasado a los dos, los cuales llegaron solo a la vuelta 18.

—Él ha actuado muy diferente. —Inojin solo soltó sin despegar la vista al frente.

—¿También te diste cuenta? —preguntó el otro al mirar a su amigo pelirrubio—. Lo noto muy motivado estos días.

—Bueno, cualquiera podría estarlo luego de ese tremendo viaje a la enfermería que tuvo el lunes.

—No creo que solo haya sido eso —dijo el Nara, sin apartar su mirada del chico—. Él lo veo muy comprometido con conseguir que le llegue el despertar... ¿Qué le habrá sucedido estos días?

Muchas preguntas tenía, pero tampoco iba a preguntarle a Boruto. No quería en hacerlo decir cosas de su vida privada, pero no evitaba en lo mucho que le daba curiosidad en que impulsaba al Uzumaki a esforzarse de más.

—Por alguna razón, ahora quiero en seguir corriendo. —se comenzó a levantar Inojin del suelo mientras se sacudía del polvo de su short.

—No esperaba eso de ti —le miró Shikadai con el ceño fruncido—. ¿No quieres perder contra Boruto?

—Por supuesto que no —contestó sin dejar de mirar al que lo hizo motivarse—. Yo no quiero quedarme atrás. Además, cuando sea el festival, no quiero quedar en ridículo cuando mis padres vengan a verme.

—Dímelo a mí. Estoy seguro que mi madre es la que se enojará conmigo —Shikadai sintió un escalofrío en su espalda—. Ella más que apoyarme, me dirá que soy débil desde lejos... Ya la puedo escuchar.

El ánimo que tenía se vino abajo sobre sus hombros con fuerza. Por supuesto, Inojin lo miró de reojo con lastima, recordando que también su madre pasaría lo mismo si no consigue llegar a su despertar para tener su don de una vez.

Se aplastó las mejillas para animarse mucho mejor, y así, se dirigió nuevamente hacia donde estaba aún Boruto corriendo.

—E-Espera Inojin. Yo también voy. —luego de esa tétrica y vergonzosa situación, el azabache corrió detrás de su amigo.

Boruto los miró acercarse, así que lo más seguro es que ya estaban listos para retomar su carrera, pero aún así, le había parecido muy extraño que se hayan recuperado. Solo espera que no sea demasiado para ellos.

Sabía lo muy frustrante que son los entrenamientos y ejercicios de su profesora, pero ahora no se quejaría. Tomaría está oportunidad para mejorar su físico, también cualquiera cosa o método para mejorar.

Quería ayudar a Sumire, así que, optó por tomar estos ejercicios como lo que son; unos ejercicios para mejorar su condición y si tenía suerte, una suerte de su vida, le llegaría el despertar. De ese modo iba a poder usar su don y no sería una carga para la pelivioleta.

Nuevamente su motivación le dio mucha más energía para correr y prosiguió en seguir con la siguiente vuelta.

—Hey, Boruto va más rápido. —Shikadai se sobresaltó.

—¡Oye! —exclamó Inojin—. ¿De dónde estás sacando esa energía?

Los dos le siguieron lo más que podían, pero lamentablemente en todo el resto de lo que fue, solo consiguieron sumar tres vueltas más al final.

***

La tarde cayó de un disparo. Cualquiera que fuera un estudiante promedio y regular sería un respiro. No obstante, ese beneficio lo era para Uzumaki Boruto. No era más que las partes duras de sus días. Por supuesto, quitando todos los ejercicios físicos que su profesora le daba, al igual que a todos los de su salón.

En medio de su camino, observaba sus alrededores, viendo a otros estudiantes con variedad de uniformes. Obvio que iban pasando por allí, en su salida, luego de su largo día en sus respectivas escuelas. Algunos los reconocía; ya que unos iban perteneciendo a algunas escuelas que solo asistían estudiantes de nivel 2 a 3 por sus respectivos dones. Otros donde solo iban de nivel 3, hasta incluso de 4.

No obstante, rara vez encuentra alguno de la academia Harunoki. No le sorprendía, ya que allí tenían sus propios dormitorios y de buena clase. Si tenía que clasificarlos, serían los estudiantes ricos y nobles, pero claro, eso era debido a que allí tenían un excelente promedio de 95 a 100. Y lo más importante, tenían personas donde la mayoría son de nivel 4 y 5.

Desearía estar en esos dormitorios llenos de elegancia, o eso es lo que dicen que son al estar adentro.

Aún así, esos pensamientos soñadores se habían desvanecido por la sensación de cansancio que generaba todo el cuerpo de Boruto. No lo podía aguantar, hasta que vio una mini tienda cerca, cruzando la calle.

—«Quiero un helado.» —solo eso rondaba por su cabeza.

Solo se desviaría un poco para comprar ese helado que esperaba por estar dentro de su boca hasta derretirse. No le tardó ni 15 minutos allí adentro, y salió triunfador al tener una paleta helada de mora.

Volvió a retomar su camino rumbo al edificio de su apartamento, el cual no duró mucho gracias al tomar el autobús más cercano.

Al llegar subió por el elevador y paso a su respectivo piso, mirando con cuidado algunos de los lugares por dónde pisaba. La mañana de este día se había tropezado por el mal estado que estaba el suelo. Solo esperaba que lo arreglen pronto, porque cayó en cara y dolió, aunque también es su culpa por haber salido de su apartamento por las prisas de no llegar tarde.

Se recordaría en arreglar cuando tenga oportunidad el despertador de su reloj.

Al llegar al frente de su puerta, fue usando las llaves de su habitación, lo que prosiguió a darles vuelta y entrar, tomándose un gran respiro por ahora.

Entró a secas, dejándose llevar por la comodidad de su "santuario", en dónde dejó que todo el peso llamado "fatiga" en su cuerpo fluyera como un virus. Suspiró de lo molesto que sentía sus piernas.

—Oh, bienvenido Boruto-kun.

Una dulce voz llenó la atmósfera de su apartamento. Uzumaki miró en dicha dirección de dónde provenía esa voz femenina, contemplando a la chica de cabello violeta sentada en la habitación, mientras veía la televisión.

Ésta estaba tomando un poco de té. Había interrumpido esa actividad para tener su atención al chico, el cual se quedó muy mudo a lo que veía con el celo fruncido.

—«Es extraño que una chica me este dando la bienvenida» —pensó Boruto mientras se quedó meditando—. El sueño de todo un hombre está en frente a mis ojos 'ttebasa.

—¿De qué hablas? —preguntó Sumire.

—N-No es nada, solo cosas mías 'ttebasa.

A pesar de los días en los que ella ha estado viviendo en su mismo apartamento, Boruto seguía sin poder acostumbrarse a este cambio tan extraño. No obstante, no le pareció molesto, ya que ella parecía más que encantada, puesto que se sentía muy mal de no conseguir dónde poder dormir, ya que no era como tal una estudiante en esta ciudad, no por el momento que sepa.

Además de eso, su ropa se había adaptando a como de una persona normal. Todo su kimono blanco fue remplazada por un conjunto de ropa casual; tuvo de preferencia algo que sea muy cómodo. Aunque para un tropiezo de él, había escogido algo nada femenino y algo un poco similar a un chico.

Una playera normal, pero nada fuera del otro mundo, unos shorts, etc. No pudo evitar sentirse muy mal por esta elección, no era para nada conocedor de la modo, ya que la mayor parte del tiempo solo usaba su uniforme de verano, pero nada más, aparte de que no sabía que usaban las chicas de su edad hoy en día.

Al final solo compró un máximo de dos conjuntos para ella, ya que no tenía tanto dinero de lo cual conseguir. Nuevamente tuvo que pedirle a su madre dinero, eso no era algo de lo que se sentía orgulloso, pero necesitaba ayuda para que Sumire pueda sentirse cómoda.

Al menos, parecía que a Sumire le convenció la ropa. Eso fue suficiente para el Uzumaki, pero la mala parte fue cuando tuvo que comprarle ropa interior, aunque en gran parte de eso fueron las mismas trabajadoras de la tienda que la ayudaron a escoger.

Solo esperaba no volver a vivir por algo como eso en el futuro.

—Por cierto, creo que hoy deberíamos ir por el sector 3 de la ciudad —habló la chica con una mirada seria—. Si tenemos suerte, es posible que encontremos algo.

—Ya veo, entonces deja que descanse un poco y vamos allá.

Ella pareció más que de acuerdo con la decisión de Boruto, así que solo se dispuso a terminarse un poco más deprisa su té. En lo que lo hacía, el chico ya estaba comenzando su proceso de "descanso" en su cama.

Estuvo agradecido que su profesora no le haya dejado tarea para mañana, porque todo sería mucho más problemático.

—Hoy es jueves y solo hemos encontrado a pocos Zetsus. —dijo la joven pelivioleta mientras miraba su taza de té.

—Solo 7 en total —contestó Boruto con la vista hacia el techo—. Unos 3 por el sector 4 y unos 4 en el sector 5.

—Son tan pocos —dijo Sumire—. Me preocupa que lleguen a ser muchos más si no vamos deprisa.

En seguida ambos dejaron de hablar y solo se quedaron pensando. Ella rápidamente se terminó el té y apagó la televisión.

—Vamos.

—Si. —asintió el Uzumaki.

Las ansias ya se habían generado, así que se decidieron en no hacer más la espera. Los dos necesitan adelantar las cosas o podría en ser peor.

***

Luego de que se habían puesto de acuerdo en salir, habían tomado el metro para ir rápidamente hacia el sector 3 de la ciudad.

Boruto le había explicado a Sumire que, la ciudad académica está dividida por un total de 7 sectores, así que decidieron en ir en cada una para revisar.

Desde aquella noche en la que decidieron cooperar para eliminar a los Zetsus que estaban en Ciudad Académica, Sumire le había no solo soltado lo que sabía de ellos antes, sino que también había olvidado en mencionar que, la razón por la que habían, era porque estaban siendo incubados en algún lado.

Esto lo había descubierto por el que había visto por primera vez, ya que ella dijo que éste estaba un poco más desarrollo de lo que debería de estar, así que debió estar mucho tiempo en un lugar desarrollándose.

Los dos han estado en solo dos días buscando donde los Zetsus se "incubaban" para salir más. Mientras más tardaban, es más posible que ellos obtengan más chakra y sería más difícil para ella en vencerlos.

Al llegar al sector 3, procuraron en irse por las calles que no llegaban a pasar la gente. Se iban más por los callejones, pero cuando habían al menos alguna gente poco agradable por esos lugares, no irían por ese camino.

No quería ocasionar problemas, y mucho menos meterse en ellos. Él lo veía mal para Sumire; si no fuera los Zetsus, también están las malas hierbas de esta ciudad.

—A-Aquí, Boruto-kun... —él salió de sus pensamientos cuando vio el brazo de la chica frenándolo.

—¿Encontraste uno? —preguntó.

—Creo que si. Siento algo pequeña, pero también notorio chakra —contestó sin siquiera apartar la vista de cierta dirección.

Su mirada iba hacía un camino estrecho y oscuro por el callejón que se habían ido.

No estaban a la vista de ninguna persona. Si llegaran a encontrarse con un Zetsu no habría ningún problema con hacer algo de ruido.

Aun con todo eso en mente, Sumire siempre sugirió hacer todo lo posible para no llamar demasiado la atención, por eso usaba la mayoría de su habilidad de agua.

—Boruto-kun, espero que hayas traído algo mucho mejor —advirtió Sumire—. ¿No volverás a intentar usar algo poco práctico?

—Por supuesto que no, por eso traje este bate que compré ayer. —dijo el Uzumaki.

La primera vez que tuvieron una caza con un Zetsu, Boruto había usado una raqueta de tenis como arma, aunque eso lo había encontrado en un basurero de un callejón. La mayoría de ese momento Sumire tuvo que cubrirlo, lo que lo hizo mucho más difícil para ella.

Por otro lado, Sumire descubrió en estos días que Boruto tenía buena resistencia, pero no servía de nada contra los Zetsus con su fuerza de un humano normal, así que le sugirió algo mucho más duro.

—Solo si te haya olvidado —ella lo miró preocupada—; Los Zetsus tienen una piel muy resistente. Es imposible poder acabar con ellos a fuerza física. Por eso uso mi chakra para crear agua, la cual daña completamente su piel.

—Eh... S-Sumire-san... Sabes que, eso ya me lo dijiste hace dos días, ¿no?

—Hehe... Bueno, supongo que ya estoy en empezando a notar tu inexperiencia. —dijo con una sonrisa.

De las cosas que más se arrepiente Boruto, es en que haya demostrado en frente de ella sus errores, o algunas veces su estupidez. Ya había dejado un mal pensamiento sobre él en su mente.

—En fin... la única forma de vencerlos es usar el chakra, la cuál tú lo tienes —él la miró por su lado—, y también en darles en un punto exacto sus puntos débiles, o algo así, ¿no?

—Veo que si prestas atención —complacida por la atención del chico, ella continuó—. Y tienes razón, pero hacerlo es difícil, ya que no se sabe en qué punto su chakra está como su núcleo. Por eso se opta siempre por acabar con ellos usando chakra de un solo golpe.

—«Todo sería más sencillo si pudiera en hacer algo que hace ella.» —se sintió muy inservible, mirando su mano pensativamente.

Sumire notó esa decaída en su rostro. No le agradó mucho verlo de esa forma. Podía en entenderlo, no, no podía hacerlo porque ella podía algo que él anhelaba mucho. No podía en entender su frustración, pero tenía una idea.

Optó por ponerse enfrente suyo y sonreírle con toda seguridad.

—Boruto-kun, no te desesperes, aún con solo un bate podrás en ayudarme, así que solo cúbreme. —dijo Sumire.

—B-Bueno, supongo que tienes razón.

—Por supuesto, hagamos nuestro mejor esfuerzo —levantó las manos—. Yo me iré a encargarme de los que están a mi alcance a distancia.

—Si, yo tal vez no sea el mejor Tank, pero al menos siendo una buena support podremos pasarlo sin problemas —comentó el Uzumaki entre un suspiro—. Solo espero que no hayan más de cuatro 'ttebasa.

—C-Claro, esperemos eso —sonrió un poco penosa e incómoda—. «¿Tank? ¿Support? ¿Qué es eso?»

Boruto paso por delante de ella para ser el primero en pasar por el estrecho camino que lo llevaba hasta una de las partes más oscuras del sitio. Con suerte no habría más de dos Zetsus.

Confiaba en lo poco que sabía de defensa personal, aunque pelear contra tipos con aspecto de rábanos nunca estaba en su lista. La vida puede darte una sorpresa, como está situación en la que se había metido al conocer a la chica que tenía detrás.

Estas son las noches en las que él solo podía pensar en una cosa:

—Solo espero que no se vuelvan unas presas peligrosas 'ttebasa. —murmuró.

***

Pasaron los siguientes 16 minutos, pero solo sentían que iban en círculos por el lugar. No vieron alguna actividad diferente o rara en el área, además de que tampoco Sumire sintió un Zetsu.

Caminaron nuevamente por una segunda vuelta por el lugar, pero no hubo algo que fuera distinto, suponía que tal vez algo se le pasaba por alto, pero Boruto no pensaba así.

Tomaron un pequeño descanso mientras se sentaron en una de las pocas bancas que habían cerca.

En gran parte se sentía muy incómodo e inquietante el que no hubiera mucha gente en dónde se encontraban. Se hallaban en una mini plaza, repleta de árboles, pero sin señal alguna de algunos estudiantes, además de que, habían luces de los faros. Una suerte, así no estaría tan oscuro.

—¿Sabes? Se me ocurrió una hipotética razón de porque no encontramos al que tú detectaste. —comentó Boruto.

—¿Qué se te ocurrió?

—Recuérdame, ¿por qué razón no usas tu chakra para que te detecten a ti? —pregunta mirándola a su lado.

—Lo haría, pero si lo hago no funcionará como lo hice antes —responde la chica con una mirada pensativa—. Ellos también tienen un instinto de supervivencia. Si me detectan, estarán en alerta. Se la pensarán para acercarse.

—Mmm... ¿Y que tal si usas eso a nuestro favor?

Si estaba mal, Uzumaki lo había pensado, pero si todo lo que decía era cierto y que, al igual ellos, ella también puede detectarlos, entonces puede hacer todo al revés.

—En estos días siempre los veíamos al aire libre y sin esconderse, pero si queremos en encontrar donde se resguardan, ¿por qué no les sigues el rastro una vez que reveles tu chakra?

El rostro de la chica se iluminó del asombro mientras miraba al chico, comprendiendo su plan. Decir que estaba feliz era poco a comparación con lo que pensaba al respecto de la sugerencia del Uzumaki.

Se relajó un poco, mientras comenzaba a hacer más "notorio" su chakra, para que los Zetsus puedan detectarla. La elevó a un nivel poco visible, pero nada, pero siguió aumentando su chakra. Siguió y siguió, de poco a poco.

Lo hizo, había captado la presencia de uno, miró hacia su dirección y prosiguió a dar un salto de la banca.

Corrió en directo hacia donde estaba, pero tan pronto fue hacia él, éste enseguida se fue retirando. Lo sentía moverse rápido por el suelo, abajo del concreto.

Había comenzado una persecución hacía ese Zetsu, Boruto le siguió el paso a la chica. Lamentablemente para él, no podía en seguirle el ritmo, ¿Dónde era que conseguía esa resistencia o velocidad? Ni idea, pero era de allí por lo que se esforzaba ahora en la escuela en las "practicas" de su profesora.

Aún así, parte de su cuerpo aún estaba medio cansado por las vueltas que hizo en la escuela. Aún así, despejaba todo rastro de molestia hacia su cuerpo, enfocándose solo en Sumire, sin perderla de vista.

—¡Por aquí! —gritó la chica al doblar por la derecha.

Había entrado nuevamente a uno de los callejones, pasando entre la basura que había en el suelo, y saltando sobre unos de los botes metálicos de basura. Boruto pasó de ellos.

Al volver a doblar por otro lado, está vez hacia la izquierda, optó por incrementar su chakra. Por suerte, consiguió lo que quería, ya que detectó otro Zetsu, pero estaba un poco más adelante del que estaba huyendo de ella.

Tan pronto como el segundo desapareció, el otro que seguía huyendo fue en dirección hacia donde había desaparecido el segundo Zetsu.

—¡Sumire-san! —oyó al Uzumaki hablarle atrás suyo, a unos pocos metros.

Antes que pudiera en seguirle oyendo a lo que decía él, notó en seguida a lo que quería llegar. Miró al frente de dónde se estaba dirigiendo la presencia del Zetsu; a uno de los accesos al desagüe.

Al llegar a la placa, se detuvo en seco, en espera de Boruto, el cual llegó en seguida, pero ya estaba muy cansado. Uso el tiempo en el que pararon para recuperar aire.

—Si vamos por aquí, es posible que vayamos hacia donde se fue. —recalcó la chica, mirando la entrada a las alcantarillas.

—Y-Ya me lo... imaginaba... —oyó a Boruto sin recuperar el aliento completamente—. Sin embargo, creo que no es buena idea en bajar sin antes tomar en cuenta una cosa.

—¿Y eso es?

—¿Te gustaría entrar e ir a un lugar en el que apeste horrible? —preguntó.

Sumire se había tensado, mientras su rostro se le coloreo de un tono azulado y asqueada. Sus ojos se figuraban a un espiral, además de que sus labios se apretaron al imaginar los diferentes horribles olores que podría encontrarse allí abajo.

Sus piernas temblaron, al igual que sus brazos que se sostenían del otro. Todos esos efectos los notó Boruto, sintiéndose un poco culpable de ponerla de ese modo.

—S-Supongo que... —la vio dar la vuelta para mirarlo—, no hay nada de malo. L-Lo que... importa... es encargarse de...

—Mira, si quieres puedo bajar, y...

—No, no puedes bajar solo, es muy peligroso para alguien débil. —dijo Sumire.

—¿M-Me dijiste débil? —ahora su corazón se partió, al igual que su honor.

No pareció que la chica haya oído las quejas y el bajón del autoestima de Boruto. Solo se concentró aún en sus pensamientos sobre si entrar o no.

Siguió pensándolo ella, pero cuando estaba llegando a una pequeña conclusión, sintió algo nuevo, provenía desde otra dirección, era la de un Zetsu.

No, no solo uno, sino venía otro. Uno detrás del otro, pero no sabía con exactitud dónde vendrían; miró a la izquierda, derecha, o hasta incluso miró hacia arriba, pero todo parecía mezclarse. Como si fuera pasando por el suelo rápidamente.

Siguió así, por lo menos unos 3 minutos, pero tan pronto detectó a uno pasar por debajo suyo, también lo hizo en otras dos direcciones.

Habían aparecido más, y ni siquiera se dio cuenta antes. Se mezclaron para poder aparecer rápido.

Del suelo se fueron mostrando, saliendo de en brazos, torso, cabeza, hasta los pies, y ya estaban listos para abalanzarse contra ella y Boruto. Sus aspectos eran los mismos de siempre como estos días, ninguna diferencia de nada. Eso le tomó un respiro, pero tampoco bajó la guardia.

Fue en seguida en que Boruto también los notó cuando los vio rodearlos. Eran unos 4 en total, pero no les preocupó, en especial al chico, pero eso no significaba que eran unos seres con los que debía de subestimar.

—«¿Acaso vinieron a enfrentarse contra nosotros?» —pensó Boruto— «Tsk. Al final decidieron en ser ellos los cazadores.»

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Continuará...

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