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Capítulo 24 – La determinación de Cristina

Cristina siguió observando la espalda de Leo hasta que diana entro y cerró la puerta. Diana estaba ahí para tratar a la niña en la camilla.

Estaba realmente molesta. Ese tipo tenía comida y todos nosotros estábamos muriéndonos de hambre. Aunque podía entender las palabras de Diana que ese tipo podría matarnos a todos si quiere no pude evitar enojarme.

Cristina: Ventana de estado

Estado

Nombre: Cristina

Edad: 20 años

Constelación: Sagitario

Clase: Ninguna

Estadísticas

Fuerza: 9

Defensa: 7

Velocidad: 10

Sabiduría: 20

Encanto: 15

Habilidades:

Ninguna

Objetos equipados: Ninguno

Solo podía ver la pestaña azulada con puntos realmente promedios. ¿Cómo podía ser que mis estadísticas fueran tan diferentes a las de Diana y mi hermana?

Todos habíamos compartido nuestros estados cuando todo comenzó. Era una forma de saber lo que estaba pasando. Incluso probamos un poco nuestras habilidades.

Cristina: ¡AHHHHHGRRRR!

Estaba tan molesta que pisé fuerte, grité y me fui.

Camine con rumbo a sala de recepción en donde estábamos todos. Mi hermana me vio y se acercó a mí.

María: ¿Sucede algo?

Deje las papas y botellas de agua que lleve en una mesa.

Cristina: ¡HMPH! Ese tipo es un cretino.

María: ¿Qué sucedió?

Cristina: Llegue a entregarle la comida y ese tipo ya estaba comiendo. ¡AHGRRR!

Me senté en el piso y apoyé mi espalda contra la pared.

María: Suspirar…

María suspiro y me miró fijamente.

Cristina: ¿Qué? ¿Acaso tengo algo en la cara?

María se intentó sentarse a mi lado, pero la detuve y dijo.

María: Hoy estas enojado con el pero no te olvides que mañana saldrán en una misión. Sera tu compañero. Solo déjalo pasar talvez te ayude en el futuro. El posiblemente sea el más fuerte entre nosotros. No podemos hacer que se enoje con nosotros y abandone la misión.

Cristina salió de la sala de espera y camino sin rumbo por el hospital. No quería seguir escuchando lo mismo una y otra vez.

Subió a la azotea y se recostó mirando el cielo estrellado. Ella subía aquí casi a diario era una forma de distraerse de lo que sucedía. Desde el desastre se detuvo las emisiones de carbono a nivel mundial. Lo que permitió que la capa de ozono se regenerara y el aire se volviera más puro. Después de que la electricidad se cortó, las estrellas se habían vuelto visibles.

Estaba agarrando mis rodillas con mis brazos mientras pensaba. ¿Quizás fui un poco injusta?

Negue con la cabeza y seguí reflexionando hasta que una pantalla azul apareció en frente a mí.

Sistema: La determinación del usuario ha iniciado una misión de clase

Sistema:

Objetivo de la misión

Demuestra tu valía y derrota a un monstruo en solitario.

Recompensa: Un orbe de clase común.

Condiciones: Si el objetivo cumple ciertos requisitos la recompensa puede cambiar.

Cristina: ¿?

Me alarme al leer el contenido de esta misión. ¿Me están pidiendo que salga a morir? No tenía ni un arma o siquiera sabía sobre defensa personal. Soy una ciudadana completamente normal. No tenía la oportunidad de matar a una de esas cosas horribles. Pero solo talvez pueda hacer algo pasado mañana. Mi mente trabajo en formas de robar una muerte. El sistema solo decía que tenía que matar a un monstruo. No especifico como.

Me levanté y empecé a buscar alguna arma en el hospital. Mi primera opción fue hachas contra incendios por lo que busque piso a piso solo para llevarme una decepción. No había ninguna, solo había mangueras contra incendios. Mi segunda opción sería buscar en el ala oeste pero el camino había sido bloqueado cuando nos dividimos. El anciano había destruido el puente que conectaba las dos alas con esas balas de piedra. Estaba envidiosa cuando vi eso.

Solo me quedaba una última opción. Las bodegas de insumo. Puede que allá algo útil ahí. Me acerque en silencio y entre por la puerta. Busqué, pero solo encontré bisturís, pero sin hojas.

¡Maldición! ¡Hij*s de p*t*!

Cuando creí que todo estaba perdido Diana entro por la puerta.

Diana: Te estaba buscando. Sara te envió entrar por lo que vine a verte.

Cristina: ¿Qué pasó?

Diana: Toma

Diana se sacó una especie de estuche que tenía en la espalda.

Diana: Pertenecía a uno de los enfermeros que salieron corriendo del hospital. Es un bate de madera realizaba el baseball por diversión. Puede que te sirva ya que no hay otras cosas que puedan ser usadas como armas.

El bate era liso y de tamaño estándar. Cuando lo agarre se me fue al piso. No podía creer que pesara tanto. Esta vez con un poco más de fuerza lo levanté y le agradecí a Diana.

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