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Capítulo 20 – Misión suicida

Una vez Sonia se calmó me conto todo lo que había sucedido en el hospital desde el día 0 del accidente. Las alarmas sonaron como locos y la gente del hospital había salido despavorida. Esto género que lo monstruos corrieran tras estas personas y las que estaban dentro del hospital se pudieron salvar. Luego de eso ella activo un protocolo y sello las entradas desde su computadora. A excepción de algunas puertas que no tenían esa especie de seguridad como la de urgencias. El hospital había quedado sellado.

Los primeros días no hubo problemas, todos se ayudaban y los pocos heridos que llegaban al hospital empezaron a ser tratados. No fue hasta que la comida escaseó que los problemas comenzaron. No había suficiente alimento para repartir a todos los que estaban en el hospital por que el vicedirector dijo que ya no podíamos seguir recibiendo personas. A lo que Sonia se negó rotundamente. Ella quería salvar a toda la gente posible. Lo que mostraba su gran corazón.

La situación tensa se fue haciendo cada día más grande hasta que la gente que ella mismo salvo la traicionó y la expulsaron junto a Diana que decidió seguirla a esta área del hospital y a las pocas personas que se negaron a obedecer al vicedirector.

Sin fuentes de comida y agua han logrado sobrevivir la primera semana del desastre. Solo puedo decir que es algo admirable.

Sonia: Sob* Tenemos niños aquí dentro que no han podido comer bien en días Sob*

Abrace a Sonia y trate de consolarla. Sara ya nos había contado todo lo que había sucedido y más o menos hice mis suposiciones de lo que podría pasar.

Sonia: Por eso… ¡Por eso necesito que nos ayude a conseguir comida!

Sequé las lágrimas de Sonia y dije.

Leo: Claro. Pero considera esto la única vez, pero puedo realizarlo. Después de que Melissa se cure por completo tengo planeado dejar el hospital, pero solo no puedo traer mucho.

Aunque tenía el anillo no quise revelar esto. Si otros supieran que tenemos comida guardada en esos anillos se armaría un caos.

Sonia me abrazo aún más fuerte al escuchar sus palabras. La sensual y madura Sonia había dado un giro de ciento ochenta grados en cuestión de segundos.

Sonia: No iras solo. Tenemos algunos voluntarios que están dispuestos a ayudarnos.

Sonia me explico que existía una tienda de conveniencia en la gasolinera cerca del hospital. Sin embargo. Aunque cerca era relativo, en auto tardaríamos 15 minutos en llegar, pero a pie serian alrededor de 4 horas en ir y venir.

Salimos de la bodega de insumos, pero no sin antes que Sonia se abalanzara encima de mí y pusiera sus labios sobre los míos. Poco después se separó de mí y dijo.

Sonia: Gracias.

No tuve tiempo ni de pensar lo que había sucedido ya que Sonia me jalo y me condujo a través del hospital. Solo pude poner mis manos sobre mis labios que aun tenían la sensación de los labios de Sonia.

Llegamos a una recepción amplia en donde doce personas estaban esperando. Todos voltearon a verme con una mirada interrogativa y juzgadora. En una esquina se encontraba Julia y Alejandra.

Sonia: Me alegro de ver a todos a aquí reunidos. La razón por la que los traje aquí es para discutir más a fondo el plan.

Sonia empezó a discutir los principios del plan. Era extremadamente sencillo ya que sus objetivos eran ir y regresar con el menor número de víctimas. Esto me hizo revisar a la multitud y la que talvez se volverían mis compañeros para esta misión. La vista me decepciono mucho, solo había cinco hombres y tres mujeres de los cuales tres hombres y una mujer eran ancianos y para colmo una mujer estaba embarazada. Su vientre hinchado indicaba su avanzada etapa de embarazo.

Sonia: Por lo que estamos buscando voluntarios. Quienes estén dispuestos alcen la mano.

De los cinco hombres solo tres alzaron la mano. Uno de ellos bestia ropa de policía y solo tenía una mano, el otro era una persona robusta con una gran barriga, pero con brazos fuerte y el ultimo hombre uno de los tres ancianos que vestía de un pantalón de tela café y una camisa mangas largas. Una de las tres mujeres alzo la mano. Era la única sana en todo el grupo.

Mujer embarazada: Hermana no. No te puedo perder

Anciana: Cariño no te vayas tampoco.

Dos mujeres empezaron a sollozar intentando convencer al anciano y a la mujer de no ir. Al ver esta escena solo pude decir que era una misión suicida. Ninguno aparte del policía tenía preparación y ni siquiera tenían armas.

Ultimo capitulo de la semana. Agradezco el apoyo brindado y apreciaría si dejaran sus teorias en los comentarios y puntuaran la novela. Eso ayudara a atraer más lectores.

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