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Capítulo 211: The Last Rising Sun Parte 1

-Hace algunos años-

Aquella estrella brilló gloriosa en el centro de la gran cabina de cristal. Su luz azul hizo que todos en el lugar aplaudieran ante tal evento, aplaudieron el logro de ese hombre…

El…

El héroe de la humanidad…

Aquel hombre inexpresivo que observaba su trabajo con los brazos cruzados. Con su larga bata hasta las rodillas, con sus anteojos ligeramente rotos, él suspiró.

"Puede mejorar…"

Dijo él. Todos los demás se vieron asombrados por cómo este hombre minimiza su propio logro. Él literalmente acaba de salvar el planeta dándole una segunda oportunidad al ser humano para redimir su caos, pero incluso aquel hombre sabía que este solo es el comienzo.

Aun en su mente resuena aquel deseo; el deseo que nació aquel día cuando cayó desde lo alto.

"Aún falta mucho para que la humanidad alcance la perfección"

-En el presente-

Se movió en las sombras luego de presenciar el poder de Saber.

'Esa luz…'

Una luz que evocó un recuerdo lejano en él. Una luz nostálgica que sacudió su mente entera, haciéndolo sentir una cálida sensación en su pecho. 

'¿Nostalgia? ¿Es eso lo que estoy sintiendo?'

Él no tenía forma de encontrar una explicación a esto. ¿Por qué la luz de Saber le hizo sentirse de esta forma?

El sentimiento de ver aquella luz de alguna forma se le hizo familiar. Demasiado familiar…

'No importa. Ya tendré más tiempo de pensar en eso luego. Ahora mismo…'

La razón por la que se movía entre la oscuridad en su modo desmaterializado se debía a que en este mismo momento él está siguiendo a Kirei, quien lleva a Matō Kariya en la espalda.

Luego de que la luz de Excalibur se apagó, confundido, comenzó a seguir a estos dos tipos extraños.

Cuando se dio cuenta de donde se detuvo Kirei, Toru abrió los ojos y sintió la presencia de alguien conocido.

Frente a él se levanta la gran y lúgubre residencia de la familia Matō. 

Vio cómo Kirei dejaba a Kariya en la puerta de la casa y se iba con una expresión perturbada en la cara, como si acabase de descubrir algo dentro de sí mismo. Aún así, incluso si ese hombre lo traicionó, Toru se movió entre los arbustos al otro lado de la calle y cruzó dando un salto hasta quedarse de pie sobre la puerta.

'Aún está vivo…'

El estado de Kariya es estable. Aunque tiene quemaduras en el cuerpo, con magia podrá curarlas fácilmente.

"Pero…"

Él no tuvo la oportunidad de venir a este lugar al estar en guerra y al ser el Servant de Kirei. Sin embargo… esto… el lugar en el que Sakura está…

Hay una barrera mágica alrededor de la casa que protege el interior. Toru no podía cruzar esa barrera fácilmente, pero tampoco es imposible, pues está barrera es mucho más pobre y débil que la del Castillo Einzbern. 

Así que, cegado por el recuerdo de aquella niña tímida pero alegre, se movió con gran agilidad entre las entidades invisibles que se movían por el lugar. 

Atravesó todos los obstáculos en menos de dos segundos y luego caminó alrededor de la casa observando las ventanas y todas las posibles entradas. Claro, está en su modo desmaterializado, pero no podía arriesgarse a entrar y darse cuenta que la barrera dentro de la casa estará mucho mejor elaborada.

Era mejor hacer esto desde afuera donde hay menos seguridad.

Mientras se movía, el Shigan en sus ojos se activó de forma inconsciente. Las líneas de muerte se mostraron en la existencia, donde una larga línea dorada llevaba hasta la ventana del lado derecho de la casa.

Él siguió la línea y comenzó a caminar en la pared.

Cuando se acercó a la ventana, vio quien estaba del otro lado…

"Sakura…"

A esta hora de la noche, con una lámpara que iluminaba los libros, la pequeña Sakura estudiaba sin descanso.

Sin embargo, al verla de esta forma, algo extraño le pasó a Toru.

El abrió los ojos con horror, pues en ese mismo instante sus recuerdos de Sakura se superponen con la realidad.

Aquella niña tenía la mirada vacía, y a juzgar por su rostro, ella estaba muy cansada. Gran parte de su cabello se había vuelto de color azul violeta a excepción de las puntas, las cuales aun mantenian un poco de su color castaño. Ella estaba un poco pálida y la expresión de su rostro era muy apagada y vacía…

Además, con el Shigan, él podía ver más "vidas" dentro de Sakura, las cuales se retorcían con las líneas de muerte de esa niña.

Ella…

Ella ya no es la niña que él conoció.

El miro esto en silencio durante tres eternos segundos.

Lentamente agachó la mirada y, con el cabello cubriendo sus ojos, se preguntó:

'¿Por qué?'

Toru otra vez se vio a sí mismo reflejado en esta niña. 

Vio la mirada vacía de Sakura y recordó al niño de cabello castaño y ojos plateados, el niño que miraba sus propias heridas en el espejo…

'Yo… ¿qué he estado haciendo todo este tiempo?'

En estos últimos días él solo ha estado pensando en si mismo y en su propio deseo. Se liberó de las cadenas de su tortuoso pasado y volvió a caminar libre por su camino a la victoria. La sangre de las personas volvió a manchar sus manos y la oscuridad de su ser lo abrazó con fuerza, dejándole en claro que lo único que importa es su deseo y nada más.

Cualquiera que se meta en su camino no merece más que la muerte.

Así era hasta hace unos pocos segundos, pues de tanto pensar en si mismo, olvidó que su deseo también era para otras personas, no sólo para sí mismo.

Él no mató a tanta gente solo por su deseo. Se suponía que estaba haciendo todo esto para hacer felices a los demás, pero…

Él finalmente se dio cuenta de que todo esto lo estaba haciendo por su propio egoísmo…

Un egoísta que no pensó en nadie más que en sí mismo. Alguien que al final se olvidó de todos porque eso no le importaba.

'Sakura… ¿qué te han hecho…?'

Puso la mano en el cristal de la ventana.

Sintió una presión dolorosa en el pecho. Apretó los dientes con fuerza dándose cuenta que está niña está pasando por lo mismo que él alguna vez pasó.

'Yo permití que esto pasara…'

Quiso echarse la culpa, pero realmente él no tenía la culpa de la decisión de Tokiomi.

'Perdoname…'

Cerró los ojos con fuerza. Él no quería que alguien como Sakura sufriera como él sufrió. Ella no lo merecía. Alguien tan amable y pura como Sakura no debe ser tratada de esta forma.

Ella, como una niña normal, debe jugar, debe aprender de la vida, debe sonreír junto a sus seres queridos. Ella debe ser feliz… algo que Toru no pudo hacer en su niñez.

Cuando pensó en esto, abrió los ojos lentamente y la expresión en su rostro cambió drásticamente. Su mirada se tornó tan fría como la noche misma, acompañada de su extraño rostro inexpresivo de muñeco de porcelana. Dejó salir un frío suspiro y entonces…

'No pude hacer nada para evitar que formaras parte de esta familia. Fui una marioneta estúpida que seguía las órdenes de los demás como si fuera un perro. Irónicamente estaba haciendo lo mismo que hice en mi vida pasada, pero ahora…'

Pero ahora él es libre…

'Sakura… yo… yo destruiré este lugar… Los destruiré a todos y te sacaré de aquí. Solo necesito que resistas un poco más. Ganaré esta guerra y recuperaré todo mi poder. Cuando eso pase, a quien sea que te haya hecho daño, me encargaré de hacerlo sufrir un infierno horrible hasta que desee su propia muerte…'

Pero incluso si él quería hacer eso, no podía darse el lujo de esperar a que los demás Servants se maten unos a los otros.

'Si quiero ganar, debo acelerar el proceso de esta guerra. Aún no se cómo, pero… espérame Sakura. Volverás a sonreír feliz junto a tu familia…'

Así que, tímidamente alejó la mano de la ventana y bajó de la pared.

Vio el lugar por última vez, y luego de eso, se fue atravesando las paredes del lugar, sin importar si alertaba a las personas a cargo de esta casa.

-Horas después-

En un lugar abandonado, la sangre de dos cadáveres se había derramado por completo en el suelo.

El sol apenas ha salido, iluminando tenuemente la escena donde aquel muchacho estaba.

"Heridas de bala… lo sabía…"

Él sabía que la muerte de esta mujer sería irónica. Tal vez se debía a sus ojos que podía presentir la muerte de los demás, o simplemente eran suposiciones de un tipo que se ha vuelto loco, pero eso ahora no importaba.

Frente a él algo bueno se ha presentado.

"Con esto, supongo que Lancer está muerto"

Saber, Rider, Archer, Berserker y…

"Yo… solo quedamos cinco"

Alejándose de la escena, Toru pensó. Llegó a este lugar después de dos horas de exploración. Lo que se encontró marcó la mitad del tiempo en esta guerra. Sola-Ui y Kayneth El-Melloi Archibald están muertos, y junto a ellos, Lancer también pereció.

'Buenas noticias…'

Toru se tambaleó…

"Y malas también…"

Sintió cómo su cuerpo comenzaba a debilitarse más y más.

Poniéndolo de una forma sencilla, el cuerpo de Toru en este momento es como un colador. Si intentas verter agua en el colador, está se saldría por los agujeros de este mismo. El cuerpo de Toru está presentando eso mismo pero con el maná.

Entre más tiempo pasa, el maná en su cuerpo se drena más y más. No hay forma de detenerlo a menos que Toru logre conseguir un Master. Pero eso en este momento no es algo que él pueda hacer.

Kariya aún tiene a Berserker. Kirei no es una buena opción, mucho menos Emiya Kiritsugu quien tiene a Saber o Waver Velvet, con su Servant Rider. Tokiomi tampoco era una opción.

"Todo se complica más…"

La única forma de evitar desaparecer es matando aún más. Antes fueron poco más de cincuenta criminales, tal vez hoy sean el doble.

En todo caso…

"Tendré que visitar otra ciudad si no quiero desaparecer"

Y sin más, continuó avanzando entre las sombras como suele hacer siempre.

***

Y mientras las horas y los sucesos transcurren al compás de tiempo, una repentina reunión de Magus se lleva a cabo. 

Tokiomi organizó está reunión en la iglesia para llegar a un acuerdo con Irisviel. Él ve como una amenaza a Berserker y Rider. La única forma de avanzar en esta guerra y obtener el resultado deseado es llegar a ese acuerdo con el lado de la familia Einzbern. 

Una vez que Berserker y Rider estén fuera del camino, la guerra podrá reanudarse entre las dos familias restantes.

Esto le parecía una oferta tentadora a Irisviel, pero ella no iba a aceptar. En lugar de eso, ella misma dijo:

"Nos encargaremos de los demás Masters. A cambio, proporciona toda la información que tengas del Master de Rider y Berserker"

La primera condición fue favorable para Tokiomi. Pero había algo más.

Kirei es alguien muy peligroso en el camino de Kiritsugu. Si hay alguien que puede evitar que él gane el Grial es Kirei. Así que, para eso, Irisviel pensó en algo.

"Y también quiero que Kotomine Kirei abandone esta guerra de inmediato"

Tokiomi miró a Kirei y este entendió a lo que se refería.

"En todo caso, tenemos un trato…"

Irisviel asintió ante la afirmativa de Tokiomi y dejó la iglesia junto a Saber y Maiya.

-En dos lugares al mismo tiempo-

Fue así que la recta final de esta guerra comenzó a verse en el fondo del océano carmesí de sangre de esta ciudad.

En la noche, mientras los policías asustados veían a un monstruo matando criminales, en otro lugar, Tokiomi se despedía de Kirei dándole su testamento en caso de una tragedia.

La sangre continuó derramándose en la penitenciaría de otra ciudad.

Tokiomi le obsequió una daga ceremonial a Kirei como muestra de que él ha dejado de ser un aprendiz de Magus.

Las dagas se mueven violentamente cortando y matando.

Tokiomi se da cuenta de que es muy tarde y decide irse para continuar con la guerra, pero…

La sangre se derramó como un charco en el suelo.

Toru, rodeado de cuerpos sin vida, cerró los ojos y sintió el maná dentro de su cuerpo.

Kirei, con el cadáver de su mentor desangrándose en el suelo, pues la misma daga que le obsequió a su aprendiz ahora estaba clavada en su espalda.

Mientras Toru se preparaba para huir debido que en este momento está rodeado por la policía…

Kirei sonreía al ver el cadáver de Tokiomi.

Con esto, quedan dos días para que está guerra termine…

Continuará…

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