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Capítulo 24 - Cazador de vampiros

Con Ananastasia segura Aegon salió del baño y cortó en 2 al vampiro que se había percatado de ellos y ya se había acercado a la puerta del baño. La acción llamó la atención de muchos de los otros vampiros que no podían entender qué diablos había pasando.

Un hombre con una máscara que parecía hecha de huesos y una katana acababa de matar a uno de ellos como si fuera nada.

Salieron de estupor cuando el hombre comenzó a moverse a una velocidad que ni siquiera ellos podían seguir y estaba matando a todo vampiro que encontraba.

Esta noche el cazador se había convertido en la presa y estaban aterrados, pero solo era el comienzo.

Los gritos y la música no paraban, sangre era esparcida por todos lados, partes de cuerpos caían por todas lados para luego terminar convirtiéndose en cenizas, las personas corrían por todos lados buscando una salida, los vampiros al ver que no tenían ninguna oportunidad contra el cazador se dirigieron a la salida que aún permanecía bloqueada para no dejar escapar a ningún humano, pero fueron recibidos a tiros por un hombre de piel negra vestido completamente de negro y con unos espejuelos oscuros.

La llegada a última hora del cazador no pasó desapercibida para Aegon por lo que en el primer momento que vio que Alyssa aún estaba con vida la tomó por el cuello y la llevo hacia el baño donde estaba Ananastasia. Una vez en el baño Aegon ignoró los intentos de la vampira que buscaba liberarse de su agarre.

"Bakudo # 4 Hainawa (Cuerda Trepadora)" Una cuerda hecha con energía de color amarillo se enredó alrededor de Alyssa impidiendo que pudiera escapar cuando la soltó. "Ahora compórtate y espera aquí junto a Ananastasia."

"¿¡Qué me has hecho!?" Gritó la vampira, pero Aegon solo la ignoró y salió del baño, no sin antes poner una segunda barrera. "Kyomon (Puerta Espejo)"

Cuando salió del baño solo unos pocos vampiros quedaban con vida, aunque era posible que algunos hubiesen escapado. Solo le tomó un par de minutos más al cazador terminar con los que quedaban con vida.

Cuando no hubo nadie más comenzó a caminar hacia donde estaba Aegon con cautela y aun manteniendo una pistola en la mano izquierda y la espada de hoja fina que llevaba, en la mano derecha.

No queriendo hacer la situación incómoda Aegon hablo en cuanto el hombre estuvo cerca. "Una noche atareada diría yo." El hombre se quedó en silencio unos segundos. "No te pareces a uno de esos chupasangres, pero tampoco eres humano. He visto cómo te movías."

"Solo soy diferente, como tú, también tienes buenos movimientos. Yo soy Sauron, ¿cómo debería llamarte a ti?"

"Blade. He visto como arrastrabas a una de ellos en esa dirección." Blade indicó con su mano hacia donde estaba el baño.

"Si, hubiera sido peligroso si una de esas balas tuyas le diera. La vampiresa me debe más de una explicación por haberme traído a este lugar."

"He venido aquí a matar a todos estos chupasangres." Le dijo Blade mirándolo esperando ver cuál sería su respuesta, era molesto que no pudiera percibir su expresión debido a la máscara.

"Me temo que deberás hacer una excepción con ella esta vez." Cuando le respondió Aegon pudo ver como Blade apretaba la empuñadura de su espada y caminaba hacia él. Esperando evitar una confrontación Aegon liberó un poco de su presión espiritual, lo suficiente solo para hacer que a Blade le costara respirar. "Realmente aprecio el trabajo que haces, pero necesito a la vampira con vida a cambio dejaré que la interrogues, solo evita la violencia."

Aegon retiró su presión espiritual permitiendo que Blade pudiera respirar con normalidad otra vez. "Solo necesito un par de minutos, pero no puedo prometer que no gritará un poco."

Aegon no esperaba que Blade aceptara con tanta facilidad. "Me parece justo, solo no amputes ninguna parte de su cuerpo."

Lo que Aegon no entendía era que Blade no era ningún idiota como para no darse cuenta de cuando la situación lo sobrepasaba. Aún quedaban muchos chupasangres sueltos ahí afuera que necesitaban ser eliminados como para venir a terminar herido o peor, muerto al enfrentar una amenaza de la que él no tenía información alguna.

Ambos se dirigieron hacia el baño, Aegon tomó a Ananastasia que aún seguía dormida e iba salir para dejar a Blade hacer lo suyo, Alyssa estaba aterrada al ver el rostro de Blade.

Si Blade mantenía o no su parte del trato lo dejaría a la suerte, sería una buena manera de saber si era confiable o no. Pero antes de que saliera por la puerta escucharon los sonidos de sirenas. "Había olvidado que la policía era algo real, es solo que siempre acostumbran a llegar cuando es demasiado tarde."

Todos salieron por una salida oculta en la parte trasera del club. Alyssa estaba siendo arrastrada por Blade. Cuando estuvieron en un callejón ya alejados del club Blade comenzó a sacarle información sobre otros lugares donde acostumbraran a reunirse los vampiros.

La mujer no dudo en soltar toda la información con tal de salvar su pellejo. Ananastasia que ya había despertado estaba tratando de comprender todo lo que había visto mientras pensaba si estaba volviéndose loca o no.

Con la información que deseaba Blade se marchó después de decirle unas palabras a Aegon. "Deberías matarla, no es más que una chupasangre."

"A mí también me alegra conocerte Blade, pensaré en tu concejo." Blade no respondió.

Cuando estuvieron solos Aegon se acercó a Ananastasia. "¿Estás todavía con nosotros, no has perdido la cabeza?"

"No estoy segura. Creo que he visto vampiros. Alguien debió haber drogado mi bebida, porque los vampiros no son reales, cierto." La mujer miraba a Aegon esperando que él confirmara lo que ella había dicho, pero eso no ocurrió.

"Claro que nadie drogó tu bebida deja de decir tonterías, los vampiros son reales." Aegon hizo una pausa y luego indicó hacia Alyssa quien aún estaba atada. "Mira, aquí tenemos un bello espécimen."

Aegon se movió hacia Alyssa dejando a Ananastasia tratando de aceptar la realidad. "Ahora vampiresa, quiero que me cuentes todo sobre tu raza y lo sobrenatural."

Alyssa quien lo había visto en acción en el club lo miró con una mezcla de furia y temor. "¿Por qué habría de contarte nada?"

"No sé si te has dado cuenta, pero el único motivo por el que estas con vida es gracias a mí. ¿No te gustaría continuar así?"

"Después de salvarme de Blade no irías a matarme, he visto como me mirabas la noche entera." Sonrió la mujer de forma presumida confiada en su belleza.

"¿Estás demente? Si bien estoy seguro que disfrutaría follándote, voy a arrancarte la cabeza sin dudarlo si te pasas de lista. Mujeres hermosas hay muchas en este mundo, y tú no eres la más hermosa ni nada parecido. Así que comienza hablar o te dejo atada en una azotea para que veas la salida del sol."

Cuando escuchó esto último ya no estaba nada confiada y comenzó hablar sobre la historia de su raza, su estructura jerárquica y las áreas de influencia que tenían, resulta que la mujer estaba muy bien informada, Blade había subestimado todo lo que sabía esta mujer.

Aegon no era el único que escuchaba atentamente, Ananastasia se había acercado y estaba escuchando también, Aegon estaba un poco sorprendido de que la mujer se hubiera calmado y se mostrara interesada en lo que estaba diciendo Alyssa.

"Increíble, pensar que existe un mundo oculto en las sombras. Lo que no entiendo es porque los humanos que han descubierto la existencia de los vampiros nunca han intentado revelar la verdad. Si el mundo supiera, exterminar a los vampiros no sería imposible con las armas de hoy en día y nuestra superioridad numérica." Quien hablaba era Ananastasia.

"No estés tan segura, después de tantos años nadie puede predecir que tan bien preparados están los vampiros, además podrían comenzar a incrementar sus filas convirtiendo a los humanos en masas. También están los humanos que no les importaría traicionar su propia raza por el sueño de una larga vida."

Alyssa después de escuchar la explicación de Aegon asintió. "Esas son algunas de las consecuencias que se podrían dar si una guerra estallara. Además, no somos la única raza sobrenatural."

"Cierto, los hombres lobos también son reales." Dijo Ananastasia recordando otra de las famosas razas que hasta hace unos minutos creía que solo existían en la fantasía. "Saben, lo que más me sorprende de todo esto es saber que ¡Drácula es real!"

Aegon no le hizo caso a Ananastasia y liberó a Alyssa. "¿Tienes un número al que pueda contactarte?" Le preguntó. La mujer se quedó pensativa hasta que le entregó una tarjeta con su contacto.

"Estas seguro de quieres volver a estar en contacto conmigo o tal vez es solo un número falso."

"Esto solo facilita las cosas." Le dijo levantando la tarjeta que ella le había dado. "Ahora que te conozco puedo encontrarte siempre que me esfuerce, no importa dónde te escondas." Esto no era del todo cierto, pero ella no necesitaba saberlo.

"Bueno, creo que no me importaría vernos nuevamente en mejores condiciones." La vampira había vuelto a su actitud seductora. "Ananastasia ¿por qué no vienes conmigo? Te prometo que no sufrirás daño alguno y creo que podía interesarte."

Aegon iba a decir algo, pero notó como Ananastasia estaba pensando en la propuesta así que esperó a ver cuál sería su respuesta, esa mujer desde que la conoció sabía que era algo ambiciosa.

Ananastasia respiró profundo y tomó una decisión. "Aegon si no me vuelves a ver, hazme un favor, clávale una estaca y no estoy hablando de la que traes entre las piernas." La mujer se acercó a él le dio un beso que parecía querer succionarle el aire y se marchó con la vampira.

Este día no puede resultar más raro. ¿A qué idiota se le ocurre irse con un vampiro de buenas ganas? Yo mejor me voy a dormir algo me dice que necesitaré el descanso.

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