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Capítulo 90: Nicolás Flamel

En una oficina del ministerio, Amelia estaba sentada en su escritorio y frente a ella había dos jóvenes parados.

"¿Nuevos asistentes?"

"Si/Si señora" Dijeron un chico y una chica que estaban medio nerviosos debido a la seriedad de Amelia.

"Yo no aprobé nuevos asistentes, ni siquiera fui informada de eso" Frunció el ceño.

"Si, nos dijeron que te entregáramos esto" la niña sacó una carta y se la dio.

Amelia la tomó y empezó a leerla, pero cuanto más pasaba menos satisfecha se sintió. Fudge temió un poco por su amenaza anterior de renunciar y ahora que Tonks y yo fuimos 'despedidos' decidió contratarle asistentes, sin dar la opción de rechazar.

No necesariamente era una acción de buena fe, era más para cumplir y evitar que Amelia tenga escusa para irse. Los asistentes eran novatos, casi recién graduados, que no tenían ninguna experiencia y cuyos sueldos serian casi tan bajos que no se diferenciarían mucho de Tonks y yo.

"Bien" no tenía opción "Soy Amelia Bones, su nueva jefa" Dijo algo indiferente.

"Yo soy Anna Solzfein" Dijo la muchacha enérgica pero nerviosa.

"Arthur Marrow" Dijo el joven igual de nervioso.

"Bien, esos escritorios de allí serán su lugar de trabajo" Señaló nuestros antiguos escritorios.

Ambos asistentes se sentaron, pero Amelia se sintió un poco disgustada al ver a alguien más usando esos lugares, pero como la persona recta que es no dejo que esos sentimientos cambien algo. Tomo una pila de papeles de los gabinetes y los puso frente a ambos.

"Traten de completar esto" Colocó el papeleo frente a ellos y volvió a su escritorio, tal y como lo hizo conmigo la primera vez.

"Eh... ¿Pero estos son informes de ya hace meses?" Preguntó Arthur.

"Si, lo son"

"Nosotros..."

"Solo háganlos"

Amelia siguió con su trabajo por un tiempo hasta que llegó la hora del almuerzo, donde pidió los informes que los asistentes tenían que hacer. Cuando los comprobó se sintió muy arrepentida de no poder ayudar más a Tenebrius en su juicio. No solo la cantidad de registros completos era mínima, sino que la mitad de ellos estaban mal hechos.

"Solo dire que tienen la habilidad administrativa de un metamorfomago" Pero ella sabía que por lo menos Tonks tenía a Tenebrius para que corrigiera sus trabajos antes de ser entregados.

"Hmm... ¿Gracias?" Respondieron.

"Bien, pueden salir a almorzar si quieren, vuelvan temprano... tienen que corregir estos" Separó los reportes errados.

Pasó el tiempo y los jóvenes volvieron a trabajar. Amelia no estaba tan contenta, las charlas susurradas en voz alta de sus nuevos asistentes la molestaban, no podía evitar comparar.

"Señora Amelia" Preguntó Arthur.

"¿Si?"

"¿Por qué defendió al 'Mr. Madman'? Escuché cuando fui a almorzar que usted actuó como defensora y que fue gracias a usted que quedó libre ¿No mató a decenas de personas?"

"Escuche que bajo el nombre del ministerio mataba a los fugitivos con las columnas de sus camaradas" Comentó Anna un chisme que escucho.

"No sé cómo una persona como esa logró trabajar con usted, no es digna siquiera de poner un pie en el ministerio. Si hubiera sido yo lo hubiera mandado a Azkaban sin dudar la primera vez que lo vi, no creo que sea merecedor de su ayuda. Por lo menos ahora tiene asistentes que no son asesinos psicópatas" Bromeaba sin pensar, como no vio a Amelia tan estricta como escucharon, sintieron más confianza, sin saber que cada palabra que salía de su boca era más peligrosa que la anterior.

"Arthur" Lo detuvo Amelia "Considero que, que mis trabajadores den sus opiniones, es algo muy constructivo y útil... estás haciendo que deje de creerlo. Por favor cállate" Lo miró fijamente causando que se estremeciera, además del tono juzgador que usó.

El resto del dia ambos asistentes notaron que sus comentarios habían enfadado a Amelia y se quedaron callados la mayor parte del dia. Una vez llegó el descanso de la tarde, ambos jóvenes salieron por un café, pero cuando volvieron trajeron con ellos un ramo de flores y un paquete con un pastel.

Cuando Amelia los vio sintió algo de compasión al verlos traerles regalos, pero aun así no iba a salir de su seriedad habitual solo por eso.

"Traer regalos no les hará ganar puntos conmigo, si de verdad quieren ver mi lado bueno, esfuércense en su trabajo y demuestren su habilidad o perseverancia" Les dijo, pero ambos jóvenes parecían avergonzados.

"Señora Bones..."

"Nosotros... no le trajimos esto... pero podemos si quiere"

"¿Qué? ¿Qué es entonces? No apruebo que traigan asuntos personales al trabajo" Se quejó, pensando que sus asistentes 'ligaban' entre ellos dentro del ministerio.

"No, señora Amelia, esto es para usted" Anna tembló un poco "Solo lo recogimos por el camino"

"¿Para mí?" Ahora estaba más confundida que antes.

Tomó la carta que estaba con las flores y cuando la leyó la tiro contra su escritorio molesta. La carta decía:

'A la mujer más hermosa del ministerio,

de parte de tu más devoto enamorado.

Unas flores no tan bellas como tu misterio

para conciliar nuestro amor por ti condenado.

Y un pastel de calabaza personalmente por mi horneado

y mis deseos de estar juntos en un futuro no muy lejano'

La próxima vez no habrá rimas,

pero espero que aun así entiendas que te amo.

T.A.'

"Es un idiota" Refunfuñó Amelia mientras escribía una carta en respuesta "Anna" LLamo a la niña.

"Eh, sí..." reaccionó sorprendida, no había esperado que Amelia actuara así, más cuando de lejos había podido ver que la carta que leía era una de amor por los dibujos de corazón al final de ella.

"¿te gustan las flores?"

"¿Sí...?"

"Quédate con estas entonces" Amelia le dio las flores.

"Arthur" Llamó al joven.

"Si señora" Respondió.

"Dame el pastel" Tomó el pastel de las manos de Arthur" Tomen esta carta y envíenla por mí... y si alguno lee el contenido esta despedido" Amelia volvió a su escritorio, se sentó y empezó a comer el pastel irritada "Esta bueno" Susurró.

Arthur se sintió decepcionado, pensó que como Anna recibió las flores, él al menos recibiría el pastel.

Ambos asistentes salieron a enviar la carta con las quejas de Amelia, sorprendidos de que su jefa tenga un amante o tal vez un admirador secreto.

Lo que más sorprendió a los dos jóvenes era que esa situación se repitió por varios días, donde llegaban bocadillos o regalos, en ocasiones con cartas de amor. Han empezado a correr rumores sobre el romance de Amelia debido a esta situación.

...

Harry se había enterado de que Snape sería el árbitro del próximo partido, por lo que se fue a la sala común de Gryffindor con el rostro pálido. Allí se encontró a Ron y Hermione jugando Ajedrez, era raro verlos, ya que Hermione empezó a estar en la guarida una buena parte del tiempo, pero aun así se juntaba con ellos lo suficiente como para que su amistad no se debilitara mucho.

"No me hables durante un momento "dijo Ron, cuando Harry se sentó al lado "Necesito concen..." Se detuvo al ver el rostro de Harry "¿Qué te sucede? Tienes una cara terrible"

En tono bajo, para que nadie más los oyera, Harry les explicó el súbito y siniestro deseo de Snape de ser árbitro de quidditch.

"No juegues" Hermione dijo de inmediato.

"Diles que estás enfermo" añadió Ron.

"Finge que se te ha roto una pierna" sugirió Hermione.

"Rómpete una pierna de verdad" dijo Ron.

"Yo te la rompo" Dije saliendo desde detrás del sillón de Harry, sorprendiéndolos.

"¡Red!" x3 Exclamaron.

"Hola" Saludé "¿A quién le rompo la pierna?"

"¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste?" Preguntaron.

"Fred y George me dejaron entrar y venía a ver a las chicas de Quiddicht de Gryffindor, además podría pasar a saludarlos"

"¿Las chicas de Quidditch?" Preguntó Hermione con su típica mirada cuando me dice 'Pervertido'

"¿Qué no tienen ese lugar de Quidditch para chicas?" Preguntó Ron.

Ron llegó a cuestionar sobre que las chicas tenían un lugar así. A él le gustaba el Quidditch y la idea de tener un espacio para poder practicar aun sin ser parte del equipo le encantaba, pero su decepción fue grande cuando se enteró de que era solo para chicas. De hecho, vino a preguntarme si lo podía dejarlo entrar, aunque sea por un ratito, pero lo rechacé.

"Para la mirada de Hermione... sí, chicassssss" Acerqué mi rostro al suyo y mis labios a sus oídos, por lo que me terminó empujando molesta" Y para la pregunta de mi hermano, sí, está ese lugar, pero me iba a reunir con ellas aquí, ya que me pidieron que les trajera algunas cosas... no dire más"

En ese momento vimos como la entrada a la sala común de Gryffindor se abrió, de donde entró Neville, pegando saltitos debido a que tenía las piernas unidas por un maleficio. Muchos empezaron a reírse menos yo y Hermione, ella por su amabilidad y yo porque no me parecía divertido. Creo que la parte de mí que sigue conservando mi madures me impide disfrutarlo... pero si fuera Malfoy o Voldemort, ahí si me reiría.

Hermione se acercó y usó una contramaldición para liberarlo y yo fui a usar algunos hechizos para arreglarlo, ya que se lo veía algo sucio y maltrecho. Creo que se debió haber caído mientras venía hacia acá o tal vez Malfoy pudo haberlo molestado más que con ese hechizo.

"Gracias" Nos agradeció Neville

"¿Qué ha sucedido?" Preguntó Hermione, ayudándolo a sentarse junto a Harry y Ron.

"Malfoy" respondió Neville temblando "Lo encontré fuera de la biblioteca. Dijo que estaba buscando a alguien para practicarlo.

"¡Ve a hablar con la profesora McGonagall!" Lo instó Hermione "¡Acúsalo!" Pero Neville negó con la cabeza "¡Red! Tú lograste tener una mejor relación con tu Prefecta, puedes decirle para que haga algo" Me miró a mí.

"Posiblemente la pondrá en problemas a ella y perderá credibilidad en Slytherin, no quiero hacerle eso solo por cosas pequeñas. Sin ofender Neville, pero a menos que Malfoy no te rompa algún hueso o te dañe gravemente psicológicamente, no involucraré a otras personas... aunque podría ayudarte si quieres"

"No quiero tener más problemas" murmuró.

"¡Tienes que hacerle frente, Neville!" Dijo Ron "Está acostumbrado a llevarse a todo el mundo por delante, pero esa no es una razón para echarse al suelo a su paso y hacerle las cosas más fáciles"

"No es necesario que me digas que no soy lo bastante valiente para pertenecer a Gryffindor; eso ya me lo dice Malfoy" dijo Neville, deprimido.

Harry buscó en los bolsillos de su túnica y sacó una rana de chocolate, la última de la caja que Hermione le había regalado para Navidad. Se la dio a Neville, que parecía estar a punto de llorar.

"Tú vales por doce Malfoys " dijo Harry.

"O tal vez Malfoy vale solo un doceavo de ti" Dije.

"¿Acaso no te eligió para Gryffindor el Sombrero Seleccionador? ¿Y dónde está Malfoy? En la apestosa Slytherin" Dijo Harry, pero luego se volteó a verme "No quería decir que..."

"Esta bien..." Negué, pero le pellizqué la cintura a Hermione.

"AAuuhh, ¡¿Por qué hiciste eso?!" Me preguntó, dándome un golpe en el hombro.

"Harry me insultó"

"Pues pellízcalo a él" Se quejó.

"No es tan divertido" Me burlé de ella.

Neville habló con Harry que trataba de consolarlo, mientras tanto, yo vi como las jugadoras de Quidditch entraban a la sala común y fui hacia ellas a entregarles una bolsa misteriosa.

Hubo personas que se enteraron de que podía conseguir ciertas cosas que otros no, así que algunas chicas me pidieron equipo de entrenamiento especial para quidditch y no se los podía entregar en EL NIDO porque no querían que los equipos de las otras casas se enteraran.

Mientras realizaba mi intercambio pude ver como una Hermione excitada fue corriendo hacia el dormitorio de las chicas y así mismo volvió con un gran libro entre sus manos. Lo ignore por el momento, ya que no me pareció tan raro la habilidad de Hermione cuando se trataba de libros

Debo decir que las chicas no me pagaron con dinero, conocían un poco mi personalidad y sabían que sería difícil que se los diera gratis, pero aun así esperaban obtener el equipo. A cambio de él, me prometieron que podrían pasar una tarde conmigo usando los trajes que yo eligiera.

Me conocían bien, y aunque aclararon que sería ver y no tocar mayormente, terminé aceptándolo como pago inicial y que la otra parte tendrían que pagarlo más adelante. Luego de finalizar el trato fui con el trío de leones que parecían tener una gran conversación.

"¡Red! ¡Lo encontramos!" Exclamó Hermione.

"¿Quién?"

"Nicolas Flamel" Dijeron Harry y Ron sincronizados.

"Ohh... ya era hora, no era tan difícil, ¿Verdad?" Me reí.

"Nos hubieras ahorrado mucho trabajo si nos lo hubieras dicho antes" Hermione volvió a criticármelo.

"Vamos Hermione, no era información difícil de encontrar ¿Dónde lo encontraron? ¿En cromo de las ranas de chocolate o algo así? Tenían muchas formas de enterarse, no serian tan estúpidos como para que les sea difícil de descifrar" Cuando dije eso los tres se avergonzaron de haber estado tanto tiempo buscando, leyendo por días completos.

"Aun así, un buen amigo nos lo hubiera dicho y no nos hubiera dejado a la espera por meses" Hermione no se rindió, 'claramente era mi culpa'

"Pero Hermione" me acerqué a su oído para susurrarle "Yo no soy un buen amigo... tal vez soy algo más" Le lamí la oreja y salí corriendo de la sala común antes de que ataque la fiera.

No me equivoqué, cuando iba saliendo pude escuchar como algo golpeaba la pared, era un almohadón de los sillones que Hermione me había arrojado.

"¡Red Weasley, eres un idiota!" Rugió Hermione, sorprendiendo a los presentes. Se preguntaron que es lo que le había dicho para que la siempre correcta Hermione se comportara así.

Hermione estaba molesta, me conocía bien y sabía que era probable que hiciera cosas como esa, pero aun así le molestaba. Éramos lo suficientemente cercanos como para que conmigo reaccionara así en vez de avergonzarse, y a la vez que podía liberar su frustración atacándome como con ese almohadón.

"Ron, tu hermano es un idiota" Dijo Hermione mientras tomaba un pañuelo para limpiarse la oreja.

"Lo sé" No negó "También estoy insatisfecho de que no nos diera la respuesta antes, nos hubiéramos salvado de leer todos esos libro"

"De todas formas, nosotros éramos los que buscábamos cosas sobre Flamel, no podíamos obligarlo a que nos lo dijera, no tenía nada que ver con él" Dijo Harry.

"Pero pudimos intentarlo" Hermione seguía molesta imaginando escenas de interrogatorio y tortura, nada grave, solo lo que una niña de 12 años podía imaginar.

...

En la guarida estaba yo, sentado en un gran sillón nuevo, con Angelina Johnson y Katie Bell a ambos lados, las dos chicas que se sacrificaron para pagar el adelanto del equipo nuevo.

Angelina y Katie estaban vestidas con un traje similar al de Jazmín de la película Aladdin. Una sosteniendo un tazón con uvas, las cuales me iba alimentando cada tanto, y la otra con un abanico. Estaban lo suficientemente cerca como para que pudiera rodear sus cinturas con sus manos.

No estaban felices y en sus mentes la imagen de ellas golpeándome con el tazón y el abanico no dejaban de aparecer, pero en realidad querían el nuevo equipo para poder mejorar su desempeño antes de los próximos partidos.

Los demás en el lugar no dejaban de vernos, murmullando o riendo, lo que las puso de un color rojo muy distintivo. Las chicas, 'las cercanas', vinieron a preguntar qué pasaba.

"No pasa nada raro" Les respondí.

"Tienes a dos chicas sirviéndote como un rey..." Comentó Tracey.

"¿Tú también quieres? Todavía falta alguien para masajear mis pies" Dije burlonamente moviendo mis pies, pero en ese momento, Susan pareció agacharse para hacerlo "Susan, era chiste. Levántate porque me vas a hacer sentir mal y que tu tía me corte mis partes importantes"

"Perdón" Se disculpó.

"Ellas me debían un favor" Expliqué, pero nada más. Ambas chicas, aun avergonzadas, también asintieron a lo que dije.

"¿Todas las chicas que te deban un favor terminaran como tus esclavas? Espero nunca deberte nada" Dijo Tracey.

"Solo a las bonitas, y con ellas en particular será solo por una hora"

"No estás abusando de su confianza" Preguntó Cho.

"Tal vez, pero me gustan, es agradable que estas leonas puedan cumplir mis caprichos. Están pagando por lo que recibieron"

"De lo cual ya me arrepentí" Dijo Angelina, que estaba pensando en todos los comentarios que recibiría sobre este dia en el futuro.

"Eres un pervertido" Dijo Parvati luego de ver más de cerca los trajes de ambas chicas.

"Eso ya estaba claro desde hace rato. ¿Alguien más tiene alguna queja? quiero disfrutar de los minutos restantes"

"¿Por qué solo tú puedes disfrutar de este trato?" Se quejó Tracey, que fácilmente podía cambiar de idea.

"Esta bien, tráete un sillón" Resoplé ante su actitud.

Así Tracey se sentó en un sillón a un lado y yo le hice señas a Angelina para que también le dé uvas a ella, a lo que las demás chicas solo pudieron negar con la cabeza... menos Lavander.

Lavander tenía una especie de expresión de emoción en su rostro y cuando le preguntaron el porqué, ella respondió.

"Esto es similar a una escena del libro que Red me regaló. En ella la protagonista, Lavy, tuvo que superar la prueba de un genio, donde entraría en un sueño y tenía que evitar querer quedarse dentro. En el sueño se encontró a su amado como un Sultán que estaba rodeado de concubinas que le servían y ella era una de ellas. Él era más malévolo y tiránico en ese sueño... solía llevar a las esas mujeres, incluyendo a Lavy, a una habitación donde, aun si no querían, las..." En ese punto Lavander estaba tan roja que parecía que saldría vapor de su cabeza, y cuando se dio cuenta de que no podía terminar de describiendo la escena salió corriendo.

"¿Qué clase de libro le regalaste?" Pregunto Katie al ver a Lavander huir.

"Uno que parece estar disfrutando más de lo que pensé..."

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Tengo exámenes parciales, además de tener que prepararme para el viaje de mi operación en un par de semanas, por lo que los capítulos pueden no ser diarios por el momento y cuando me tenga que ir a operar desapareceré por un tiempo.

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