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Si quieres herir a Catalina, pasara por encima de mi cadaver.

La nota decía "Él bebe de mi familia"

Manuel estaba un poco emocionado y le temblaban las manos. Pero todavía dijo con una sonrisa:

-Este niño es muy guapo.

-Si. Era muy guapo cuando nació. Desde pequeño, siempre a tratado bien a los demás. -cuando hablaba de su hijo Samara estaba llena de orgullo.

Su padre abrió silenciosamente el álbum de fotos y lo miro lentamente. Cuando más miraba, más feliz se sentía.

-Catalina, no es fácil para ella vivir en el extranjero, ¿verdad? -Manuel cambio de tema de repente.

Samara susurro:

-No es muy difícil. Con los niños, está feliz y satisfecha.

Nuria dijo ansiosamente:

-Déjame verlo, Manuel. ¡No te quedes con el niño para ti solo!

-Todavía no he terminado.

Los padres se peleaban por el móvil como niños pequeños. Al verlos así, Samara sonrió ligeramente. Prometió llevar a Eduardo a ver a sus padres a menudo.

Justo cuando estaba compartiendo la felicidad con sus padres, la parte de Álvaro no iba bien.

Poco después de que Álvaro saliera de la familia Arias, se encontró con Javier y su caravana de vehículos. Había ocho coches iguales en total, cada uno de ellos lleno de gente. Álvaro paro directamente el coche en medio de la carretera, impidiéndolos avanzar.

-Javier, ¿Qué quieres hacer? -en este momento, Álvaro ya no consideraba su amistad. Era imposible para el mantener un comportamiento caballeroso cuando alguien estaba a punto de herir a su mujer.

Javier no se sorprendió de encontrarse con Álvaro allí. Bajo la ventana y dijo fríamente:

Señor Álvaro, este asunto no tiene relación con usted. Espero que pueda salir ahora.

-Te lo dije, Catalina es mi mujer. Si quieres herirla, tienes que consultarme primero. -Álvaro no se retiró.

La expresión de Javier se puso fría de inmediato.

-Hoy vas a luchar conmigo, ¿sí? Mi madre es tan vieja. Casi muere por Catalina. ¿No debería pedir justicia por ella? -la voz de Javier era fría y estaba a punto de explotar de ira.

Álvaro susurro:

- ¿Por qué no vuelves y le preguntas a tu madre sobre eso? Como dije, cuando alguien intenta herir a Catalina, toda la familia Ayala no escatimara en esfuerzos para luchar contra el hasta el final. Aunque la familia Montenegro es muy poderosa, no creo que mi familia sea cobarde. Si se trata de capital imperial, tengo mucho tiempo y energía. Me temo que la señora Verónica no sea capaz de renunciar en ese momento. Este es mi consejo.

- ¡No te excedas, Álvaro! Aunque la familia Ayala es la mas poderos de Ciudad H, no puede ser tan tirana. De todos modos, me llevare a Catalina. Si me detienes, no me culpes por ser grosero. -mientras hablaba, Javier agito la mano y muchos guardaespaldas salieron del coche.

Álvaro los miro, sin parpadear. Pero Josué dijo ansiosamente:

-Señor, ya he contactado con nuestra gente. ¿Quiere que vengan?

-Por el titulo de la familia del mártir, la familia Montenegro se atreve a reunir gente para causar problemas. Sin embargo, somos personas comunes. Es ilegal reunir a la gente para causar problemas. Josué, para no perder la dignidad de nuestros antepasados, no hagas este tipo de cosas. -su voz no era alta, pero se escuchaba de manera clara por todos, especialmente por Javier.

Javier se enfado mucho, tanto que estaba jadeando de rabia.

-Álvaro, no muestres tu elocuencia. Solo busco justicia para mi madre.

-Pues nos vemos en el tribunal. Mientras la señora Verónica no tenga vergüenza, la familia Ayala estará esperando. -Álvaro miro fríamente a Javier y no se inmuto en absoluto.

Javier estaba tan enfadado que pidió que lo sacaran del coche. Saco un arma de su pecho y la apunto hacia Álvaro.

- ¿Acaso crees que no puedo paralizarte?

-Por supuesto que sí. Toda la gente la familia Montenegro sacrifico su vida por el país. Javier, eres el único sobreviviente. Puedes tener la calificación para llevar un arma. Sin mencionar a la Ciudad H, este es un privilegio en todo el país. Pero todavía digo, el asunto de la señora Verónica no tiene relación alguna con Catalina. Si insistes en causarle problemas, puedes pasar por encima de mi cadáver. No puedes hacer daño a Catalina a menos que yo muera. -dijo Álvaro fríamente.

Las manos de Javier temblaron de ira. Cuando estuvo en la región militar, Álvaro era un hombre fuerte e inflexible. Siempre lo supo. Pero los dos nunca tuvieron la oportunidad de luchar. Ahora se encontraron, pero no pensaba que fuera así.

-Mi madre es tan vieja que no es posible que mienta. Dijo que Catalina quería matarla, así que debe ser así. Mi madre y Catalina no se conocen y ella es una anciana, así que no hace falta molestar a una mujer desconocida. Álvaro, también tienes madre. Si tu madre es tratada así, no creo que puedas soportarlo.

-No estaré tan ciego como tú. Tu madre puede ser sagrada para ti, pero para mí, Catalina lo es. Es la mujer a la que quiero proteger con mi vida. La mujer de Álvaro es honrada. Nunca intimida a la gente mayor. Hay un gran malentendido en este asunto. Vuelve y pregúntale a tu madre y luego podemos hablar otra vez. -esto era todo lo que Álvaro podía decir.

En cuanto a Jaime, ese era un secreto de la familia Montenegro. A menos que la señora Verónica se lo dijera personalmente a Javier, no tenia derecho de contrale nada. Además, no podía dejar que Catalina sufriera daño alguno.

Javier fue bloqueado por Álvaro una y otra vez y la ira se elevó en su corazón.

-Álvaro, de verdad acusas a mi madre por una mujer. ¿De verdad crees que no te voy a disparar?

- ¡Venga! Voy a decirlo yo mismo. ¡Si quieres herir a Catalina, tienes que matarme primero!

Álvaro y Javier estaban en bandos opuestos. Alguien ya había llamado a la policía cuando vio esta situación. Pero cuando la policía supo que era Javier y Álvaro, no tuvieron mas remedio que avisar a sus superiores.

Siendo provocado por Álvaro, mientras pensaba en su madre que todavía estaba acostada en el hospital con un respirador, el apretó el gatillo. Sin embargo, todavía tenia cierta discreción. La bala atravesó el aire. Al principio, solo quería rozar el hombro de Álvaro. Pero por alguna razón desconocida, Álvaro se movió de repente.

- ¡Señor! -Josué estaba tan asustado que su cara se puso pálida. Cuando quería alejar a Álvaro, se sorprendió al descubrir que era demasiado fácil moverlo.

La bala ya estaba en el cuerpo de Álvaro, el tembló y se cayó hacia atrás.

- ¡Señor Álvaro! -Josué lo abrazo, la sangre brillante impregno instantáneamente su ropa. Era un rojo deslumbrante. Pero Álvaro sonrió ligeramente y le susurro a Josué:

-Javier me disparo. Si muero, le deberá la vida a la familia Ayala. Acuérdate. Cuando llegue el momento, dirás que Catalina es mi prometida y la futura dueña principal de la familia Ayala. No se atreverán a hacerle daño.

Al escuchar las palabras de Álvaro, los ojos de Josué se pusieron rojos.

-Señor, ¿Por qué dice eso? Es posible que la señora no sepa nada de lo que ha hecho por ella.

-No importa si ella lo sabe o no. Mientras ella este bien, yo estaré feliz. -después de decir esto, Álvaro se desmayó.

Javier estaba estupefacto. No quería que esto sucediera. Había estado demasiado tiempo en el ejercito y su habito de ordenar a la gente cambio. Después de volver, todos lo respetaban debido al honor de la familia Montenegro. Por eso, su temperamento era cada vez más fuerte.

Solo quería asustar a Álvaro. Siempre que Álvaro se alejara, tendría una manera de dejar a su guardaespaldas avanzar. En ese momento, Álvaro no podía detenerlo. ¿Pero por qué se desvío? ¿Por qué acertó su corazón? Javier vio claramente que Álvaro lo había hecho a propósito.

Se encontró deliberadamente con la bala. En ese momento, Javier se sorprendió. Además, no podía cambiar la dirección de la bala. Solo podía ver a Álvaro caer en un charco de sangre. Ahora, sentía el arrepentimiento e ira, y grito a su guardaespaldas:

- ¿Qué haces? ¡Llama a una ambulancia! Si Álvaro muere, tendremos un problema.

Aunque Álvaro se había jubilado, todavía tenía influencia en la región militar e incluso capital imperial. Pero ahora la familia Montenegro mato a Álvaro debido a un poco de rencor

personal. Si esto se extendía a la capital imperial, sin mencionar a otra gente, el principal jefe no perdonaría a la familia Montenegro.

Cuando descubrió la furia de Javier, el guardaespaldas empezó rápidamente a prepararlos. Por un momento, toda la calle era un caos. Las sirenas, el sonido de la ambulancia y las discusiones de los espectadores están en un alboroto.

La cara de Álvaro estaba pálida, como si hubiera perdido el aliento. Cuando la ambulancia llego, tomo directamente el ventilador y empezó a tratarlo de emergencia. Las manos de Josué temblaban.

Siendo el asistente de Álvaro, no era raro para el experimentar tal escena. Sin embargo, Álvaro nunca se había puesto en peligro. Ahora, solo por Samara, actuó de esta manera. Josué se quejaba un poco de Samara en este momento. Siendo un espectador, el sabia claramente de las emociones de Álvaro por Samara. ¿Por qué ella era tan fría?

La ambulancia iba a toda velocidad al hospital militar. Los altos mandos le dieron gran importancia y la familia Montenegro también. Empezaron a salvarlo con todas sus fuerzas. Álvaro fue empujado a la sala de operaciones. Josué agarro el cuello de Javier y dijo ferozmente:

- ¡Si algo le pasa al señor Álvaro, siempre estaré en desacuerdo contigo!

Esta fue la primera vez en muchos años que Javier había sido agarrado por el cuello. Quería hacer algo, pero de repente se quedo en silencio cuando vio las luces de la sala de operaciones. También estaba preocupado.

Al verlo así, Josué lo sacudió enfadado y saco su teléfono para llamar a Samara.

Samara estaba charlando con sus padres. Cuando recibió la llamada de Josué, su cara se puso pálida.

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