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Amor De Invierno

No bien llegué a Recreación envié un telegrama a Gabriel pidiendole que viniese aquí. Necesitaba verlo con urgencia.

Luego me instalé en mi habitación VIP ya que necesitaba relajarme, sin embargo me resultaba imposible de lograrlo. Sin ánimo de nada me senté en uno de los sillones a llorar.

No entendía a mi padre, en verdad no lo entendía. ¿Cómo pudo ponerse a favor de Mefis solo por ser el sobrino de su esposo? Después de todo lo que él mismo padeció, se suponía que debía entenderme mejor que cualquiera. Me sentía decepcionado, abandonado a mi suerte una vez más.

Pero ¿de qué me sorprendo? Después de todo para mi padre tan solo soy el producto de una violación y un extraño. No existe sentimiento alguno tal como el amor paternal.

Siempre estuve solo, jamás conté con una familia ni mucho menos con la protección de un padre.

Pertenecer a la aristocracia y sin embargo estar tan solo ¿De qué me servía estar rodeado de tantos lujos si no tengo el cariño de una familia ni cuento con su protección?

Las duras palabras de mi padre seguían resonando en mi mente despedazando mi alma al completo.

— Maldito, nunca te perdonaré que me hayas querido entregar al monstruo de Mefis solo por tratarse del sobrino de Orfen. Maldita sea Liam, se supone que eres mi padre, que en verdad deseabas protegerme.

Sentí que la puerta se abría y ví a Gabriel entrar, corrí desesperadamente a sus brazos donde lloré sobre su hombro derecho amargamente.

Él me abrazó con ternura sin pronunciar palabra alguna. Podía sentir sus besos sobre mis cabellos. Al cabo de unos momentos, él me llevó a los sillones donde nos sentamos.

Él esperó pacientemente a  que me recupere para empezar a hablar. No dejaba de acariciar mis cabellos.

— ¿Mejor? — me preguntó

— No sé...él...mi padre...

—¿Qué te hizo?

— Mefis les mintió pero les rebeló quién es tu padre

— Dios

— Y mi padre....él me quiere casar con Mefis

—¿Qué? — pude notar su furia

— Pero me negué y...y me fui de casa. Por supuesto que me hechó del todo

—¿Cómo es eso?

— No me permitirá volver Gabriel.

— Mi amor — Gabriel me volvió a abrazar con infinita ternura.

Volví a llorar en sus brazos, me sentía tan mal debido a que en verdad quería a mi padre. Me dolía su actitud.

— No sé por cuánto tiempo me permita seguir llevando su apellido.

— Te casarás conmigo Anthony, te protegeré.

Nos besamos con amor infinito, me sentía tan necesitado de sus besos, de su abrazo y de su cuerpo que sentía que iba a enloquecer del deseo. Nos quitamos las ropas y allí mismo nos amamos con intensa pasión.

Fuera había anochecido y la nieve empezaba a caer con gran fuerza. Era la noche más fría del año y para mi mayor placer estaba en los brazos de mi amado.

Nos duchamos juntos y tras vestirnos nos fuimos del lugar. Sabía que Gabriel debía volver a casa sí o sí, y por esa noche al menos iría con él. No quería dormir solo esa fría noche de invierno.

Por supuesto que Fausto y su esposo me recibieron muy bien, haciendome sentir como en casa. Suspiré profundo pensando que sería más sano olvidar a mi padre y a mi hermana melliza para siempre.

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