Cuando se enteraron de que Jordan se iba al Planeta del Rey Celestial, no esperaba que Jamie, Salvatore y Dragón clamaran por ir. Si Park Sora y Lota estuvieran aquí, de seguro no serían una excepción.
Jordan siempre tuvo un encanto que hacía que la gente que le rodeaba le siguiera.
Jordan les recordó solemnemente:
—No se lo tomen tan a la ligera. Ir al Planeta del Rey Celestial no son unas vacaciones. Es muy peligroso y pueden perder la vida en cualquier momento. Ya han visto a ese asesino. Con su fuerza, puede matarnos en cualquier momento. De seguro hay innumerables personas como él en el Planeta del Rey Celestial.
Salvatore dijo:
—Aunque el Planeta del Rey Celestial sea caótico, no me importan. Además, ofendí al Señor Jordan en aquel entonces. Si el Señor Jordan no me hubiera aceptado magnánimamente, habría muerto hace mucho tiempo. ¡No me importa mi vida barata!
Jamie sonrió:
—Ya me han castrado, ¡a qué le tengo miedo!
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