¡Vengando a Clarice!

Con las palabras de Matt, Aaron también se atrevió a ponerse en posición y estar listo para atacar en cualquier momento.

Si hubiera sido antes, nunca se habrían atrevido a atacar a los mutantes dorados. Sin embargo, esta vez seguían órdenes. Con Mike Baylor respaldándoles, no tenían miedo.

Además, la última vez, los dos notaron que Jiumo Kasyapa era tan humilde como los subordinados frente a su Jefe. Además, no tenía ninguna capacidad ofensiva aterradora, lo que les dio más confianza.

No había nada más digno de presumir que derrotar a un jugador de alto nivel. Si podían derrotar a un mutante dorado, les bastaría para presumir ante los demás mutantes.

Jiumo Kasyapa estaba un poco descontento. Juntó las manos y dijo: 

—Amitabha.

Sin embargo, Jiumo Kasyapa no luchó contra ellos. En el segundo siguiente, desapareció.

—¡Aaron, cuidado!