Incluso después de verse envuelta en esta situación, Victoria mantuvo la calma y no se dejó llevar por el pánico.
Ella había trabajado en Orlando durante siete años y tenía muchas conexiones aquí. Además, sabía muy bien que aunque Salvatore no era una buena persona, esta era la época del dinero.
Esta gente nunca se atrevería a hacer daño a nadie sin motivo. Solo les harían daño si alguien les pagara por ello. Mientras tuvieran dinero, podrían sobornar incluso al Rey del Infierno y a sus secuaces.
Victoria se acercó a Jordan y le agarró del brazo.
—Señor, no tenga miedo. Iremos a saludar al jefe aquí. No te preocupes, he estado en Orlando durante siete años. Puedo manejar esta situación.
Victoria dijo esto para consolar a su "padre" y que no se preocupara por ella.
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