A Jordan no se le daba bien lidiar con esas situaciones. No sabía qué excusa utilizar. Al final, dijo: —Solo préstamela por un par de días. Te la devolveré.
A Marissa le sigue pareciendo extraño: —¿Por qué la quieres?
Jordan no quiso contarle a Marissa lo del surcoreano. Respondió: —Para mirarla.
Marissa preguntó: —¿Mirar? ¿Qué cosa?
Jordan se quedó boquiabierto. ¿Dónde? ¿Qué quiso decir Marissa con eso?
—Mamá, Jordan, solo quiere admirar tu belleza cuando eras joven. Conozco muy bien el carácter de Jordan. Él nunca... te faltaría al respeto.
¿Faltarle el respeto? Jordan se quedó boquiabierto. «Lauren, ¿qué quieres decir con eso? ¿Cómo podría faltarle el respeto a tu madre?»
El ambiente se había vuelto instantáneamente muy incómodo. Marissa, que siempre había sido tan dominante frente a su yerno, ¡se sonrojó!
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