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HALLOWEEN     

                                (***)

       

Algunas semanas después, había llegado el codiciado mes de octubre,  con todo lo que representa. Fiestas, decoraciones y alusiones a Halloween por todas partes. Al parecer, en la Universidad había una fiesta cada día, hasta los días de semana, algo increíble, al menos para mí.

Lía me invitó a una fiesta que organizaba en conjunto con sus pocos amigos. Al parecer, iba a asistir mucha gente por lo que, a dos semanas de la fiesta, me encontraba buscando diafraces en tiendas online. Aunque no estoy segura de como debería ir vestida, mi cuerpo y conocimiento me dicen que respete el protocolo de Halloween y vaya bien disfrazada, sin embargo, Lía y mi ansiedad piden que vaya de acuerdo a los estereotipos juveniles, con un típico disfraz de ángel o demonio lujurioso.

A dos horas de comenzar mi búsqueda, respetando los estereotipos juveniles y mis creencias. Encontré el disfraz perfectamente nivelado para la ocasión y lo único que tuve que comprar al final, fue un abrigo de piel (falsa, por cierto), y una peluca. No resultó tan mal después de todo.

En mi mente, se veía fantástico. Falda y corset negros, botas rojas, abrigo tricolor (negro, blanco y rojo) respetando la gama de colores y una peluca, mitad negra y mitad gris. Resultó bastante sencillo y creativo ir de la glamorosa Cruella De Vil.

Estuve algunos momentos más, buscando el resto del disfraz en mi ropa cuando me llegó un mensaje de Lía.

         Lía🧚‍♀️

  Estoy fuera de tu casa, ábreme por fis.

Podría simplemente tocar la puerta y esperar a que alguno de mis padres abriera la puerta pero no. Con un gran suspiro, me puse mis pantuflas y comencé a bajar las escaleras.

—Podrían secuestrarme en lo que tardas para abrir una puerta, Xia.—Una Lía con expresión horrorizada y sus brazos en la cintura pasaba por mi lado a paso apresurado.

—Deja de ser paranoica, puedo decir con certeza que no fue más de un minuto.

Miré hacia la cocina por inercia, tal vez mi padre podría  estar ahí y así avisarle que Lía estaba en casa, pero no fue así.

—Muchas cosas pueden pasar en un minuto, mi querida amiga. Ahora, sube tu trasero a las escaleras, es tu casa, ve primero.— Prácticamente me empujó hacia el primer escalón, haciéndome rodar los ojos como respuesta.—Muy bien... Entonces creo que llegué en un muy buen momento, ¿sales esta noche?.—Una vez dentro de la habitación, se tiró sobre la cama.

—Hoy no, estas prendas son parte de mi disfraz para tu fiesta. Creo estar bien en tenerlo organizado desde ahora, así no tengo que preocuparme después.

—Uy, ¿y de qué va a ser tu disfraz?.

—Pensé en Cruella De Vil, ¿qué te parece?.

—Cruella... ¿Literalmente, una mujer rica, vestida como mujer rica?.—Una expresión de decepción se posó en su rostro.

—¿Está mal?.

—¡No!, no, no. Claro que puedes ir como te guste, aunque personalmente, pienso que puedes darle un toque sensual, ya sabes...

—Lo sé, tomé en cuenta eso que se usa en estos días, el disfraz resultó muy proporcionado. Cumple ambas pautas.

—¡Genial!

[...]

El día de la fiesta llegó así que estaba limpiando mi habitación, para mayor fluidez a la hora de arreglarme. Lía llegaría pronto, nos areglaríamos aquí  e iríamos al lugar en el auto de mi amiga. Al parecer también iba a dormir en casa de Lía, según me dijo.

—¿Estás vestida?, ¿no?. Cariño, voy a entrar. Ya te he visto desnuda antes, soy tu madre. No te avergüences.— Mamá no espero respuesta para entrar en la habitación y comenzar a acomodar la ropa que quedaba sobre la cama.— Alguien vino a hablar contigo, está esperando en la puerta. No deberías hacer esperar a las visitas, cariño.

No sé quien podría estar ahí, de ser Lía, ya hubiera estado en mi habitación. Incluso la puerta estaba cerrada, ¿por qué mamá dejaría la puerta cerrada?, ¿cómo es que me pide educación después de esto?.

—Axia, buenas tardes. Espero que estés muy bien.— Ni siquiera me había percatado del momento en el que abrí la puerta.

—¡Enzo!, estoy bien. Gracias, ¿tú cómo estás?.

—Estoy bien, muy bien de echo. Quería hablar contigo porque oí por algún lugar que ibas a ir a la fiesta de Lía Bennet y quería ofrecerme a llevarte y traerte devuelta hasta tu casa, si no tienes trasporte, claro. Sólo iremos mi hermano, un amigo y yo, si te da mas confianza... Es sólo una sugerencia, no te sientas presionada.

—¡Oh!, bueno, resulta que Lía está aquí para llevarme y traerme también. Vamos a ir juntas... Pero muchas gracias por ofrecerte, enserio te lo agradezco.—Internamente comencé a sentirme mal por rechazar su oferta pero, no podía dejar a Lía sola.— ¿Quieres pasar?.

—Está bien, tengo unas cosas que hacer antes de ir a al fiesta. Gracias de todos modos, en otro momento será... Por cierto, cuando necesites un transporte no dudes en avisarme.—Sacó un papel del bolsillo de su campera.— Te dejo mi número para cualquier cosa, ¡nos vemos más tarde!.

—¡Nos vemos!.

Guardando el papel en el bolsillo de mi pijama, comencé a subir las escaleras nuevamente. Realmenre espero que esto cuente como ejercicio diario que mi madre quiere que haga. En la puerta de la habitación, de brazos cruzados, estaba Lía.

—¿Qué te picó?.— La moví con mi cuerpo para poder entrar en la habitación y sentarme en la esquina de la cama.

—Vi que hablabas con Enzo, y como soy muy observadora y vidente, déjame decirte que hacen una hermosa pareja, me psotulo para madrina de bodas, dime, ¿te invitó a salir?— Así como es de charlatana también es muy creativa y fantasiosa. Entró y su sonrisa creció cuando me vio rodar mis ojos.

—¡Por supuesto que no!.— Puse mis manos en ambos lados de mi cara para evitar el calor.—Que son esas cosas, mujer. Sólo se ofreció a llevarme por si no tenía con que ir.

—Es lo mismo, si te dio su número es porque quiere algo más que llevarte a una fiesta.—Mi cara de confusión la hizo sonreír aún más, si eso era posible.— Te dije que vi como hablaban, por ende también vi que te dio un papel. Si no es su número, matame ahora mismo.

—Fue simple amabilidad, es de público conocimiento que no tengo auto.

—Sí... Claro.

—Mejor comencemos a arreglarnos, no sera nada agradable que llegues tarde a tu propia fiesta.

Lía río negando con la cabeza.

Tal vez dos horas después, estaba poniendome la peluca, con ayuda de Lía, por supuesto. Luego de acomodarla sobre mi cuero cabelludo, tomé un peine para pasarlo sobre ella. Si bien no está recomendado peinar este tipo de pelucas, no creo que una pasadita le haga mucho daño. Mientras lo hacía, giré para ver a Lía, que estaba simplemente maravillosa.

Iba disfrazada de Lara Croft, iba caracterizada de pies a cabeza con una trenza. Una camiseta de tirantes que parecía perfectamente cortada con alguna tijera. Un short negro acompañado con una correa de cuero sintético en cada pierna. Unas botas todo terreno en color negro y como acompañamiento, dos pistolas pequeñas y una escopeta (falsas por supuesto). Finalizando y perfeccionando su caracterización, se hizo un maquillaje sencillo pero espectacular, con unos ojos delineados de forma fantástica y unos labios en un tono marrón oscruo. También algunas cicatrices y rasguños en su hermoso rostro.

Simplemente prodigioso.

Por mi parte: llevaba un top estilo corsé en color negro y una falda del mismo tono. Unas hermosas botas rojas de pierna completa y tacón (nos queremos altas señoras y señores), haciendo juego con unos guantes del mismo color. El clásico abrigro de piel con estampado de cuadros negros y blancos, con el interior en color rojo intenso. La fantástica peluca que luce mucho mejor de lo que creí que podría verse y finalizando, un maquillaje intenso. Ojos ahumados en tonos negros y marrones acomoañados de unos labios intensamente rojos. Complementando también con un chocker negro y blanco, para la ocasión.

—Querida socia, te ves... ¡Wow!.— Lía puso su teléfono frente a su rostro. Estaba tomándome fotos.— Si a mitad de la noche decides que los hombres son unos tarados y quieres quitarte las ganas con una muje, entonces recuerda que soy tu amiga y puedo ayudarte con eso.

—También te ves ¡Wow!, Lili.— La acerqué para abrazarla y de paso, tomar una selfie de ambas. Seguramente nuestra primer foto juntas.— Una perra sorprendente...

—Curvilínea y elocuente. Si somos, mujer... Deberíamos irnos así que... ¡Vámonos perra!.

Al llegar a la fiesta, que resultó ser en una gran quinta, decorada perfectamente para la ocasión, ya habían bastantes personas. Lía me jaló hasta adentro de la especie de casa que estaba ahí, donde estaban sus amigos el recibidor.

Recorriendo el lugar con la vista, llegué a la cocina. Donde estaban los hermanos Kane con un gran grupo de personas. Observándolos rápidamente pude decifrar sus disfraces, o el intento, en caso de Raphael, quien parece no haber entendido el concepto de Halloween. Ya que sólo llevaba unos pantalones, remera, cinturón y zapatillas de color negro. En mi mente iba disfrazado de Danny Zuko y creo que debería dejarlo así.

En cuanto a Enzo, iba de lucifer, pantalon, zapatos y saco de color negro. Camisa roja, algo de sangre falsa en su rostro y un par de cuernos pegados a su frente. Muy predecible pero atractivo.

Él es muy atractivo.

[...]

Eran pasadas las cuatro de la mañana cuando estábamos todos bailando en el patio de la quinta, todos en sintonía íbamos de un lado a otro. Totalmente eufórica y acalorada me fui a un costado para alejarme de los pisotones que arrazaban en la pista de baile.

—¿Te cansaste?

—¡Enzo, hola!. Tal vez sólo quería terminar la noche con mis pies intactos.

—Entiendo... Sabes, no te dije lo bien que te ves hoy. Estás preciosa, si me permites decir.— Miró sobre mis hombros para luego seguir con mi rostro.

—¡Muchas gracias!, es bueno que me vea bien, ya que no me esforcé demasiado...— Totalmente innecesario.—Tú también te ves muy bien. Demasiado, si me permites decir.— Sin ningún tipo de atractivo, le guiñé un ojo, consiguiendo una risa suya como respuesta.

—Gracias, me alegra que lo notaras.— Levantó un poco su vista hasta llegar a mis ojos.—Retomando lo que te dije hoy temprano... Aún puedo llevarte a casa si no tienes como volver.

—Oh, bueno, gracias pero vuelvo con mi amiga.— Con la misma amiga que estaba caminando hacia mí haciendo señas hacia el chico que tenía a su lado (un amigo de los Kane, si no mal recuerdo). Dándome a entender que nuestra noche terminaba ahora.—Bueno, al parecer ya no tengo con quien ir.

—Bien, entonces nos vamos cuando quieras.— Observó en la dirección en la que se iban Lía y su amigo para luego volverse hacia mí.

—Si quieres podemos irnos ahora, de todos modos ya no hay mucha gente.

Y así fue, me guió hacia su auto, en el que estaba apoyado Raphael.

—¡Hola!— Agité mi mano en su dirección.

—Axia, hola.

Enzo me abrió la puerta trasera del auto para que entrara, y así lo hice. Fue un viaje tranquilo, con música de fondo, viendo el paisaje y mandando  un mensaje al grupo familiar (en el que sólo éramos mis padres y yo), avisando que al final iba a casa, escoltada por los hermanos Kane.

Llegamos y Enzo volvió a abrir mi puerta, me acompañó hasta la entrada de la casa.

—Ten una buena mañana, Axia. Nos estaremos viendo.

"Era ahora o nunca", me dije a mi misma armándome de valor.

—Enzo...—Me puso aún más atención de la que podía tener hace un segundo, con los ojos iluminados y una sonrisa en su atractivo rostro.—¿Qué tal si me besas?.— Si Lía estuviera escuchando esto, posiblemente estuviera riéndose de mí, y no la juzgaría. Eso fue jodidamente ridículo.— Sé que soy una ridícula, y puedo jurarte que no estoy borracha, tampoco es como que vaya pidiendo besos a cualquiera. Sólo quería saber sí...

—Moría de ganas, Axia.

Y me besó.

De una forma en la que nadie más lo hizo antes. Inclinandose hacia mí y tomándome por el cuello. Todo mi cuerpo sintió electricidad en el momento en que nuestros labios se unieron, mi estómago sentía granizos en vez de mariposas. Una hermosa sensación recorrió toda mi anatomía en ese instante. Cerré los ojos y me dejé llevar, con la melodía más hermosa vagando por mi mente. Con la imagen más interesante frente a mí.

Un instante que duró un segundo y terminó con una sonrisa en ambos rostros.

Enzo cruzó la calle para entrar en su casa y allí, apoyado nuevamente en el auto, estaba Raphael con una expresión burlona hacia mí. Que cambió rápidamente a una fastidiosa en un segundo.

Sin prestar atención, entré en la casa y me dispuse a dormir.

Pensando en Enzo y ese beso tan mágico.

📚Recuerden que cualquier error será corregido al finalizar la historia. 💖

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