webnovel

Entre Cadenas y Candados

Caro habían pagado aquel atrevimiento tanto el príncipe como su amigo ya que el tío acusó al amigo del príncipe de traición al príncipe debido a que se infiltró en sus aposentos.

El príncipe nada pudo hacer debido a que la corona volvía a estar colocada sobre su cabeza pero fue conciente de lo que sucedía y hacía, atrapado en su propio cuerpo sin que pudiese escapar. 

Aquel que volvía  ser su amigo fue condenado siendo encerrado en la mazmorra del Castillo donde fue torturado por el mismo príncipe que era obligado a hacerlo para que no volviera a olvidar quién mandaba realmente.

El príncipe tuvo que hacer estragos en su reino sin poder evitarlo, sin lograr contenerse ni controlarse a si mismo.  Su vida no le pertenecía, ya no era suya. Comenzaron a minarlo por dentro llevándolo al borde de la locura pero su pueblo lo condenó como el peor de los traidores, así era llamado por todos aquellos que lo habían apoyado en su momento, ahora lo repudiaban. El odio de los demás hacia su persona iba incrementándose cada vez más, pero nadie sabía que la corona lo tenía esclavizado ya que era ella junto a su tío quien verdaderamente gobernaban y no él. 

Su tío ejercía sobre su persona una tortura psicológica  tan intensa que amenazaba con sumergirlo en los más profundos abismos de la locura. ¿Qué habría sido de su amigo? ¿Seguiría vivo?  La angustia lo mataba continuamente cada día más.

Matías detuvo la lectura un momento en este punto ya que sus lágrimas humedecían  y perturbaban su vista. Prisionero. Atrapado. Sin salida. Así era como él mismo se sentía. Al menos el príncipe tenía a alguien que se preocupaba por él, a ese amigo que se hubo arrepentido por su error y ahora le era leal aunque ahora le costase caro. Pero él…¿tenía un aliado? La imagen de su hermano mayor se le presentó en su mente, cerró los ojos concentrándose en él ya que era su aliado.

Esa era la respuesta que tanto deseaba obtener, él también tenía un aliado y al igual que el amigo del príncipe  su hermano mayor también estaba pagando cara su decisión.  Pero él, a diferencia del príncipe, todavía podía hacer algo para ayudar a su hermano mayor. Se mataría.

Con esa idea en mente se incorporó de la cama y tomó el cuchillo que tenía a mano, cuando estuvo a punto de incrustárselo en pleno pecho entró su hermano mayor quien cerró la puerta y se lanzo sobre él.  Le quitó el cuchillo y lo abrazó con fuerza mientras le decía:

- ¿Qué locuras intentabas hacer por Dios? No vuelvas siquiera a pensarlo ¿oíste? ¡Nunca más lo intentes!

- Déjame – susurró Matías – Solo así ambos seremos libres

- ¿Qué dices?

- Vos no tendrás más problemas por mí culpa y yo no tendré que seguir padeciendo aquello

- ¡Jamás te dejaría! ¡¿Oíste?! ¡Jamás permitiré que te mates porque eres muy importante para mí!

- Mentira

- Eres mi hermano – lo abrazó- No dejaré que te sigan dañando ni que te lastimes tú mismo – Matías lloró en su hombro hasta que  ya no tuvo fuerzas ni  lágrimas dejándose consolar por su hermano mayor

- Gracias hermano – dijo Matías- Gracias por aparecer justo a tiempo y por….todo lo que haces por mí

- Somos hermanos

Más calmado Matías se dejó llevar por su hermano a la cocina donde su otro hermano y su madre dialogaban. Pero  cuando los vieron llegar enmudecieron, el segundo hermano contempló a Matías con detenimiento en silencio.  Lo observó sin prejuicios ni resentimientos haciendo lo que tantas veces le había sugerido su hermano mayor. Recién vio su tristeza infinita, su pesar y profunda depresión.

Las crueles palabras de su madre interrumpieron aquella observación y meditación:

- Carlos quiere que te traslades a su casa Matías  - el rostro de Matías cambio, su segundo hermano fue testigo de ello – Quiere que vivas con él – veía cómo el terror iba adueñándose de su ser y empezaba a temblar, retrocedió dos pasos alejándose de su madre mientras abría enormemente sus ojos

- ¿Cómo es posible que lo estés considerando siquiera? – le espetó el mayor colocándose delante de Matías – Sabes lo que le hace – el segundo veía el instinto de protección de su hermano mayor y la forma en que se enfrentaba a su madre sin importarle estar inutilizado legalmente debido a que ella y Carlos se ocuparon de ello. - ¡Matías no irá junto a ese monstruo!

- Hará lo que deba hacer – dijo la madre. Veía la resignación en ella y supo que la cobardía se hubo apoderado de su persona, por eso aceptaba todo lo que el tío Carlos imponía. Se debía a que jamás tendría las agallas necesarias para enfrentarlo, lo quiso hacer al principio pero Carlos la acobardó y ahora sencillamente ya no se animaba a proteger a su hijo menor. Sintió lástima por ella.

- ¡Antes prefiero morir! – dijo sombríamente Matías y él supo que hablaba en serio

- No seas ridículo Matías – le dijo despectivamente su madre ya que no creía una sola palabra – Sabes que eso jamás ocurrirá –

- ¿Qué no? – dijo Matías pero su otro hermano lo interrumpió

- Matías – colocó su mano derecha sobre su hombro – Lo siento hermano – tanto su madre como sus dos hermanos lo miraron asombrados – No sabía nada…perdóname por favor…perdón por ser tan idiota

- No…no es necesario que me pidas perdón – contestó Matías ya que aún seguía aterrado por la posibilidad de tener que vivir junto a Carlos – Con haberme entendido me basta

-Por supuesto que te entiendo…ahora te entiende perfectamente y estoy dispuesto a ayudarte también

- ¿Y de qué forma lo harás? – preguntó la madre con tono frío – Carlos pago todo y exige algo a cambio

- Pero no será Matías el precio – dijo el mayor – Además la deuda está cancelada, él mismo firmó un documento ¿recuerdas? No puede cobrarnos nada

- A cambio de que Matías….

- ¡Yo no firme nada ni acepté nada! ¡Me obligaron!

- Debes cumplir tu parte del trato – dijo la madre

- No, no lo haré – decía Matías- No debo cumplir con nada

- No volverá a tocar a Matías – decía el mayor

- A Carlos no le gustará nada la idea – decía obstinadamente ella – Pero si insisten tendré que abandonarlos legalmente y dos de ustedes son menores de edad – los tres la escuchaban asombrados por su frialdad – Legalmente estás inutilizado te lo recuerdo – dijo ella mirando al mayor – Así que por más mayor de edad que seas jamás podrás pedir la custodia legal de tus hermanos menores. Eso lo deja a Carlos como único pariente y será quien la solicite ¿se imaginan el resto o debo seguir?

- ¡Nunca lo permitiré! – dijo el mayor – No me importa estar inutilizado ante la ley! Soy mayor y la tutela será mía si tú nos abandonas…si es lo que quieres entonces vete…pero no cuentes con Carlos porque jamás dejaría que esa bestia vuelva a tocar a mi hermano ¡Jamás!

- Madre – dijo más calmado el segundo hijo – Se que resulta aterrador enfrentarse a alguien como el tío Carlos lo sé pero…¿no crees que nosotros valemos la pena el esfuerzo? – ella vaciló un poco -   Siempre hay una salida madre – ella desvió la mirada ya que sabía que su hijo llevaba la razón sin embargo había perdido las fuerzas  cuando Carlos la denunció, eso sumado al hecho de haber sido engañada por su difunto esposo tantos años, haber sido usada y sometida y como fruto de su libertinaje ahora tenían esa deuda. Todo eso fue minándola por dentro hasta convertirla en lo que ahora era: alguien sin carácter ni personalidad.

- No veo salida alguna hijo – dijo tozudamente ella – Lo lamento pero buscas en mi a alguien no existe

- ¿Por qué dices eso madre? – preguntó su segundo hijo

- Porque es la verdad – contestó ella – Y si quieres estar aquí y no en un orfanato más te vale irte callando como lo hiciste hasta hoy

- ¿Qué?

- Renunciaré a ti, tu hermano mayor no podrá obtener la tutela tuya y a Carlos no le interesará hacerse cargo de tu persona ¿dónde crees que irás?

- ¿Por qué entregas a Matías a su destrucción madre? – quiso saber el segundo hijo – Podrías salvarlo y lo sabes

- No es posible – dijo ella

- Yo tomaré la tutela de mis hermanos – dijo el mayor – Tu vete y vive tu vida a tu manera

- No podrás

- Lo haré

Esa noche la madre llamó por teléfono a Carlos para comentarle las últimas novedades y luego se fue. Al día siguiente habló con las autoridades correspondientes para luego desaparecer. Tal como ella lo dijo él no podía obtener la tutela legal de sus hermanos por falta de trabajo y otras cuestiones.

Sin embargo acudió a un abogado amigo quien le aconsejo hacer la denuncia a Carlos por abuso de un menor, así lo hizo y lo enfrentó en tribunales. De esa forma consiguió obtener la tutela de sus hermanos debido a las circunstancias además de que el juez ordenó a su madre y a Carlos mandarles una mensualidad. Al poco tiempo él consiguió un trabajo y la calma volvió a reinar en los tres hermanos.

Su madre tampoco podría acercársele al ser acusada por cómplice, así ella se alejo de los tres aunque periódicamente depositaba en la cuenta de los dos hijos menores la suma de dinero requerida por el juez.

Sin embargo Carlos planeó su venganza contra sus tres sobrinos por atreverse a enfrentarlo y arruinarle la vida.

Su venganza sería dura y cruel...

Next chapter