La noche del destino llego y Orario se sumió en el caos mientras las dos familias más fuertes; Freya y Loki atacaban al remanente de la familia Zeus. Desde lo alto del cielo, Viggo sujetado por Rosewisse, podía ver como el distrito de la familia Zeus ardía en llamas y los edificios se derrumbaban.
-¿Suficiente?- preguntó Rosewisse mirando el desastre desde la distancia. De repente algo pareció hacer un largo corte y la cara norte de un edificio cayó cortado en diagonal. Parece que las cosas se estaban poniendo más serias de lo que parecía.
-Sí, suficiente- respondió Viggo, activo su clarividencia y miró con dirección Este. Un anciano estúpido cabalgaba en un caballo a toda velocidad mientras llevaba a un bebé recién nacido entre sus brazos ¿Cuan estúpido podía ser? Se preguntó -vamos hacia el este, con dirección a las montañas-
-Sí- dijo Rosewisse y comenzó a volar. Sin embargo, de repente un gran viento los golpeo y Rosewisse se vio empujada hacia el norte. Ella y Viggo dieron varias vueltas en el aire antes de poder detenerse. Entonces ella tomo control de su vuelo y se quedó mirando hacia la mansión de la familia Zeus. Ahora todo se había desplomado y quedaban muy pocos edificios en buenas condiciones.
-Debe haber sido mi tía, Riveria- dijo Viggo colgando de las manos de Rosewisse -solo ella podría hacer una magia de este nivel-
-Eso fue muy peligroso-
-Sí, vamos-
Viggo y Rosewisse continuaron volando con dirección Este hasta sobrepasar las enormes murallas de la ciudad. Siguieron por los campos cubiertos de pastizales iluminados por la luz de la luna. No se veía mucho desde esta distancia, pero siguieron volando, ayudados por la clarividencia de Viggo.
Media hora después llegaron a una colina que ascendía hasta la falda de una montaña, donde había un espeso bosque. Viggo y Rosewisse continuaron planeando hasta que Viggo le dio un leve apretón en la mano y Rosewisse entendió que debía bajar lo más posible. Ella llego a los cinco metros de altura, el suelo se veía cubierto por pasto y maleza. Viggo le volvió a apretar la mano y Rosewisse abrió sus manos. Entonces Viggo se soltó y cayó en el suelo.
-Veamos- dijo Viggo con una sonrisa astuta, solo sus pupilas doradas por la clarividencia destacaban en la oscuridad del bosque. Él avanzo en silencio mientras materializo las espadas del caos. Se movió por la oscuridad del bosque sin problemas. Esto ni siquiera se podía comparar con los boques de Midgar, plagados de bestias feroces y monstruos no muertos. Viggo dio con una pequeña cabaña donde un bebé lloraba a todo pulmón. Viggo se continuó moviendo a hurtadillas hasta que llego a un lado de la cabaña y asomo un poco su rostro. Justo vio a Zeus gritar del enojo porque el bebé no se callaba y le dio una fuerte palmada. Viggo pensó en saltar y destrozar a Zeus. De solo pensar en que alguien así pudiera lastimar a su hija que solo era unos meses mayor que él bebé, se sintió consumido por la ira, pero se detuvo. Necesitaba que Zeus se alejara del bebé para poder tomarlo y sacarlo. Ya lo mataría.
Zeus se sintió abrumado por los increíbles llantos de un bebé recién nacido y salió de la cabaña, escuchando como lloraba el bebé con todas sus fuerzas. Viggo aprovecho de abrir una ventana, se metió lo más rápido que pudo, tomo al bebé envuelto en los pañales de recién nacido y salió lo más rápido posible. Escucho que Zeus abrió la puerta, preguntado ¿Quién era? Pero ya era muy tarde, Viggo corrió con el bebé en sus brazos sin soltar las espadas del caos. Bajo por la colina y se deslizo por el pasto por un par de metros hasta que llego a un claro. Los llantos del bebé eran audibles por todos lados, así que Rosewisse no se demoró en encontrarlo. Ella descendió como un ángel guardián y se acercó a Viggo. Sin embargo, se detuvo cuando vio que el bebé lloraba con lágrimas en los ojos y tenía sangre en la nariz.
-Yo no fui- dijo Viggo con tristeza y acurrucando al bebé -fue ese maldito animal-
Rosewisse tomo una profunda respiración y dijo -mátalo por mí, muy lentamente-
Viggo le tendió el bebé y Rosewisse lo recibió. Viggo la miró a los ojos y asintió. Rosewisse no dijo nada más, solo le preocupaba el estado del bebé, así que saltó y se fue volando a Orario lo más rápido que pudo. Por otro lado, Viggo miró al bosque con dirección a la cabaña y activo su clarividencia. Pudo ver a Zeus, preparando sus cosas y equipando al caballo para que siguiera cabalgando. A lo mejor pensaba que podía escapar, como lo hizo de la masacre de su familia.
Viggo comenzó a trotar sin preocuparse por el sigilo ni nada. Ahora ya no era necesario. Corrió colina arriba lo más rápido que pudo, evitando los árboles, saltando los arbustos y rocas. En pocos minutos llego a la cabaña y encontró al dios Zeus poniendo su pie sobre el estribo izquierdo del caballo.
-Bien, veo que el pequeño semi dios ladrón se muestra por fin- dijo Zeus mirando a Viggo de pelo rojo y equipado con dos espadas de aspecto peligroso.
-Todas las cosas tienen un ciclo y tú ya has cumplido el tuyo. Hoy cometiste tu último error-
-Yo- dijo Zeus alzando su mano derecha
Viggo vio con su clarividencia que Zeus se llenaba de una luz terrible y lo atacaba con rayos, así que él se movió lo más rápido posible y lanzó la espada del caos derecha mientras la cadena se extendía por varios metros. La espada se cubrió de llamas y cortó el brazo que Zeus alzo antes de que él pudiera hacer algo. Zeus cayó de rodillas al suelo, soltando un alarido.
-Maldito ¿Por qué?- grito Zeus
-Es tu mala suerte, rey de los dioses- dijo Viggo -viniste a este mundo, sellaron tu divinidad al punto de que no la puedes utilizar por defecto. Aceptaste tal trato por tu lujuria y aburrimiento. Ahora un semi dios te matara por estúpido-
-No puedes- grito Zeus con un rostro cubierto de sudor y una mueca de odio. Iba a levantar su brazo izquierdo, pero Viggo lanzó su espada izquierda, la cadena se extendió y la hoja de la espada se cubrió de un fuego terrible. La espada le cortó el brazo izquierdo y Zeus grito de dolor. Viggo retrajo la espada del caos y desvaneció la izquierda mientras caminaba a Zeus solo portando la espada del caos derecha. Zeus se dejó caer de espaldas y se comenzó a empujar con los pies mientras el caballo a su lado relincho y salió galopando.
-Viggo, muchacho, estás cometiendo un error- dijo Zeus
-El único error en este mundo fue no haberte matado antes- dijo Viggo, se agacho, tomo a Zeus de la pierna izquierda y lo levanto. Zeus colgaba cabeza abajo y gritaba de dolor. A Viggo no le importo, la espada del caos en su mano derecha se cubrió de intensas llamas y de un solo movimiento, le cortó la pierna. Zeus cayó al suelo de cara, soltando gritos de agonía y retorciéndose en el suelo. Sin embargo, Viggo lo agarro del otro tobillo y lo levantó una vez más.
-No, por favor, no más- grito el rey de los dioses, pero Viggo continuo y le corto la otra pierna. Zeus cayó al suelo golpeándose el rostro y fue incapaz de hacer algo. Vio a Viggo mirándolo con una expresión de intenso odio. Después vio como la espada en la mano derecha de Viggo se cubría de un intenso fuego que, hasta él, desde el suelo, lo podía sentir como si le quemara la cara. Era doloroso y se volvió más doloroso a medida que Viggo acercara la espada.
-Muere, rey de los dioses, nadie te echara de menos- dijo Viggo escupiendo sus palabras, tomo a Zeus por el cuello con su mano izquierda y con la otra lo apuñalo en el estómago. Viggo movió su espada de derecha a izquierda abriéndole el estómago y cortándolo por la mitad. Zeus grito de dolor durante todo el proceso hasta que sus ojos perdieron el brillo de los vivos y quedó inerte.
Viggo se puso de pie, sacudió la espada en su mano derecha para botarle la sangre y después la desvaneció. Espero durante un minuto, pensando que, a lo mejor, Kiara se había equivocado, pero justo cuando pensó que había fallado, la parte superior del torso de Zeus se llenó de electricidad por todos lados y lo empezó a calcinar todo en las proximidades. Viggo sonrió y canalizo su energía divina a las manos. Las apoyó sobre el pecho de Zeus y lo aplasto al punto de que los pulmones y corazón se salieron por la parte inferior, pero eso no lo detuvo.
Viggo sintió un intenso dolor cuando los rayos que emitía el cuerpo de Zeus le quemaban la carne. Era lo más doloroso que había sentido en toda su vida, solo superado por la sensación de ser aplastado por el martillo de Thor. Sin embargo, Viggo mantuvo su concentración y comenzó a drenar la divinidad de Zeus. Entonces, utilizando su alma como núcleo, creo una divinidad parecida a una esfera apegada a la parte superior de su alma. Era un espacio vacío que poco a poco se estaba llenando. Todo era perfecto, Viggo sentía que estaba avanzando en el proceso, pero se dio cuenta que su propio cuerpo estaba siendo herido por los rayos de energía emitidos por el cuerpo de Zeus a una velocidad en la que no podía responder. El hecho es que estaba sangrando por todos lados y se estaba sintiendo mareado. Entonces tuvo que alternar su poder divino entre drenar la divinidad de Zeus y sanar su propio cuerpo. Todo hubiera estado bien si la divinidad de Zeus no fuera mayor que la suya, la cual todavía no había desarrollado. Viggo tomo una gran respiración y se mantuvo tranquilo, debía encontrar el balance. Siempre, cualquier conversación, cualquier estado, cualquier desafío, se trataba de encontrar el balance. Esto no debería ser diferente, así que en lugar de concentrarse en el dolor y en el peligro de quedarse sin energía divina, se concentró en lograr su objetivo.
Una hora después, Viggo emitía rayos eléctricos por todo su cuerpo de forma natural. Lo había logrado, ahora se sentía más fuerte y despierto que nunca, pero vino lo que le advirtieron. Su cuerpo no aguanto la potencia de la divinidad y esta vez las heridas se produjeron de adentro hacia afuera. Viggo soltó un gran grito de dolor y todo a su alrededor fue calcinado por los terribles rayos eléctricos. Sin embargo, en ese momento llego Kiara y se acercó a Viggo. Este último la miró asustado, sin saber cómo controlar el terrible poder de un dios maduro y con milenios de existencia. Kiara mostro una pequeña sonrisa, extendió su mano y fue suficiente para que la electricidad que emanaba de Viggo se detuviera. Viggo cayó de rodillas, emitiendo humo como si se hubiera quemado dentro de un horno. Kiara camino hasta él y lo abrazó.
-Lo hiciste bien- dijo Kiara y Viggo cayó inconsciente
-No creo que debiste haberle permitido esto- dijo Xiao, apareciendo por detrás de Kiara -Viggo es joven, puede que no sepa administrar su poder-
-Él no es tu hijo, es de Kain- dijo Kiara con desdén -el escucho a su padre, no se alimentó del alma de Zeus. Él crecerá fuerte y más sabio que cualquiera ¿Por qué te empeñas tanto en atormentar a tus elegidos?-
-El poder conseguido sin sacrificio-
-A veces no se necesita pasar por un infierno- dijo Kiara -ellos no son nosotros, ellos sienten y tiene lazos-
-Espero que tengas razón- respondió Xiao y se desvaneció
Kiara se quedó con Viggo en sus brazos, emitió un poco de energía y lo sano. Entonces lo abrazo con mayor intensidad, poniendo todas sus esperanzas en él.