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El corazón del mar

—Narra Sieg—

Nuevamente, esos ojos juzgadores y malvados me intimidaban.

—¡Seguramente hiciste trampa!—

—Es imposible que alguien más que yo haya pasado con el mejor puntaje en las pruebas de modales—

—Es sospechoso... Cómo alguien de una familia de negocios bajos sea capaz de algo como eso—

—Incluso pasó la prueba de música— La omega tomó mi muñeca con brusquedad.

—¡Por favor, detente, me lástimas!— Grité.

—Y pasaste la prueba de costura sin ningún raspón—

—¡Qué estupidez! Tal vez se acueste con los profesores— Las feromonas del grupo de omegas me hacía temblar.

—¡Oigan, ustedes!— Abrió de un golpe la puerta de la sala Elián.

—Oh, miren... Si es la rata sucia... El amigo de este estúpido— Me empujaron.

—¡Ahora sí! Seguro te crees muy simpática, pequeña zorra, con todo tu descarado relleno— Él se acercó a introducir su mano bajo la ropa de la chica dejando en evidencia lo dicho.

—¡Ahh! ¡No es lo que creen!— Salió llorando del lugar.

—¡Y ustedes... Si le vuelven a tocar un pelo a mi amigo... ME LOS VOY A COMER!—

—¡AHH!— el grupo corrió aterrorizado.

—¡Ahajaja, solo mira como huyen!— El rubio se retorcía sobre su propio estómago. —Son tan patéticos...— Después de limpiarse las lágrimas de alegría, se aproximó a tenderme la mano. —¿Te lastimaron?— Me dió una sonrisa llena de ternura.

—¡Eli...!— Me lancé a sus brazos llorando. —Eli...—

—Ya todo pasó, no volverán a molestarte. No mientras yo te esté protegiendo— Brillaba como un caballero de los cuentos de hadas.

—Eli, estoy seguro que eres el más grande caballero que pueda existir—

—¡Pffff! Ahajajaja ¿Caballero? ¿Yo? Prefiero compararme con un bufón. Es más entretenido— Rió.

Gracias a Elián nadie más volvió a abusar de mí en la escuela. Pude continuar con mis estudios tranquilo. Yo soñaba convertirme en el omega perfecto para un alpha de élite.

Eso pensé, hasta que lo conocí.

¿Por qué tenías que ser un beta? ¿Por qué yo tenía que ser un omega? Tú eras mejor que cualquier alpha que hubiese conocido. Con tu cabello negro ondeante, esos ojos azules como el cielo y tan profundos como el mar. Eres tan hermoso, Fred Rous. Desde el primer instante que te vi me lo pareciste.

Cuando Elián te presentó no pensé que me enamoraría a primera vista de tí. Y no tenía sentido, tu carácter era de lo menos que podía esperar de los tan soñados principes de los cuentos. Eras inmaduro, con palabras poco sinceras, pero muy directas. Y había algo en esa naturaleza salvaje tuya que me atraía.

—Y recuerda, esta es la posición básica en una pelea— Explicó. Incluso enseñando a otros se veía tan intenso.

De camino a casa continuaba pensando en él. Por alguna razón no podía sacármelo de la cabeza, y ni siquiera había un motivo. Él no tenía una escencia, pero sí un aura peculiar. La manera en que su sudor rebota cuando esquiva un ataque, provocaban un alboroto en mi interior...

¿Tal vez solo me guste porque estoy pasando por la pubertad? No, si fuera por eso, definitivamente un alpha me gustaría y no un beta. Realmente no entiendo qué es lo que hay en él.

—Eli... ¿Tú quieres enamorarte de un alpha?— Él escupió el jugo del almuerzo.

—... Disculpa— Se limpió. —¿Por qué me preguntas tal cosa? Puedo vivir bien sin un alpha... Tampoco mi pareja tiene que ser un alpha—

—¿No tiene que serlo? Pero, los omegas y alphas tienen una conexión especial.— Me metió en la boca un pedazo de fruta.

—No lo sé... No me importa, y vendría bien que todos esos alphas arrogantes se vinieran abajo, para poder colgar sus cuerpos en las plazas...—

—En verdad odias a los alphas...— Sus feromonas me dieron escalofríos.

—¿Te enamoraste de uno?—

—No es nada de eso... En verdad, estaba pensando si un omega puede enamorarse de un beta u otro omega—

—¿Por qué no? Uno solo se enamora de la persona, da igual si es omega, beta o alpha... De todos modos, todos tienen sus ventajas y desventajas— Opinó.

—Tienes un gran pensamiento, Eli... Te envidio—

—¿Qué vas a envidiar? Ahaja— Me abrazó.

Mi vida era bastante acomodada, y tenía un buen amigo como Elián. Era muy feliz junto a mi familia. Mis padres siempre me contaron historias maravillosas de amor. En verdad, siempre quise tener un amor como el que tuvieron mis padres.

—Mamá... ¿Qué pasaría si yo me enamoro de un beta?— Ella rió.

—¡Qué gracioso, hijo!—

—Tú tienes que casarte con un un buen alpha. ¿No has pensado en el hijo de los Zuzunaga?— Preguntó.

Jake Zuzunaga, lo conocí en mi infancia. Desde que recuerdo los demás omegas me molestaban. Cuando tenía 5 años me quitaron mi peluche favorito y jugaron al "tontito" con él. Por lo que me quedé llorando en solitario. No obstante, un niño se me acercó, recogió mi conejito y me miró con una mueca neutral.

—Solo se ensució un poco... Puedes reparar su oreja. No llores— No había una emoción particular en su voz. Pero, estaba profundamente agradecido con él. Jake era unos años mayor que yo, tenía la misma edad que mi hermano e iban a la misma escuela.

A pesar de su aburrida apariencia, era una persona muy servicial. Aunque su familia siempre me causó mucho miedo. Al igual que nosotros, eran los ricos de bajo mundo, por lo que no le agradabamos a nadie. Los de élite real nos odiaban. Y creo que ellos mismos estuvieron detrás del incendio que asesinó a mis padres.

Un fuerte olor a carbón, que me despertó y la luz del fuego en la puerta me aterró. —¡Sieg!— Oí a mi papá. —¡Sieg!— Me levanté rápidamente, pero el fuego se acercaba a mí. Entonces, corrió a través de las llamas, sin pensar en las consecuencias y me cubrió con la manta que estaba sobre los pies de la cama. Me tomó en brazos y me lanzó hasta que me atrapó mi hermano, quien se encontraba del otro lado del fuego. —¡Salgan!— Gritó, antes que la madera se despedazara sobre él.

—¡Papá! ¡NO! ¡PAPÁ!—

—¡SIEG!— Me miró mi hermano y me obligó a mirarlo. Un segundo viendo a sus ojos fue suficiente, me abrazó diciendo que todo estaría bien, pero sus brazos temblaban.

Las escaleras también estaban siendo consumidas por el fuego. Me tomó en brazos y corrió evitando la llamadara. —¡Ahg!— Se quejó cuandon el fuego alcanzó un costado de él.

—¡Casim!—

—Estoy bien— Dijo entre el sudor y las lágrimas. Escapamos apenas del incendio. Casimiro me salvó ese día y obtuvo graves quemaduras. Por suerte se recuperó pronto, pero a diferencia de mí él se llevó un gran golpe en la huida del incendio.

Casimiro me protegió ese día, mi padre murió por mí. Yo aún no sabía como sentirme al respecto. Solo sentía que no servía de nada salvarle la vida a alguien tan insignificante como yo.

En el funeral me encontraba tremendamente en pena, y el vestido de negro lo resaltaba aún más.

—¿No encontraron la causa del incendio?—

—Seguramente fue obra de alguno de la élite— Comentaban.

—Sieg... No los escuches...— Me decía Elián tristemente.

—Lo siento mucho, Sieg...— Dió sus condolencias Jake. —Los voy a extrañar mucho—

—Estoy seguro que ellos no querrían verte triste... Eras muy importante para ellos— Consolaba Elián. —Será duro, pero sé que tú podrás con ello..— Lamentablemente yo no era tan fuerte como Elián.

Casimiro no dijo nada ese día, ni siquiera quiso hablar con nosotros. Él se veía mucho más inestable que yo. Desde ese día, ya no reconocí más a mi hermano.

Yo me quedé hasta el último minuto de la ceremonia llorando. Elián y Jake se ofrecieron a acompañarme, pero les dije que quería estar solo. Nada me consoló. Sin embargo, había una persona que llegó tarde, y que no esperaba verlo.

—Sieg...— Pronunció Fred, algo sorprendido de verme ahí solo. Su camisa estaba mal abotonada y su corbata estaba que se volaba. Seguramente salió a última hora de casa.

Me vió un tiempo, antes de abrazarme. —La vida es una verdadera mierda ¿No?— Dijo y lloré más.

—¡Sí!— Me aferré a él sin dejar de gritar del dolor que sentía en ese momento.

Él me dijo lo que necesitaba oír. No un "Estará bien", estaba cansado de que me lo dijeran, o que sintieran lastima al verme. Nada estaba bien. Sé que la gente trató de ser amable, pero yo solo quería algo de honestidad. Fue mi culpa que Casim lo alcanzara el fuego. Fue mi culpa que mi padre muriera... —Realmente no sirvo para nada— Siempre siendo salvado por otros. —¿Por qué soy tan débil?—

—¿Y qué? Estás vivo, es lo único que importa—

—¡Si no fuera por mí, papá no hubiera muerto!—

—¿Acaso tú provocaste el incendio?—

—No...— Sollocé.

—Entonces, no es tu culpa... Tú no provocaste lo que sucedió—

—Pero, si hubiera reaccionado diferente...— Él tomó de mis brazos.

—Ya es muy tarde para arrepentirse. ¿Continuarás llorando por algo que no hiciste? ¿O llorarás porque los extrañas? No tiene sentido... Seguro tus padres deben estar llorando ahí arriba porque su hijo cree que los mató— Sus palabras filudas me sorprendieron.

—No, yo no...—

—¡Entonces vive con tus pensamientos claros!— Dijo. —¿Qué me dices ahora...? ¿Aún crees que es tu culpa?—

—N-no...— gimotié.

—Bien— Sonrió. —No llores, es asqueroso verte lleno de mocos...— Sacó su pañuelo y me limpió con amabilidad.

—No soy un niño— Me limpié.

—Vamos, te están esperando...— Fred ese día me ayudó a sentirme mejor, además de no dejar que mi autoestima me afectara. Yo no estaba solo, tenía muchas personas que me protegían. Y si puedo un día ser útil para alguien, eso sería más que suficiente para mí.

Hablar con mi hermano fue haciéndose cada vez más difícil, comenzó a mostrar conductas agresivas y llegaba a casa solo a dormir. Estábamos siendo cuidados por los Zuzunagas, así que nuestro vivir no era tan complicado. Pero, Casimiro fue encerrándose a si mismo, hasta que ya no vi rastro de mi hermano. El hermano mayor fraternal y gracioso que conocía ya no estaba. No logré nada tratando de ser más bueno de lo normal con él. Y cuando me di cuenta ya había perdido a mi hermano.

—¿Por qué tan triste?— Estaba sentado en la banca escuchando música.

—Siento que he perdido a alguien importante— El pelinegro me acompañó.

—¿Así?— Miramos la cancha de juego. —Por eso te la pasas todo el día vagando... Eres un pésimo manager, menos mal que te sacamos del juego— Sus palabras me hirieron, por lo que agaché la cabeza sollozando.

—Sé que no hago nada bien... Y que tampoco hago nada para remediarlo— Él se rascó la cabeza avergonzado.

—¿Estas libre después...?— Yo lo miré asombrado. —¿Qué cosas te gustan...? ¿Te gustan los helados?— Reí levemente.

—¿A quién no le gustan los helados?— Él se sonrojó gruñendo. —Estoy libre, luego— El que me haya invitado me había cambiado el ánimo. ¿Podría considerarlo una cita? En verdad quiero hacer un acercamiento con él.

Ese día la pasé increíble, sobre todo conversando con él. Descubrí cosas que desconocía, como que no le importaba asistir al club deportivo, que iba solo para vernos. También me contó que odiaba estar en casa. Y que adoraba a su hermanita.

Yo me había enamorado profundamente de él. Comenzaba a amarlo.

Un día, después de clases, continuaba en una nube pensando en Fred. Incluso pensé en mandarle un mensaje, pero vi algo que no debí ver. Algo que malinterpreté totalmente al salir de clases. Fred estaba conversando en la salida con Elian.

¿Qué hacía Fred aquí? ¿Vino a ver a Elian? Ellos dos parecían muy íntimos. Incluso, a pesar de como es Fred, acarició su cabeza y reían estruendosamente. ¿Por qué Fred se iba a enamorar de mí? ¿Por qué pensé que tendría una oportunidad?

Ellos dos se ven tan bien juntos...

Salí corriendo hacia la parte de atrás de la escuela. Y no evité que mis lágrimas salieran. No lo entiendo... ¿No habíamos avanzado en nuestra relación? ¿De qué hablaban? Nunca había visto a Fred reírse así. Más importante, una inseguridad abordó mi corazón. Yo no sé si pueda seguir más tiempo manteniendo estos sentimientos... Tenía un amor no correspondido con Fred desde hace tres años. Yo no podía continuar así... Yo ya no sé si tengo el corazón para amarlo. No soy lo suficiente estable y confiado para poder seguir con estos sentimientos encima... Es tan injusto... Es tan odioso tener un mar irracional dentro de tí. azotandote dolorosamente... ¿Por qué me entregaste tanta calidez si no te fijaste en mí? No quiero tu amabilidad, Fred... Ya no más, ya no lo soporto... ¿Por qué tengo que sentir esto por tí? ¿Por qué justamente tú? ¿Por qué tuviste sexo conmigo si ibas a ir tras Elián?

Me coloqué los audífonos y busqué una de las canciones de mi cantante favorita. Escuchar a Guinea me hacía sentir mejor, ya que sus letras eran especiales. Me identificaba con muchas de sus canciones. Y ahora mismo, entendía completamente el sentido de esta canción...

Hey, dime

Si lograra desechar todo de mí

¿Podría...

Una sonrisa fácilmente mantener?

Mi pecho duele una vez más

Así que ya...

No digas más

Detente, por favor

...

Hey, dime

Si lograra olvidar

¿Podría así...

Detener ya

Estas lágrimas

Que no se quieren ir?

Aún si conozco la respuesta,

Por favor...

No muestres más

Mi llanto no se irá

...

No importa cuánto pueda

Acercarme a tí

No tengo un corazón,

Para así amarte

¡Injusto es, injusto es!

¡Acaba ya con este dolor!

¡Destrózame y rómpeme!

¡Haz ya mi cuerpo desvanecer!

¡Incluso si no soporto más

Y me retuerzo entre lágrimas...!

Ven, abrázame

Con todo tu ser

Y por favor,

No me dejes ir...

Ya no más...

No más...

...

Hey, dime

¿Mi deseo puede hacerse realidad?

Si es así...

Pues, deseo todo lo que quieras tú

Aunque lo sé,

Mi existir es simplemente

Una ilusión

Al menos, ven aquí...

...

No importa cuánto amor

Puedas sentir tú por mí

No tengo un corazón,

Para así amarte

No, ya no más

Detente ya

No quiero tu amabilidad

Aunque trate y quiera entender

Sé que imposible me será

Me hace mal

Este dolor...

Con tus palabras enséñame

No entiendo qué es este sentir

Sostenme,

Y no me dejes ir

¡Injusto es, injusto es!

Acaba ya con este dolor

Destrózame y Rómpeme

¡Haz ya mi cuerpo desvanecer!

Incluso si,

No soporto más

Y me retuerzo entre lágrimas

Ven, abrázame

Con todo tu ser

Y por favor, no me dejes ir

Ya no más...

Ya no más...

...

Hey, dime

Si tuviera un corazón para amar

¿Podría...

Ser capaz de encontrarlo y Entender?

Mientras sonríes levemente,

Pronunciaste para mí

"Lo tienes justo aquí"

Me quedé dormido y no noté el pasar de las horas. Al abrir los ojos ya estaba apunto de oscurecer. ¡Espero no hayan cerrado la escuela todavía! Corrí hacia la salida. Sin embargo, tropecé en la entrada, por suerte alguien me atrapó.

—¡Sieg!— Era Jake. —¿Por qué no avisaste que te quedabas hasta tarde? Casim está vuelto loco—

—Lo siento... Yo me quedé dormido—

-—Por favor, avisa la próxima vez— Tocó mi cara. —¿Qué fue lo que ocurrió? No me digas que alguien te molestó— Su voz sonó un poco más preocupada.

—No... Solo vi algo que no debí ver, supongo...—

—¿Quieres decirme?— Su palma tocó mi espalda y caminamos así.

-—¿Puedo confiar en tí?— Él es bastante silencioso, así que puede que no haya problemas.

—Sí, te estoy cuidando...— Envió un mensaje a Casimiro de que estaba vivo y a salvo. —¿Quieres caminar hasta la casa? ¿O estás muy cansado?—

—¿Podemos deternos un rato?— Le conté a Jake de mi enamoramiento por Fred. Él no me mostró alguna reacción solo escuchaba en silencio. Acariciaba mi espalda, mientras yo lloraba. Luego de desahogarme, me llevó a casa en su moto.

—Tranquilo, Sieg... Si tú me necesitas, siempre estaré para tí— A pesar de mostrarse apacible, su apoyo hizo latir mi corazón.

—Gracias— Lo abracé.

—¡Oigan!— Irrumpió mi hermano. —¡No lo toques, Jake!— Lo apartó de mí mostrando sus dientes de alpha. Y vi a Jake decaer un poco.

—... Solo lo estaba animando, no tienes que ser así conmigo— Se colocó el casco y arrancó.

—¿Casim?— Su expresión daba miedo, pero pronto colocó una mueca amarga.

—¡No vas a volver tan tarde a casa nunca más!—

—¿Qué...?—

—¡Te pudo pasar algo! Tuviste suerte de que Jake te encontrara... Por hoy estás castigado y comerás en tu habitación— Sus feromonas aniquiladoras no me hicieron sentir tranquilo.

—... No eres mi padre— Él expresó sorpresa y me agarró bruscamente.

—Yo soy él que decide que es mejor para tí... Tienes que aprender a comportarte—

—¡Me duele...!— Me llevó casi arrastrando y me empujó a mi cuarto.

—Y más te vale ponerte a estudiar... Sé que estás reprobando la clase oral— Exigió.

¿Qué fue lo que te pasó Casimiro? Me ponía triste más que Fred... Él ya no parecía mi hermano. Aún recuerdo cuando me llamaba cabeza de chorlito y me hacía bromas. ¿Qué debería hacer? Pero, creo que tiene razón en lo de estudiar. Sin embargo, es muy difícil pararse delante de tanta gente y hablar. Mis propios compañeros de clase me aterran. Si estuviera Elián en mi salón no me sentiría tan mal...

Preferí acostarme a dormir y sollozar en silencio.

Verdaderamente había perdido a mi hermano. Después de que vi como atacaba a Elián ni siquiera podía mirarle a los ojos y me daba miedo estar cerca de él. Luego de ese acontecimiento todos cambiamos. Elián se alejaba de los alphas por inercia. Incluso, una vez golpeó la mano de Jake porque le tocó el hombro desprevenido. Por supuesto se disculpó con él, aunque Jake lo comprendía. Gracias a él creo que Elián fue recuperando el ánimo poco a poco y ya no le espantaba estar cerca de los alphas.

Ahora, el único problema, es que luego de que mi cantante favorita muriera, Fred estuvo desaparecido días, y Elián empezó a estar más distante, algunas veces Fred aparecía con moretones. Suponía que se metía en peleas por ahí, pero fue muy extraño cuando lo vi con solo una herida en su mejilla. Lo estaban maltratando en casa. Ni hablar de mi hermano, empezó a trabajar para mantenernos y ni siquiera me hablaba, me ignoraba completamente. Jake era el único que me acompañó cuando me sentí solo. No obstante, empezó a fumar compulsivamente.

—¿Estás bien?— Preguntó inhalando el cigarro.

—Sí... Estaba pensando, que nos separamos muy repentinamente ¿No?—

—Sí... Los extraño— Dejó salir el humo.

—¿Cómo te ha ido en casa?—

—Lo habitual, casi nunca veo a mis padres... Me siento un poco solo— Contestó.

—Ahaja, yo también me siento solo... Mañana es tu cumpleaños. ¿Vas a celebrarlo con ellos?— Pregunté.

—Mhm... No lo sé, a mi papá le molestan las fiestas y mi madre está de viaje—

—Eso es tan triste... En mi cumpleaños me acompaña Elián. Es tan bueno, todavía no se ha olvidado de mí— Reí.

—Seguramente me envie un regalo, él siempre se acuerda de nosotros—

—Él es así— Sonreí.

—Ya es un poco tarde, te acompaño a la mansión— Nos levantamos de donde estábamos sentados.

—Jake, mañana... ¿Podemos vernos de nuevo aquí?—

—Ya es rutina verte aquí siempre...— Me sonrió tiernamente.

—Sí...— Me sonrojé.

Al siguiente día, lo esperé media hora antes, para poner las velas sobre un pastel y encenderlas. Hice un mini picnic en el pasto. Cuando llegó le coloqué un gorro de cumpleaños y tomé la torta entre mis manos.

—¡Feliz cumpleaños!—

Él se alegró, sus facciones inmediatamente mostraron una sincera sonrisa.

—Gracias, Sieg—

—¡Pide un deseo!— Dije después de cantarle.

—Creo que ya se cumplió...— Sopló las velas.

—¿En serio?— Le pasé un tenedor para comer la torta.

—Sí, no quiero que te separes de mí...— Miró nerviosamente hacia otro lado. —Eres el único que aún permanece conmigo.— Olí su escencia embriagadora. Para ser un alpha, su escencia era como tomarse un trago suave y un poco dulce.

—Yo también estoy feliz por eso— Igualmente dejé escapar mi escencia débilmente.

Nos acercamos nerviosamente hasta unir nuestros labios. Así comencé una relación con Jake. En verdad, la pasábamos muy bien juntos, tanto como pareja y amigos.

Él me contó que al igual que yo tenía un amor no correspondido, con mi hermano. Me sorprendió un poco. Supongo que él tuvo miedo de perderlo, era obvio lo enamorado que estaba Casimiro de Eli. Además él creía lo mismo que mis padres, solo se podría casar con un omega o una mujer alpha, jamás hubiera aceptado a Jake. A pesar de lo mucho que trató Jake de estabilizar a Casimir, él nunca lo notó.

El segundo rencor que le guardo a mi hermano es que él es la mitad de culpable del hecho de que Jake comenzara a fumar compulsivamente.

Jake es una persona dependiente, en verdad siempre quiso una pareja, ya que se sentía solo con facilidad. Cuando empezamos a salir dejó de fumar cajetillas por uno o dos cigarros al día. Estaba contento que dejara de fumar como un drogadicto, además empezó muy joven.

Nuestra relación fue muy llevadera y romántica. Era con lo que soñaba. Aunque ambos aún teníamos sentimientos por nuestros amores pasados nos reconfortaba estar juntos. Poco a poco fue convirtiéndose en una fortalecida relación.

Sin embargo, el día de mi cumpleaños lo engañé con Fred. Y no hallé la manera de explicarle. No quiso oirme por una semana completa, hasta me bloqueó en las redes. Me sentía muy triste por lo que hice y culpable. En ese momento los sentimientos que tenía por Fred flotaron de la nada. Y no sabía como reconciliarme con Jake. Pasé en mi cama temblando bajo las sábanas esa semana.

Pero, él volvió para hablar conmigo. Llegué hasta arrodillarme por lo que hice y me menosprecié.

—Sieg... Sigo furioso contigo, pero es más grande el sentimiento de vacío de cuándo no estás...—

—¿Me perdonas...?— En verdad, creí que me terminaría. Lo había traicionado.

—No lo sé... No estoy seguro de poder volver a confiar tan fácil. Pero, te amo— Confesó.

Aún cuando en un principio eramos solo un remplazo de nuestros antiguos amores, él me dijo que me amaba. —Y no quiero perderte—.

—Jake...— Nos abrazamos y besé al castaño. —Lo siento... Perdón, perdón...—

—Ya no llores...— Limpió las lágrimas, incluso pasó su lengua por ellas.

—Mhm...— Me tiró sobre la cama con cuidado.

—Quiero hacerlo contigo... Quiero borrar todo el camino que él trazó...— Yo asentí aún con lágrimas. ¿Cómo pude hacerle esto? Estúpido y sensual Fred... En serio, quisiera odiarte Fred. Jake es incluso mejor, porque cumple con las expectativas. Y es un verdadero príncipe conmigo. Además, me hace sentir verdaderamente amado, no me confunde...

¿¡Entonces, por qué!? ¿¡Por qué me dejaste, Jake!? ¿Por qué todo tiene que cambiar a mi alrededor? ¿Por qué tuviste que cambiar así, Jake? ¿Es por qué te traicioné y no pude amarte? Es verdad, soy una mala esposa... Una terrible esposa... Está bien si me gritas si te hace sentir mejor, pero por favor no me dejes...

—Lo siento, lo siento...—

—Sieg, despierta...— Me encontré con unos ojos azules.

—Fred— Es cierto, mi vida cambió drásticamente por una tercera vez.

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