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Capítulo 86: Charla con Akeno y Castillo demoníaco (1)

Akeno le miró algo extrañada por esa pregunta, incluso ella misma había olvidado esa sensación pero en el fondo atesoraba aquellos recuerdos.

-Era genial cuando mi mamá me peinaba todas las mañanas y en la tardes venía mi papá a jugar a la pelota conmigo -contestó ella sonriendo.

Sus ojos violáceos no pudieron evitar llenarse de lágrimas al revivir aquellos recuerdos, y Goku sonrió débilmente antes de cerrar sus ojos.

-Jejeje no conocí a mis padres así que nunca pude vivir eso, pero me crió mi abuelo, que fue la única familia que tuve -prosiguió el azabache.

Akeno le miró con pena, aunque ya sabía eso ya que en su momento revisó el expediente de Goku junto a Rias para saber si él quién era realmente.

Y vaya que les sorprendió.

-Y te juro que si él estuviera vivo hoy en día, aunque fuera un minuto, lo disfrutaría con él sin lugar a dudas -agregó Goku viendo a Akeno.

"...."

Akeno no supo qué decir.

-Tu padre está vivo, ¿no? ¡Pues aprovéchalo tú que puedes! ¡Da igual los errores del pasado, vive el presente y no mires atrás! -declaró el chico.

No mires atrás.

Akeno siempre había vivido en el pasado, por eso se encerró sobre sí misma y sobre su odio, enmascarando así su verdadera personalidad.

Siempre odió a su padre por no haber llegado a tiempo, y a su raza por haber sido la causa de la desgracia de su familia y de la suya propia.

Pero jamás lo analizó a fondo.

Siempre ignoró las palabras de Suzaku porque sabía que ella se llevaba muy bien con su padre y seguro que era él quien le pedía reconciliarse.

Pero el hecho de que Goku ahora le dijera lo mismo le hizo recapacitar sobre aquello, ¿su padre tuvo la culpa de lo ocurrido ese día?

No, su padre Barakiel jamás habría podido adivinar lo que iba a suceder. Incluso si hubiera llegado más pronto el asunto habría ido a peor.

¿Su raza tenía la culpa de lo ocurrido?

No, los ángeles caídos ni siquiera tuvieron nada que ver. Es más, si su padre no hubiera conocido a su padre, ella jamás habría venido al mundo.

Entonces, ¿por qué los odiaba?

¿No era acaso un odio vacío y sin sentido?

Akeno estuvo evitando tener este debate interno porque seguía dolida, pero muy en el fondo sabía que su pobre padre era inocente en todo esto.

Estuvo culpándole este tiempo para descargar su dolor sobre él. Sólo fue una cobarde incapaz de asumir lo ocurrido y superarlo de una vez.

Con esta amalgama de pensamientos algunas lágrimas amenazaron con salir de sus ojos, pero antes de que eso pasará, Goku tomó sus manos.

-¿Te parece si hacemos un trato? -habló Goku con una sonrisa en sus facciones, una pequeña idea había pasado por su mente y le agradó.

-¿T-trato? -Akeno musitó levemente con varias dudas mientras contenía sus lágrimas haciendo un gran esfuerzo, estaba al borde del colapso.

-Al casarme con Suzaku seré patriarca del clan Himejima, por lo que puedo revocar tu exilio... a cambio de una cosa -propuso el azabache.

Los ojos de Akeno se agrandaron al oír sus palabras... era incapaz de creérselo del todo.

Sabía que sólo el patriarca podía hacer algo así como revocar un exilio. Y como Goku era el prometido de la heredera... sería el patriarca.

Y si revocaba su exilio, Akeno podría volver a las tierras de su clan y visitaría la tumba de su madre. Sí, parecido a lo de Tsubaki.

-¿A c-cambio de qué? -preguntó Akeno con curiosidad y la sonrisa de Goku se hizo más grande, su idea pareció gustarle a Akeno.

Lo hizo porque uno de los objetivos de Suzaku era reintegrar a Akeno en el clan, así que sólo le facilitó la tarea dando un pequeño impulso.

Y porque bueno, Akeno sufrió bastante en el pasado y sí podía ayudarla aunque fuera un poco estaría bien. Y con esto, podría ayudarla.

-Dejarás de ser exiliada a cambio de que te reconcilies con tu padre, ese es el trato -ofreció el chico sonriendo, mejor oferta imposible.

Akeno tuvo pocas o ninguna duda.

Sobretodo porque si aceptaba el trato podría ver dónde estaba enterrada su madre, y porque Suzaku volvería a hablar con ella de nuevo.

Todo sería como antes.

Su padre... bueno, todavía le dolía lo ocurrido y eso no se olvidaba de un día al otro, pero tal vez y sólo tal vez podría llegar a perdonarle.

Ese sería el primer paso.

-De acuerdo, lo haré... más te vale cumplir la promesa Goku-san -Akeno rió suavemente y el azabache rascó su nuca nerviosamente.

-Claro que sí, sólo debes esperar un poco más -dijo Goku juntando sus manos, todavía quedaba muchísimo para su matrimonio con Suzaku.

-Goku-san... muchas gracias por todo, esto es algo que nunca olvidaré -habló Akeno con sinceridad y el chico le restó importancia.

-No fue nada realmente. Bueno Akeno-senpai, ¡nos vemos! -profirió Goku despidiéndose y se alejó de ella corriendo hacia el piso de abajo.

Yendo hacia Tsubaki.

Akeno sonrió llevándose la mano al pecho, nunca pensó que un simple encuentro pudiera dar tal giro dramático a su vida y existencia.

Pensar que hace veinte minutos estaba triste y vacía, y que ahora estaba con ilusión y ganas de vivir. Todo esto tenía un denominador común.

"Goku-san... realmente eres un chico muy especial"- Akeno cerró sus ojos disfrutando de esta cálida sensación que llenaba su alma.

Minutos después.

"¿Te irás?"

Tsubaki preguntó mirándole suavemente mientras ambos estaban sentados en la azotea, como de costumbre hacían en los recreos.

-Necesito entrenar, no he vuelto a hacerlo desde que peleé contra Raiser -respondió Goku mientras comía algo que le hizo Tsubaki.

Tsubaki asintió y entendía sus razones, si Goku no entrenaba perdería poder y se haría más débil, cosa que no era nada conveniente para Goku.

-Comprendo, cuídate, ¿sí? Te estaré esperando en casa -habló Tsubaki con una sonrisa- "O en la habitación..."- pensó ella un tanto sonrojada.

Aunque ese pensamiento se lo guardó.

-Tranquila, estaré bien Tsubaki -declaró Goku sonriendo y una vez que acabó de comer apartó la bandeja- Como siempre, estuvo delicioso.

-Muchas grac... -antes de que Tsubaki pudiera terminar la frase sus labios fueron reclamados por su amado en un beso feroz y salvaje.

Pero apenas duró cinco segundos.

-Perdón jeje, pero tenía que devolverte sí o sí lo que me hiciste la otra noche -se excusó el chico rascando su nuca con una sonrisa nerviosa.

-¡T-tonto! -Tsubaki le pellizcó la mejilla con molestia y Goku se rió al ver la reacción de su amada, era divertido verla de esa manera.

A Tsubaki se le contagió la risa de Goku y luego de unos instantes conteniéndose se echó a reír a carcajadas a la par que su chico azabache.

Tras unos minutos Tsubaki se recostó en el pecho de Goku, y contemplaron las nubes que transitaban de un lugar a otro en el cielo...

Y así, pasaron el tiempo.

Por la tarde.

Había regresado.

Había regresado a la torre de Kuoh.

Una vez que salió de clase se despidió de Tsubaki y se encaminó hacia la torre donde se ubicaba el temible castillo demoníaco.

Ahora sí que entraría de verdad, obtuvo la llave luego de derrotar a Cerberus en una pelea difícil y complicada, pero que logró sobrellevar.

"Antes de nada, debo dividir los puntos de estado"- discurrió Goku deteniéndose a unos metros de la torre y abrió una pantalla.

Habían transcurrido tres días desde la última vez que lo hizo. Por lo que en total había ganado dieciocho puntos con las tres Quest diarias.

[Fuerza: 110]

[Constitución: 90 -> 95]

[Agilidad: 107 -> 110]

[Inteligencia: 90 -> 95]

[Sentido: 90 -> 95]

[Carisma: 41]

[Suerte: 35]

[Reducción del daño físico: 25%]

Goku sonrió viendo las ranuras.

"Un poco más y esas tres llegan a los cien puntos, espero conseguir muchos en el castillo"- pensó Goku deseándose lo mejor para esto.

Sin más cerró la pantalla del sistema y sacó la llave del inventario, antes de insertarla en la torre. La llave desapareció por arte de magia.

[¿Te gustaría usar la Llave de la Puerta del castillo y entrar al castillo demoníaco? (Sí / No)]

Goku quedó con cara de póker.

"No, vine aquí para dar la vuelta y regresar"- indagó Goku sarcásticamente y negó con la cabeza antes de aceptar a la pregunta.

Clunk.

Enseguida las grandes puertas se abrieron y Goku se sorprendió porque no había ningún monstruo presente, eso fue decepcionante.

"Todo está bastante tranquilo"- pensó Goku manteniendo alerta sus sentidos y cuando se adentró en el castillo una notificación le sorprendió.

Ring~

Quest ordinaria:

¡Reúne las Almas Demoníacas! (Parte 1)]

[El castillo demoníaco está lleno de demonios. Debes cazarlos y recolectar sus almas para poder ganar una recompensa única y especial]

[Quienes son demonios normales contienen un alma, pero en los pisos superiores vendrán demonios con varias almas en su interior]

Requisito de la misión:

[Entrar en el Castillo Demonio]

Objetivo de la misión:

[Almas demoníacas (0 / 10,000)]

Recompensas:

#1: +20 puntos de estado

#2: Elija un artículo de cada artículo posible

#3: Recompensa desconocida

El azabache leyó con atención la Quest y se fijó sobretodo en las recompensas, sus ojos ónix se abrieron entusiasmados por lo que leyeron.

"¡Es una gran cantidad de puntos! Y además podré elegir un artículo en la tienda..."- pensó Goku con bastante alegría en su corazón.

Aquella alegría desapareció cuando vio el objetivo de esta misión... ¡tenía que derrotar a diez mil demonios por su propia cuenta!

Aunque tuviera a las sombras era un número sumamente desorbitado, calculaba que al menos tardaría diez o más días para conseguirlo.

"Esto será difícil, me siento emocionado"- el chico apretó sus puños ansioso por empezar esto cuanto antes, tenía ganas de pelear.

Ring~

Pero antes, el sistema notificó.

[¿Te gustaría aceptar la Quest?]

Ni siquiera se lo pensó dos veces.

-Por supuesto -respondió Goku.

[Has aceptado la Quest]

En comparación con todo lo que había experimentado hasta ahora, esto no sería nada. El problema era la cantidad de enemigos.

-Y también depende del poder del enemigo -murmuró Goku con la mano en la barbilla, y se percató de había algo flotando sobre él.

[Almas demoníacas recogidas: 0 / 10,000]

"Es tiempo de subir de nivel"- pensó Goku con una sonrisa mientras que desplegaba la daga del Monarca y el colmillo envenenado de Casaka.

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