"Sí... eso es lo que pasó Sona"
Rias le contó lo sucedido con Goku a su amiga, quien estaba con su reina en la sala del consejo estudiantil organizando un par de archivos.
Sona creía que este asunto podría convertirse en un problema, pero ahora por lo menos sabían las dos cosas fundamentales en este asunto.
Primero, que Goku no actuaba contra ellos, ya que según Rias su propósito era proteger Kuoh. Por lo que no eran enemigos ni aliados.
Segundo, que quien orquestaba todo este asunto de los ángeles caídos eran dos líderes de Grigori, aquello último era lo principal del problema.
-¿Satanael? -Sona se llevó la mano a la barbilla indagando- Hmm... ya veo, es el ángel caído que traicionó Grigori y reunió a poseedores de sacred gear diabólicas para derrocar a los dioses, ¿no?
Sona supo del asunto hacia varios años, se enteró de ello gracias a su hermana pues aquel asunto se extendió incluso hasta los Maou.
-Así es, llamó a su equipo "Nephilim Abyss". Tengo entendido que fueron derrotados por Grigori, los cinco clanes y el grupo Slash Dog, ¿por qué busca entonces repetir lo mismo...? -preguntó Rias sin comprender bien aquello.
Sona ajustó sus lentes, desconocía muchos detalles de lo sucedido con Satanael y no podía deducir nada hasta que no lo supiera todo.
-No lo sé... investigaré al respecto -habló Sona suspirando- Entonces, ¿dijiste que Son Goku es un humano? Eso no explica que no pudiera ree...
-Lo sé Sona, es muy extraño que no haya podido ser reencarnado pese a ser un humano... ¿tal vez sea efecto de una sacred gear? -inquirió Rias con curiosidad genuina y Sona la miró estupefacta.
-¿Una sacred gear capaz de contrarrestar los efectos de las Evil pieces? Eso suena todavía más extraño Rias -contradijo Sona negando.
-Pero sí es probable que él posea una sacred gear -comentó Rias recordando su pelea contra Reynare- Eso sumado a su destreza en el kendō.
-No hay registro acerca de las habilidades de Son Goku... lo mejor es tratar de tenerle como aliado, aunque dudo que alguien como él tenga malas intenciones -habló Sona pensativa.
-Sí.. en nuestra charla de antes no percibí maldad en él... -confesó Rias cruzando sus brazos bajo su busto- ¿Qué sugieres Sona?
-Todo parece indicar que Goku va dos pasos por delante, así que supongo que él ya sabe la ubicación de esos ángeles caídos -respondió- El caso es que él esté dispuesto a colaborar.
-Recuerdo que Goku-san dijo que no sabía más respecto a aquel tema... lo que me hace pensar que alguien le está dando información -comentó la pelirroja indagando- ¿Quién crees que sea?
-Hay muchas incógnitas en todo esto Rias... debemos ir paso a paso sin precipitarnos -habló Sona ajustando sus lentes tranquilamente.
Si en verdad Goku iba pasos por delante debían ser cuidadosas de ahora en adelante, no querían tener más complicaciones en esta cuestión.
Si los Cadres de Grigori estaban implicados de por sí ya era un asunto complicado, pero resolverían lo que estaba a su alcance.
-Bien... esta tarde enviaré a mi familiar a sobrevolar el área sur de Kuoh, no hay que perder tiempo -indicó Rias cerrando su puño.
Esta era su ciudad, su hermano se la había confiado y no podía defraudarle. No dejaría que esos ángeles caídos se salieran con la suya.
Sona asintió mientras grababa unos archivos y se los entregaba a su vicepresidenta, que desde que comenzó la charla parecía bastante ida.
-¿Ocurre algo Tsubaki? -preguntó Sona con una ceja arqueada manteniendo su semblante serio.
-No es nada Kaichou -respondió Tsubaki esbozando una ligera sonrisa que enmascaraba los pensamientos que surcaban su mente.
"Goku-san..."- pensó ella recordando las imágenes que vio anoche, cuando descubrió la verdad acerca de quien era su único amigo.
No estaba contenta por el hecho de que desde un principio Goku ya sabía su identidad y no se lo dijo, a pesar de lo que ella le preguntó en su día.
"Si hubiera algo muy importante que podría condicionar nuestra amistad en el futuro, ¿me lo dirías sin dudar?"- Tsubaki recordó la pregunta que le hizo al azabache hace un par de días.
Ambos se mintieron y fundamentaron su amistad en base a aquella mentira, ninguno de ellos tenía la culpa realmente de lo sucedido.
Simplemente eran las circunstancias de la vida, tarde o temprano se iba a saber la verdad. Ahora tocaba afrontarla con absoluta sinceridad.
"Tendremos que hablar de esto... no quiero perderle"- discurrió Tsubaki, el azabache era su único amigo y el más valioso de todos.
Le alegraba sumamente saber que el único objetivo de Goku era proteger Kuoh, eso decía mucho de su persona aparte de lo que ya sabía.
Si es que en verdad Goku era la persona que había mostrado ser hasta ahora... era normal tener dudas. Aunque por esa misma razón...
Tsubaki quería comenzar de cero.
Esta vez sin mentiras, sin engaños de por medio, sin tapujos, sin nada malo que pudiera perjudicar en un futuro la amistad que ambos mantenían.
Quería una relación transparente con él.
Por eso iba a esforzarse en hacer bien las cosas en esta ocasión. Tsubaki deseaba firmemente de todo corazón que todo saliera lo mejor posible.
Goku no la veía como la vicepresidenta estricta o como la reina de Sona, la veía como a Tsubaki Shinra, la adolescente que ella era en verdad.
Pero la vida no se lo pondría fácil.
"Supongo que enterarse de esto la habrá afectado de alguna manera"- pensó Sona viendo a su reina, todo esto se estaba complicando.
Con Goku.
"Waaaaah está muy delicioso"
-Ah, ¿sí? -preguntó Goku sorprendido al ver que Asia soltaba varias lágrimas comiendo la hamburguesa que la había servido antes.
Asia no tenía dinero en sus bolsillos como para poder pagarla así que Goku se ofreció en comprarle la hamburguesa y el batido de fresa.
-Pero, ¿por qué estás llorando Asia? -volvió a preguntar el azabache sin entender el motivo de aquella reacción- Si quieres te compro otra co...
-¡E-estoy feliz! Son lágrimas de felicidad -habló Asia con una sonrisa- En el convento donde vivía no podía comer cosas tan deliciosas como esta.
Claro, eso sumado al hecho de que en las últimas tres semanas se había alimentado sólo a base de pan y agua antes de llegar a Japón.
-Entonces cuando salga del trabajo te iremos a comer mucha más comida deliciosa, ¿te parece bien? -propuso Goku con una enorme sonrisa.
-N-no me gustaría aprovecharme de tu amabilidad Goku-san... ¡estoy muy agradecida por esta sabrosa comida que me has comprado! -exclamó Asia cerrando sus ojos tímidamente.
Goku se rascó la nuca sonriendo, Asia le resultó una persona formidable y bondadosa, demasiado bondadosa en su opinión.
-No digas eso, iremos a comer en... -Goku consultó el reloj que había en la pared- Oh, cerramos el local en diez minutos... así que supongo que puedo adelantarme un poco.
Asia observó cómo Goku se levantaba de su asiento y susurraba un "espérame aquí" mientras se dirigía a una puerta detrás del mostrador.
"A pesar de que no le conozco Goku-san parece una persona formidable"- discurrió Asia con una sonrisa, feliz por haber conocido a alguien así.
Mientras tanto Goku había ido al despacho de su jefa Juhee, iba a comunicarle que quería salir antes de tiempo. Total, quedaban diez minutos.
Vio que Juhee estaba anotando varios datos en una carpeta y se mantuvo callado observándola, realmente no quería ver enfadada a su jefa...
-Oh, eres tú Goku... siéntate, justamente iba a llamarte -habló Juhee despegando la vista de sus papeles- ¿Todo bien en la escuela? La próxima semana empiezan los parciales, ¿no?
Goku tragó al oír aquello, se había olvidado completamente. Con el sistema, ángeles caídos y lo demás no tuvo tiempo de pensar en eso.
-Sabía que lo olvidaste... tienes que pensar más en los estudios y concentrarte, después de todo son la base para tu futuro profesional -aconsejó Juhee mirando al azabache con suma firmeza.
Goku asintió y esbozó una sonrisa, Juhee era como la madre que nunca tuvo. Siempre estaba ahí para aconsejarle en los momentos importantes y eso lo apreciaba enormemente.
"Ella tiene razón, cuando se acabe esto de los caídos retomaré bien mis estudios con la ayuda de Murayama y tal vez Aika"- pensó el pelinegro.
Sería difícil compaginarlo con el sistema pero lo iba a intentar. Se esforzaría al máximum para aprobar el curso y pasar a tercer año, y también se esforzaría para llegar a lo alto con el sistema.
-Bien, me alegra que lo hayas entendido -Juhee mostró una sonrisa maternal antes de tomar un sobre- Iba a llamarte para darte la paga mensual.
Juhee recientemente terminó de hacer el inventario del mes de marzo y ahora tocaba pagar a sus trabajadores, notó que en este mes las ganancias se triplicaron, para su sorpresa.
-Muchas gracias señora, se lo agradezco muchísimo -profirió Goku con una sonrisa tomando el sobre y Juhee arqueó una ceja.
-¿No vas a contar cuánto hay? -preguntó.
-No lo veo necesario, todo lo que usted me dé lo aceptaré gustosamente -contestó el azabache ya que confiaba absolutamente en su jefa- ¿Uh?
-Anda, no seas modesto y cuéntalo, no pierdes nada haciéndolo -insistió ella con una sonrisa y Goku no tuvo otra opción que obedecer.
El chico contó los billetes y abrió sus ojos al término de su actividad, era mucho más dinero del que solia cobrar frecuentemente en el local.
-Gracias a ti se triplicaron las ganancias, digamos que tu presencia atrajo a muchas clientas jajajaja -se rió la mujer- Y por lo tanto, aquí tienes tu recompensa. El mérito es tuyo.
Goku escuchó absorto aquellas palabras, ¿en serio que él había hecho eso? Sin embargo, lejos de mostrarse altanero por lo que había generado, actuó con la gran humildad que le caracterizaba.
-Creo que realmente todos tenemos el mismo mérito, Irimi se ha esforzado mucho trabajando así que ella también se merece los créditos, ¿no? -preguntó Goku mientras se rascaba la nuca.
Juhee dibujó una sonrisa destellante en sus labios, estaba muy orgullosa de su trabajador. Si fuera por ella lo adoptaría como hijo suyo.
Aunque eso no quitaba el hecho de que le quisiese como uno, más sabiendo que Goku perdió a su abuelo y que era un huérfano.
-Sabía que dirías eso, así que también le di un aumento a Irimi -respondió Juhee y Goku sonrió- Ya puedes irte a casa Goku, ve con cuidado.
-Gracias por todo señora Juhee -habló Goku con una sonrisa sincera y salió del despacho, dejando a su jefa con una enorme sonrisa.
Horas después.
La tarde con Asia fue genial.
Dieron una vuelta por los locales de comida rápida más cercanos y Asia degustó platos que llenaron sus ojos de lágrimas de felicidad.
Después de eso a Goku se le ocurrió la idea de llevarla al centro comercial y los ojos de Asia se ampliaron bastante una vez en el interior.
Tiendas, jugueterías, restaurantes... muchos sitios interesantes por visitar, empezaron por un pequeño restaurante que era algo asequible.
Esta vez Asia sí que pudo comer platos reales, no hace falta decir cuál fue su reacción, lo que llamó la atención del resto de comensales.
Y para divertirse un rato pasearon por la zona de juegos, lo cual fue muy novedoso para Asia... como casi todo. Pero sucedió algo que marcó a Goku y que más tarde le ayudaría mucho.
Culminando su aventura se fueron a una heladería. Asia pecó de novata, otra vez, y tras probar el helado le subió el frío a la cabeza.
Goku se rió al ver eso y sin más se encaminaron hacia la iglesia donde debía ir Asia, que estaba a las afueras de la pequeña ciudad de Kuoh.
-Aquí es... espero que te lo hayas pasado bien Asia -habló Goku volteándose y vio que la monja rubia derramaba varias lágrimas nuevamente.
-Y-yo es-estoy m-muy co-contenta Goku-san... hoy me he divertido mu-mucho -se expresó Asia entre sollozos y el chico se acercó a ella.
-¿Y qué ocurre? Eso es bueno, ¿no? -preguntó a su vez el joven, sintiendo pena por Asia. Tenía la sensación de que tuvo una vida muy difícil.
Estuvo tentado a usar la habilidad 'persuasión' sobre Asia pero no lo hizo. Sería extraño que ella tuviera contacto con el mundo sobrenatural.
-S-sí pero... ¡No quiero que te vayas Goku-san! ¡Eres mi primer amigo! -Asia le abrazó con gran fuerza, hoy fue el mejor día que recordaba.
-No me iré, cuando quieras nos volveremos a ver Asia jeje -Goku trató de consolarla con una sonrisa nerviosa y al parecer sí funcionó.
-¿M-me lo prometes? -preguntó Asia tímidamente, tras haber pasado por mucho su vida necesitaba una ilusión, aunque fuera pequeña se aferraría a ella con esperanza.
-Te lo prometo Asia -respondió Goku sonriendo y entonces Asia le dio un último abrazo antes de correr hacia la iglesia. Goku miró cómo se iba.
"Es una promesa y no fallaré, pero es momento de ir a la torre de Kuoh..."- pensó Goku sintiendo una gran emoción surcar su torrente sanguíneo.
Lamento la tardanza pero aquí estamos con un pack de capítulos. Espero que apoyen con power stones y seguiré actualizando con frecuencia ^^