"Te noto muy feliz"
El azabache se dio la vuelta cuando sintió la mano de la dueña del local posada en su hombro, con una sonrisa se volteó rascándose la nuca.
-Reconozco esa mirada.. ¿Quién es la afortunada? -preguntó Juhee tras analizar los ojos de Goku, eran los ojos de un enamorado.
-¿Afortunada? No lo entiendo... -el azabache ladeó mostrando su confusión y la mujer se rió ante aquellas palabras- ¿Podría explicármelo?
-He vivido mucho tiemoo Goku, a través de tus ojos me he dado cuenta de que hay una chica que te gusta... -aclaró Juhee y el chico sonrió nerviosamente al oír las palabras de su jefa.
-No creo que me guste además nos acabamos de conocer -habló Goku, él no era experto en eso de los sentimientos pero veía en Tsubaki a una amiga y nada más, estaba seguro de ello.
-¿Ah, sí? ¿Por qué no nos sentamos y me hablas de ella Goku? -habló Juhee ya que aún no habían muchos clientes y podrían aprovechar en hablar.
Juhee caminó hasta el asiento más cercano y se sentó ahí colocando dos tazas de té, Goku la siguió y se sentó frente a ella, era la primera vez que se sentaba de esta forma junto a su jefa.
Irimi podría atender a los demás clientes mientras tanto ya que no eran demasiados como para que Goku interviniera, Juhee viendo esto dio un sorbo a su té esperando que Goku hablara.
-Pues ella es... estricta y en ocasiones muy seria, pero pienso que en el fondo es divertida, simpática y muy graciosa -habló Goku con una sonrisa recordando la charla con Tsubaki.
-Oh, parece ser una excelente chica -contestó la mujer sonriendo- Dime Goku... ¿disfrutas pasar tiempo con ella? ¿reírte, hablar y comer con ella?
-Pues sí señora Juhee, incluso ella se ha ofrecido a enseñarme a cocinar ehehehe -agregó Goku con una sonrisa, mañana tendría que ir a su casa.
-¡Hahaha el amor juvenil qué tierno! -chilló dramáticamente la mujer con corazones en ambos ojos- Aprovecha todo el tiempo junto a ella Goku, si alguna vez llegas a sentir algo por ella nunca te lo guardes... o será tarde.
Goku se percató de que Juhee tenía una mueca de tristeza sobre su rostro, sabía que aquellas palabras probablemente estaban relacionadas con algún aspecto de su vida, ¿pero cuál?
-Te contaré una pequeña historia -anunció Juhee y Goku asintió escuchando- Hubo hace tiempo un chico que era como tú, se mudó a la ciudad para empezar con la universidad y todo bien, pero...
Goku asintió al oírla, presentía que esto tendría final feliz pero era demasiado pronto para pensar aquello... y siguió escuchando el relato de Juhee.
-Llegó la noche de la fiesta de apertura del curso universitario pero el chico no conocía a nadie así que se sentó en una fuente, ahí, solo, sin nadie... y daba la casualidad de que a una chica le sucedió lo mismo, y ambos se conocieron -continuó ella.
Era lo típico de los chicos novatos que se hacen amigos en una fiesta donde acuden los populares, pero el trasfondo de Juhee era diferente y quería transmitírselo a Goku.
-Ambos disfrutaron conociéndose durante la noche y se incorporaron a la fiesta, porqué no -prosiguió Juhee- el chico se enamoró a primera vista de ella pero no tuvo el valor suficiente para confesar sus sentimientos, y ambos se fueron a sus casas después de una noche fantástica.
Goku asintió nuevamente ante aquellas palabras, pero no entendía adónde quería llegar su jefa con todo esto que decía o qué pretendía transmitirle.
-Los siguientes días fueron de maravilla para ambos, pues compartían el almuerzo, estudiaban juntos a ratos libres y charlaban para conocerse mejor... el chico se enamoró perdidamente de ella y ella comenzó a sentir algo por él -contó la mujer viendo a Goku, y dio un sorbo a su té.
Goku viendo que no había probado casi nada de su té bebió y arrugó un poco la frente ya que aquel té estaba bastante amargo y caliente.
-Así pasaron seis meses, los dos estaban enamorados uno del otro pero ninguno tenía el valor de confesarse... y llegó el día en que la chica se cambió de universidad -contó la mujer nuevamente- quedaron para despedirse y el chico no pudo llegar a decirle lo que sentía porque tenía miedo, la chica pensaba que él daría el paso y por eso no se confesaba, así ambos se separaron.
Incluso Irimi escuchaba aquello desde la distancia, tenía que admitir que la historia que contaba su jefa era sumamente... entretenida.
-Mantuvieron contacto durante los primeros tres meses hasta que de repente la chica dejó de mandarle correos durante tres meses -relató Juhee- el chico se decidió en confesarse por fin porque no aguantaba esto y marchó a la ciudad donde estaba viviendo actualmente la chica.
Algún que otro cliente se paraba a oír la historia, les entró tanta curiosidad y ahora no podían dejar de oírla hasta que Juhee llegase hasta el final.
-Cuando llegó a la casa de la chica, según la dirección que le había dado ella meses antes cuando llegó, se llevó la noticia de que la chica murió hace tres meses por un derrame cerebral -habló Juhee y varios jadearon- pero encontró una carta para él escrita por ella antes de morir.
"Luego ¿que sigue?"
"Ahaha me muero por saberlo"
"Es muy intrigante, ¿no creen?"
Juhee sonrió al saber que habían varios clientes interesados en su historia, pero esa iba especialmente dirigida para Goku y sólo para él.
-En la carta ella le informaba que en realidad se marchaba a otra ciudad porque tenía una enfermedad y que nunca quiso decírselo para no preocuparle y que los bellos recuerdos que vivió con él perduraran para siempre -relató la mujer- el chico lloró como nunca al saber lo estúpido que fue al no confesarse cuando ella también le amaba, pero ahora ella jamás lo sabría... y por desgracia su carta no pudo llegar a tiempo...
Goku abrió sus ojos al término de aquella historia, Juhee sonrió al presentir que Goku había entendido el mensaje que ella le quiso transmitir.
-Aprovecha cada minuto junto a esa Tsubaki... uno nunca sabe lo que tiene hasta que lo pierde, ese es mi consejo Goku -habló Juhee viendo a su empleado, a quien quería como si fuera su hijo.
-Lo tendré muy en cuenta señora, se lo prometo -habló Goku con seriedad ya que aquella historia le había hecho reflexionar sobre ciertos hechos.
Se arrepentía de no haberle dicho a su abuelo cuánto le quería, cuánto le admiraba... pero ahora ya era tarde y tendría que vivir con aquello para el resto de sus días, arrepentido en el corazón.
-¡Oh hija, has vuelto! -habló Juhee viendo a una hermosa rubia de ojos jades que vestía el uniforme junior de la secundaria Kuoh.
La hermosa chica rubia cruzó sus ojos con los ojos ónix de Goku e infló las mejillas llevándose un pañuelo a la nariz, Goku sonrió nerviosamente.
-¿Ya se conocen? -preguntó Juhee al ver que ambos jóvenes se miraron, la chica enseguida negó- Pues Goku, ella es mi hija Chae Haein, y él es mi empleado, espero que se lleven bien.
Chae Haein frunció el ceño al ver al chico de la clase 2-C y compañero del club de kendo, él la había fallado y no le iba a perdonar jamás.
-Un gusto Chae Haein, espero que nos llevemos realmente bien -se presentó Goku extendiendo la mano a la rubia, quien se le quedó mirando por unos instantes antes de fruncir de nuevo el ceño.
-Goku-nim me prometiste que tendríamos una práctica para el torneo nacional pero hasta ahora nada -habló Chae Haein molesta, pues ya habían pasado tres semanas desde que la promesa.
-Lo siento es que no he tenido tiempo, el lunes sin falta, ¿sí? -habló Goku juntando sus manos cómicamente y Chae asintió satisfecha.
-Ya decía yo que se conocen ustedes... pillines, a mí no me engañan hohoho -habló Juhee riéndose y Goku sonrió al ver a su jefa tan contenta.