Pleasure Town, era realmente una gran ciudad bulliciosa, los mercados estaban repletos de gente que compraba y vendía equipos mecánicos, frutas, aceites y comida, era conocida localmente como la capital de la isla swallow y donde se encontraban muchos investigadores e inventores.
La gente saludaba al viejo wolf agachando un poco la cabeza, llamándolo —Senador Wolf, muchas gracias por pensar en nosotros.— otras personas simplemente se limitaban a observar con una sonrisa en el rostro, mientras law pensaba. " Vaya el viejo aquí es una celebridad"
El camino hacia su residencia fue algo rápido y cómodo, la gente nos regaló una bolsa de manzanas y los chicos y law caminaban mientras mordían la manzana, pocos minutos después de entrar a la ciudad, se volvieron a encontrar con una enorme casa de metal pintada de amarillo.
—JSJSJS, Chicos, ya no viviremos en el pequeño pueblo de la nieve, no por lo menos hasta que sachi y penguin aprendan lo que ustedes ya han aprendido, y por su puesto yo necesito comprar piezas y enviarlas a Snow village, ahora vamos adentro.—
Los chicos asintieron y cuando entraron en la casa notaron que no había un solo mueble, solo un suelo de madera de abeto y una serie de botones en la pared del lado izquierdo del viejo wolf.
El viejo pulso un botón azul y pronto la casa comenzó a temblar, la sala, el comedor, los baños, las escaleras y el segundo piso comenzaron a emanar vapor y comenzaron a moverse de lugar dando espacio a nuevas habitaciones.
—Bueno chicos, viviremos aquí por un tiempo, vayan e instálense en su habitación, yo debo salir a una reunión del consejo.—dijo el viejo wolf mientras salía por la puerta.
Law y los chicos no le tomaron mucha importancia y comenzaron a moverse por la casa pulsando botones aquí y allá asombrándose por todos los accesorios mecánicos que tiene la casa.
Algunos minutos más tarde el viejo wolf caminaba por por las calles mientras caía la nieve, vestía su abrigo negro y un gorro que le cubría las orejas, no pasó mucho tiempo hasta que entró a un edificio de roca muy llamativo, el interior eran suelos de madera y paredes de piedra, una que otra persona se podía ver corriendo por los pasillos de un lado para otro con papeles o carpetas en las manos.
Pronto abrió una puerta y se encontró en una mesa redonda donde otros 3 ancianos le esperaban, estos eran los representantes de los otros 3 pueblos existentes en esta isla.
El representante del pueblo Gummy, un hombre de cabello negro azabache que viste un gambeston gris de algodón, de nombre Marc, el representante del pueblo blanco, un anciano con la piel arrugada como pasa y un cabello blanco canoso con evidente calvicie, su nombre es alfred y por último estaba Robert representante del pueblo coat, además de Wolf que era el representante del pueblo Snow.
—te haz tomado tu tiempo para llegar.— dijo el anciano Alfred.
—Si, lo noté, estás más calvo que antes, si me demoro mas me temo que tal vez se te caiga el cabello que te queda.— dijo sarcásticamente el viejo wolf frente a alfred que en lugar de parecer irritado tenía una amplia sonrisa y abrazo a el viejo Wolf.
—es un gusto verte de nuevo wolf, escuche de Rudd el líder de la policía y guardabosques de la isla, que fuiste atacado por una pequeña manada de dire wolf con tus hijos adoptivos, me alegra que sobrevivieras.— los demás que le escucharon se sorprendieron y le echaron un buen vistazo al anciano haciéndolo sentir un poco incomodo.
Después todos se dieron la mano y tomaron asiento —Bueno, ya que nos hemos reunido aquí en esta asamblea extraordinaria —comenzó el joven Marc—, creo que es importante abordar el tema del rol de Wolf como cazador en nuestra comunidad.
El viejo Wolf asintió con seriedad y suspiró antes de hablar.
—Quiero compartir con todos ustedes una decisión que he tomado. Después del último encuentro con la manada de dire wolf, me he dado cuenta de que ya no puedo seguir cazando como solía hacerlo. Las lesiones que sufrí pusieron en peligro mi vida, y a esta edad, no puedo arriesgarme de esa manera.
Alfred, el anciano del pueblo blanco, frunció el ceño.
—Wolf, has sido nuestro cazador más valiente y experimentado durante años. ¿Estás seguro de que es la mejor decisión? Podrías entrenar a los nuevos cazadores y compartir tu sabiduría con ellos.
Robert, el representante del pueblo coat, intervino.
—Estoy de acuerdo con Alfred. Tu experiencia y habilidades son invaluables para nuestra comunidad. No podemos permitirnos perder a un cazador tan talentoso como tú.
Wolf sonrió y pensó en Law, Bepo, Sachi y penguin y sonrió, ya veía a esos chicos como a sus hijos adoptivos, que estaban cerca de él.
—Comprendo su preocupación y aprecio su confianza en mí. Pero mi prioridad en este momento es pasar tiempo con mis hijos adoptivos y cuidar de ellos. Han pasado por mucho y necesitan un padre presente en sus vidas. Ya no puedo arriesgarme a ponerme en peligro como antes.
Marc asintió, reflexivo. —Entiendo tus razones, Wolf. La protección y el cuidado de tu familia son importantes. Pero debemos considerar también el bienestar de toda la comunidad. ¿Podrías al menos entrenar a algunos cazadores para que puedan asumir tu rol?
Wolf reflexionó durante un momento y luego respondió. —Está bien, Marc. Haré eso. Aunque ya no puedo cazar directamente, puedo compartir mis conocimientos y enseñar a los nuevos cazadores. Pero quiero que todos comprendan que mi prioridad principal seguirá siendo mis hijos adoptivos.
Los demás representantes asintieron, algunos mostrando su aceptación mientras otros todavía tenían dudas.
La discusión continuó, debatiendo los detalles de cómo Wolf podría dedicarse a entrenar a los nuevos cazadores y mantener un equilibrio entre sus responsabilidades familiares y su contribución a la comunidad. A medida que avanzaba la conversación, quedó claro que aunque algunos tenían reservas, todos respetaban la decisión de Wolf y reconocían su valioso aporte a lo largo de los años.
Mientras Wolf se retiraba de la asamblea, Alfred y Marc lo observaron alejarse. Sus rostros mostraban una mezcla de preocupación y alegria.
Alfred suspiró y miró a Marc. —Es triste ver a Wolf dejar atrás su papel como cazador, pero ahora como entrenador será una pieza clave en nuestra comunidad durante mucho tiempo más.
Marc asintió, pero luego una chispa de emoción brilló en sus ojos. —Sin embargo, su partida nos plantea una interesante posibilidad. Si ya no tenemos un cazador para proteger la población de los dire wolf, podríamos usar a nuestros propios cazadores para extinguirlos de una vez por todas, y buscar en lo recóndito del bosque.
Alfred frunció el ceño y respondió con cautela. —Marc, entiendo que los dire wolf han sido una amenaza constante para nosotros, pero ¿no crees que cazarlos todos podría ser una tarea peligrosa y arriesgada, sin duda perderemos a mucha gente?
Marc sonrió, lleno de determinación. —Sí, puede ser peligroso, pero también sería una oportunidad única. Si nos organizamos adecuadamente y asignamos a nuestros mejores cazadores a esta misión, podríamos acabar con los dire wolf de una vez por todas. Nuestra isla estaría libre de esa amenaza y nosotros seremos los Héroes.—
Alfred reflexionó durante un momento, sopesando los riesgos y las posibles recompensas. —Entiendo tu entusiasmo, Marc, pero debemos ser cautelosos. La caza de los dire wolf puede resultar más difícil de lo que imaginamos. Además, ¿qué hay del tesoro pirata que se rumorea que está escondido en la isla? No deberíamos pasar por alto esa oportunidad.—
Marc asintió con entusiasmo. —¡Exactamente! Si nuestros cazadores se embarcan en esta expedición para extinguir a los dire wolf, también podríamos aprovechar para buscar el tesoro pirata. Sería una forma de obtener recursos y abandonar este agujero de mierda.—
Alfred sonrió, cautivado por la idea. —Tienes razón, Marc. Podríamos convertir esta situación en algo beneficioso para todos. Sin embargo, debemos asegurarnos de que nuestros cazadores estén debidamente preparados y protegidos. No debemos subestimar ni la peligrosidad de los dire wolf ni la búsqueda del tesoro.—
Ambos se miraron con determinación en los ojos, sabiendo que estaban a punto de embarcarse en una aventura que podría cambiar el destino de su vida. Juntos, comenzaron a trazar un plan para reclutar y entrenar a los cazadores, así como para investigar más sobre el tesoro pirata oculto en la isla. Sabían que el camino por delante sería desafiante, pero estaban dispuestos a arriesgarse por su propio beneficio.