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Volumen 8: Capitulo 187

Luego de que el aventurero Zero les brindara información en la casa de Samay sobre los acontecimientos que sucedían en la capital del imperio Flamee. Michael, Sista y Lydia, se quedaron un par de horas más hablando con Samay y dialogando sobre un montón de cosas.

Durante las horas que estuvieron en la mansión de Samay, ellos entablaron buenas relaciones con los Brather.

Ya era de noche cuando los tres hermanos partieron de la casa de los Brather y mientras caminaban hacia la mansión de su familia Noble, Sista muy animada y alegre como era de costumbre, dice entre risas: "Quien iba a pensar que a Samay le gustaban las mujeres…Bueno, a mi también me gusta una linda y tierna hermanita."

Dijo esto ultimo mientras miraba de reojo a su hermana que iba a un lado.

Cuando Lydia nota que esas palabras iban dirigidas a ella, la tercer hija le responde con pocas ganas y sin interés…

"Ah... Está bien. Que te vaya bien con eso."

Sista, se sorprende con la respuesta de su hermana y segundos después nota que ella estaba muy sumida e sus pensamientos con un rostro bastante serio.

La segunda Hija de los Brizhan, al ver como su hermana pequeña estaba muy sumida en sus pensamientos, lo cual era bastante raro en Lydia, ya que su nueva faceta era muy alegre y comelona, causa mucha preocupación en Sista y debido a esto decide consultar con su hermano mayor, Michael, pero cuando le esta por preguntar algo, ella se da cuenta de que Michael tambien estaba muy sumido en sus pensamientos.

Ante esta situación, Sista se enoja e infla los cachete.

Luego agarra uno de los brazos de su hermana y después uno de los brazos de su hermano y los tira contra ella para despabilarlos a ambos de sus pensamiento y mientras lo hacía, ella gritaba…

"¡No me dejen hablando sola, malditos hermanos!."

En el momento en que ambos despabilaban, Lydia le grita a su hermana muy enojada "¡¿Qué Quieres?, Sista!." y Michael tambien le hecha una pequeña reprimenda a su hermana, pero a diferencia de Lydia, Michael vuelve a su estado pensativo, mientras que Lydia espera la respuesta de Sista por lo que acaba de hacer.

(Sista) "Tranquila, Tranquila…hermanita, solo quería saber en que estabas pensando."

Cuando Lydia escucha lo que su hermana mayor quería saber, ella se sonroja un poco y medita ~No puedo contarle que estuve a punto de darle un beso al aventurero que ella tanto ama. Además, tampoco puedo contarle que acabo de imaginarme cosas bastante sucias de Zero ¡Espera! Ahora no sé si llamarlo Zero o Yossu. Bueno, mejor de momento lo llamo Zero.~

~¡Maldición! También tengo que pensar en si aceptar o no la propuesta de Zero. ¡Porque el mundo es tan complicado!."

Cuando sale de sus pensamientos, se encuentra con la cara de Sista pegada a su rostro y esto mientras tenía los cachetes inflados en señal de enojo.

Luego de eso, Sista le dice a su hermana mientras aun mantenía su cara pegada a la de Lydia…

"Ahhhhhhh, lo volviste a hacer de nuevo. Te quedaste en tu pensamientos de vuelta."

"Odio cuando la gente no me presta atención."

Mientras su hermana mayor la continuaba criticando, Lydia pensaba de manera graciosa ~jajajajaj, siento como si yo me comportara como la hermana mayor….Jajaja…jaja…ja… Mejor ni lo menciono, porque si no, Sista se va a enojar mucho conmigo y me va a terminar matando.~

~Créanme, su fuerza es completamente abismal.~

Tras haber meditado en esto, Lydia le responde a su hermana que no paraba de quejarse desde hace un buen rato "No te preocupes, solo meditaba sobre..?"

De repente, Michael las calla a ambas con las siguientes palabras "¡Dejen de hablar!."

Lydia, un poco enojada con la forma en la que él le había hablado, le responde con el mismo tono "¡No me calles!."

A segundos de haber dicho esas palabras, Sista tambien la calla, pero en el momento en que Lydia tambien le iba a decir que no la callara, su segunda hermana le señala la mansión que estaba en frente y cuando la visualiza, Lydia nota que las luces de la mansión de los Brizhan estaban completamente apagadas.

(Lydia) "¡¿Qué supone que está sucediendo!"

"¡¿Por qué están todas las luces de nuestra mansión apagadas?!"

Habia dicho ella en un tono bastante fuerte

(Sista) "¡Habla mas bajo Lydia!."

"¿Qué es lo que piensas de esto, Michael?"

Dijo la segunda hermana en un tono bajo mientras se encontraban en frente la mansión Brizhan.

(Michael) "¡Esto es bastante raro! Jamas están las luces apagadas a la noche, es más, no deberían de estarlo."

"Lydia, aumenta el sentido de la vista y dime lo que ves, porque desde esta distancia no logro visualizar mucho la mansión."

Habia dicho el hermano mayor en un tono muy preocupado y hasta alterado.

Los tres hermanos se encontraban a lo lejos de su mansión observando lo que sucedía debido a que Michael sentía que algo malo sucedía en el territorio de su familia. La forma en la que se dio cuenta de que algo extraño estaba sucediendo, fue debido a que las luces de la mansión tanto por dentro, como por fuera, estaban apagadas. Por lo general, las de afuera y algunas de adentro tenían que estar encendidas por la noche. Sin embargo, en este momento las luces estaban completamente apagadas, tanto las de dentro, como las de fuera y esto se podía notar gracias a los grande ventanales que habia por toda la casa.

Cuando Lydia acata la orden de su hermano mayor, sin rechistar, ella aumenta sus sentidos de la vista poniendo su ojo en medio de un agujero que habia formado con su mano y en el momento que visualiza su mansión, ella no nota nada fuera de lugar. Sin embargo, con el pasar de los segundos, Lydia logra ver gracias a la Luz de la luna como una de las  sirvientas de la mansión, que corría de manera asustada, alterada y desenfrenada, es atravesada por la espalda con una látigo y luego el cuerpo es tirado con fuerza hacia la parte oscura de los pasillos en donde la luz de la luna no llegaba

Lydia, ante lo visto, se gira rápidamente y mira a su hermano para decirles las siguientes palabras en un tono bastante alterado y preocupado…

"Tenemos que movernos rápido a la mansión. Acabo de ver como alguien desde la oscuridad mato a una de las sirvientas de nuestra casa noble."

Michael, un poco preocupado, suspira y comienza a hablar de manera tranquila y con una sonrisa normal y muy rara de ver en el…

"Ah…Que molestia. Tenemos invitados en casa y parece que vamos a tener que mantenerlos dentro de la mansión para poder darles una buena bienvenida y luego echarlos a patada."

Unos segundos después de que el dijo esas palabras, Michael volvió a hablar, pero esta vez no lo hizo con su típico tono y rostro serio, sino que lo hizo con una sonrisa retorcida de felicidad que daba bastante miedo…

"Resulta que hoy no es un día bastante bueno para mi, así que viene perfecto para desquitarme un poco."

(Sista) "Oh, acaba de sonreír."

Dijo la segunda hermana muy impresionada.

(Lydia) "Pensé que mis ojos me habia fallado, pero parece que en realidad te acabo de ver sonreír."

Había dicho la tercer hija también muy sorprendida.

(Michael) "¿Por qué mejor no dejan de burlarse y vamos a acabar con esos malditos invitados? De seguro nuestro padre esta luchando bastante ahí dentro."

Dice el primer hijo, esta vez con un rostro serio como era de costumbre en el.

Lydia, al oír las palabras de su hermano mayor, corrige la idea de Michael sobre que sus dos hermanas se estaban burlando de él y ratifica que su impresión ante su sonrisa, era en realidad una gran sorpresa y no una simple burla, pero tampoco en ningún momento negó que haya sido una burla.

Una vez terminaron con esta conversación, los tres hermanos salieron corriendo a grandes velocidades hacia la mansión en donde vivían, cuando llegaron a las rejas metálicas que había alrededor de su mansión, ellos la saltaron sin ningún esfuerzo o problema.

Mientras se encontraban saltando la alta rejas con la luz de la luna a sus espaldas, su tez blanca brillaba de una manera muy preciosa y sus ojos rojos cristalinos se volvían a un mas brillantes con la oscuridad, mientras que sus cabellos completamente blancos, se movían de un lado para otro en el momento en que se encontraban en el aire saltando la rejas.

Sin duda, la Escena de estos tres saltado la reja con la luna detrás de ellos y con esos preciosos ojos brillando, era única. Parecían vampiros acechando a sus presas.

Los tres sabían que dentro de su mansión había alguien peligroso que buscaba matarlos. Sin embargo, ninguno iba con miedo, es mas, era todo lo contrario…

Michael, buscaba alguna forma de desquitarse debido a que la mujer que amaba ya tenia a alguien a quien amar.

Sista, simplemente quería diversión aunque no fuera buena peleando, ya que su especialización es curar.

Por ultimo, estaba Lydia, las mas emocionada y con ganas de divertirse entre los tres.

Ella de alguna manera sentía el placer de querer pelear. Lydia no se enfrentaba a ninguna persona desde días antes de que el juego Stelaris cerrara y ahora que poseía esas habilidades en un mundo real, ella deseaba probarlas a toda costa. Además, su instinto de player le hacía hervir la sangre de emoción y con ganas de enfrentarse a un duelo a muerte con alguien.

Pensar en eso, le causaba pura satisfacción y excitación al saber que se enfrentaría y divertiría como lo hacía en los viejos tiempos.

-Continuara-

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