A pesar de que el tiempo pasaba rápidamente en la mansión Xia, no había duda de que cada uno de ellos era alegre y emocionante. La repentina llegada de Lanyue y Dongxue no hizo más que condimentar la repetitiva rutina. Y antes de que Isaac lo notara, un trimestre había pasado.
Si alguien le pidiese resaltar lo más memorable en todo este tiempo, él colocaría la primera reunión entre su padre y su futura madre como lo mejor.
Ese día, la cabeza del clan Xia, luego de terminar su trabajo, pasó horas preparándose, para presentarse ante la enfermiza belleza siendo el mejor él posible. Tras terminar de bañarse y arreglarse, se dirigió a la habitación de la belleza enfermiza; vistiendo túnicas de seda aparentemente nuevas; en su conjunto de túnicas dominaban el blanco y el morado; incluso había sacado una corona de oro bastante lujosa que ni siquiera el mismo Qiye sabía que existía.
Cuando llegó ante Donxue y Qiye, incluso este último tuvo que admitir que su padre se había lucido; muy pocas mujeres podrían evitar no tener una buena primera impresión de él. Lamentablemente para él, su hijo había llegado un paso por delante, ejecutando su plan a la perfección.
Cuando Xia Hongyi apareció, la sincera sonrisa de Dongxue desapareció y solo lo recibió con un rostro inexpresivo y un aura cautelosa.
'Es más joven de lo que pensé, ¿habrá tenido a Qiye cuando aún era joven?' se preguntó ella mentalmente mientras su opinión de él como una persona irresponsable se fortalecía más y más.
"Señorita, déjeme presentarme, mi nombre es Xia Hongyi, actual cabeza del clan Xia y padre de Ye'er" se presentó el con tranquilidad y elegancia; una sonrisa relajada colgaba en su rostro y sus ojos tenían leves atisbos de preocupación al verla.
"Buenas tardes, cabeza del clan Xia; Creo que no es desconocido para usted mi situación actual, así que puede dirigirse a mí como Dongxue" se presentó con un tono formal y un rostro apacible, el cual puso a Hongyi ligeramente incómodo.
Cuando el hombre intentó cambiar de tema para relajar el ambiente tenso, Dongxue lo interrumpió sin cuidado
"Cabeza del clan Xia, se que Dongxue no es más que una extraña y mi opinión no debería importar, pero me veo obligada a estar en desacuerdo con sus deciciones"
"No me malentienda, estoy agradecida de que hayas decidido salvar mi vida. Pero debo decirle que su decisión de refugiarme en su hogar sin pensar en las posibles consecuencias, desconociendo por completo mi trasfondo, fué algo completamente irresponsable. Si llegara a ser que tenía poderosos perseguidores detrás, no solo usted sufrirá, sino que dicho sufrimiento se extendería a su amante e hijo" lo reprendió Dongxue con un tono severo.
"¿Amante? La señorita Dongxue debe estar malinterpretando algo, soy un hombre soltero" explicó Hongyi con ligera vergüenza, causando que Dongxue frunciera el ceño ligeramente.
Viendo cómo las cosas podían descarriarse, Qiye saltó cual comodín a echar a su padre una mano.
"Hermana Dongxue, padre no está mintiendo. Aunque es ciertamente triste, él nunca ha estado con una mujer hasta hoy en día" explicó Qiye.
"¿Qué hay de tí?" preguntó Dongxue, abandonando su rostro severo por uno ligeramente preocupado.
"Soy adoptado" reveló el niño mientras levantaba los hombros.
"¿Adoptado?" repitió la dama sin quererlo debido a la sorpresa.
"En, de hecho, al igual que con la hermana Dongxue, padre me recogió de entre la nieve en el camino de regreso a la ciudad. Así que podrías decir que somos iguales en ese aspecto jajaja" se rió el niño.
Esta revelación sin duda sorprendió a la joven, ella desde un momento pensó que su situación era un caso aislado, un simple capricho de Lord Xia quien simplemente la salvó por ser hermosa. Con esta nueva revelación, sus prejuicios disminuyeron ligeramente, más no habían desaparecido.
Aunque tenía serias ganas de preguntar sobre esta 'costumbre' de cuidar de personas tiradas a un lado del camino, se abstuvo de hacerlo.
A partir de ese momento, el resto de las charlas solo fueron comentarios formales e informativos para que Dongxue tuviese una idea de lo que le esperaría de ahora en adelante.
Por supuesto, no era como si Hongyi no quisiera profundizar su relación con la bella dama, pero simplemente, era imposible. Dongxue era como una gigantesca muralla de acero custodiada por cultivadores del reino profundo soberano; y el que luego de cada fracaso su hijo lo mirara con lástima y desaprobación mientras negaba con la cabeza solo apagaba más su deseo.
Y creo que no hace falta decir que Qiye disfrutaba gustoso cada fracaso de su padre, aún más cuando este se reflejaba en su rostro.
Al final, Xia Hongyi se retiró probando una derrota extremadamente amarga.
Isaac observó con gusto como la segunda parte de su plan comenzaba con buen pie.
De seguro te estarás preguntando en qué consiste este dichoso plan que incluso ha sido mencionado en el capítulo anterior.
Bien, pues antes de empezar, déjame pegar esta cosa.
*¡Pa!*
{(Alerta de spoiler)}
Bien, ya podemos continuar.
El plan que Qiye formuló tenía su base en una teoría que él había ideado luego de terminar de leer el capítulo N° 1354.
En dicho capítulo de ATG, tras la muerte de Yue Wuya por culpa del veneno soltado por la ruda de la tribulación del embrión maligno y el ascenso de Xia Qingyue; Yue Wugou se suicida, incluso a sabiendas de que su verdadera familia aún la esperaba en la estrella polar azul.
Isaac teorizó que la razón de esto es que sus seis años vividos en la estrella polar azul eran simplemente demasiado perfectos.
A pesar de haber caído herida en medio de un bosque en mitad del invierno, su suerte le sonrió mandandole un hombre que no dudo en cuidarla al punto de gastar de forma irracional la mayor parte de su fortuna en formas de curarla. Por si fuera poco, dicho hombre era realmente amable y atento con ella, siempre cuidandola y haciendo todo lo posible por alegrarla cuando se deprimía por su salud. Poco a poco se fue enamorando de ese hombre de ensueño y, luego de dos años, por fín se casaron; si bien la complicación del parto de su primera hija fue estresante, un amigo de su esposo saltó a salvarla, haciendo que solo pareciese un ligero mal momento en su buena vida. Luego de un año, otro hijo nació y, desde entonces, exceptuando su salud, sólo experimentó comodidad y felicidad.
No importa como Isaac lo mirara, eso no era una historia de amor, eso simplemente era un hermoso sueño, uno que, si fuera su caso, recordaría con cariño, pero ni de broma sería suficiente como para evitar su deseo de suicidarse. Y él estaba seguro de que eso mismo pensaba Yue Wugou antes de acabar con su vida, de lo contrario, tras ver a Xia Qingyue por primera vez, el deseo de volver a la estrella polar azul habría echado chispas en su corazón.
Por eso, su plan actual consistía en hacer la vida de Dongxue lo más real posible, haciendo que experimente dificultades, dolor, tristeza y arrepentimiento, además de los memorables momentos de paz y felicidad. Isaac haría que cada momento de felicidad que la mujer experimentara viniese acompañado del sentimiento de logro, de que realmente se lo había ganado.
En cuanto a como lo haría y que tan lejos llegaría, era algo que solo él sabía.
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Volviendo al primer párrafo…
Luego de tres meses, Dongxue se había acostumbrado a su nueva vida. A pesar de no poder moverse más allá de su cama sin la ayuda de un tercero; ella realmente disfrutaba de su estadía pues Qiye siempre la visitaba para hacerle compañía. Hablaban sobre muchas cosas, principalmente sobre el misterioso 'Mundo Pokémon'; el chico le contaba una leyenda sobre el fantástico mundo cada dos días, saciando su sed por saber de su cultura y deleitándose con la belleza de su música, la cual era personalmente interpretada por el niño.
Si había algo que sin duda eliminaría, eran los constantes intentos de Lord Xia (como lo había nombrado ella) por acortar su relación. Si las visitas de Qiye la hacían sentir relajada, las de Lord Xia hacía que sus sentidos se pusieran en alerta máxima, preparada para gritar por ayuda en el momento en el que el desvergonzado hombre intentara algo con ella.
Y sin que se diera cuenta, ese ciclo constante de presión y relajación la hacía sentir viva.
Isaac, por su parte, tampoco había sido perezoso durante este tiempo, había nivelado las profesiones que le eran posibles, intentando no despertar sospechas de nadie; por ello, solo 'Genio Médico' y 'Artista' habían subido de nivel; la primera alcanzó el nivel 3 luego de las clases prácticas de Lanyue, en cuanto a la última, debido a que Dongxue le pedía escuchar su flauta a menudo, había llegado a nivel 5.
Un descubrimiento que sin duda lo entusiasmó, es que Dongxue era un excelente mob para farmear puntos de experiencia, siempre que aplicaba sus artes medicas en ella, la experiencia se disparaba, y lo mismo ocurría con la música, aunque en menor medida. Lamentablemente, Lanyue no le permitía utilizar medicina avanzada en la frágil mujer, haciendo que su progreso sea mucho más lento en comparación.
Con este nuevo descubrimiento, Qiye se comprometió consigo mismo y sus notas en sus clases de medicina, anatomía humana, herbología, masajes y acupuntura aumentaron notablemente, haciendo que la barrera que intentaba inhibir su chinofarmer interior se adelgazara.
Y hoy…esa barrera se rompió.
Dentro de la biblioteca de la mansión Xia, sentada frente a una mesa con papeles, Lanyue no pudo evitar suspirar con resignación. Solo ahora entendía lo aterrador que era un genio del calibre de Xia Qiye.
Cuando lo descubrió aplicando lo aprendido en clase en la pobre belleza enfermiza, Dongxue, no lo reprendió, en cambio, se lo prohibió diciendo que su conocimiento era demasiado superficial y que a menos que terminara su plan de estudio inicial, no podía volver a practicar con Dongxue.
Ella pensó que con eso como motivación, el pequeño mostraría mayor interés por sus clases. Pero nunca esperó que el niño devorase su plan de estudios como una hiena hambrienta.
Ella había preparado un plan de estudios inicial que duraría dos largos años, plan el cual haría tener tendencias suicidas a los jóvenes genios de las sectas de primer nivel; después de todo, según las palabras de su antiguo maestro, solo con presión uno podía convertir el carbón en diamante.
Pero ni en sus sueños más salvajes imaginó que el niño lograría completar todo el plan de estudios en menos de 3 meses. Qiye no comía libros, los absorbía cual aspiradora; sólo con un vistazo podía recordar todo el contenido al 100 %; y si de por sí su brutal memoria no fuese suficiente, su talento en el área práctica no se quedaba atrás, mientras que los genios logran aprender a través de incontables éxitos y fracasos, el endiablado mocoso solo necesitaba tener éxito una vez para luego tener una tasa de finalización perfecta, a veces incluso jugaba con los métodos, mejorandolos y consiguiendo mejores resultados.
'Una vez que Senior Zi se entere de esto, sin duda pensará que su instinto no le había fallado' sonrió ella mientras bajaba las evaluaciones con calificaciones perfectas.
Mirando al niño frente a ella, que la miraba con ojos brillantes de expectativa, no pudo evitar resignarse.
"¿Puedo?" preguntó Qiye con un inocente rostro sonriente.
"…*suspiro* puedes" respondió Lanyue rodando los ojos.
"¡BIEN!" gritó Qiye emocionado mientras saltaba, se subía a la mesa y abrazaba con fuerza la sorprendida Lanyue. Solo para después soltarla y huir en dirección a la habitación de su hermana Dongxue.
Tras unos segundos, Lanyue se recuperó de la sorpresa, solo para poder ver la espalda de Qiye en la distancia, alejándose a la velocidad de un rayo.
'Que se esfuerce tanto solo para ayudar a la hermana Dongxue es ciertamente adorable' se rió ella mentalmente.
Mientras tanto, en la mente de Qiye.
Reunidos en un centro de mandos de alta tecnología, tres Qiye's chibi estaban parados frente a un trono hecho de acero. Cada Qiye, a pesar de tener el mismo rostro, era completamente diferente al anterior.
El primero de ellos, ubicado en la derecha, tenía su cabello rapado en los lados mientras que la parte superior se elevaba en picos. Sus ojos dorados tenían un brillo travieso y de su rostro colgaba una dulce e inocente sonrisa. Su vestimenta consistía en un par de gruesas botas militares de tonalidad caqui, unos pantalones formales hechos de jean de colór negro y una camisa morada con botones y costuras en tonalidad roja. Los dos botones más cercanos a su cuello estaban desabrochados, revelando parte de su pecho; y las largas mangas se habían arremangado hasta los codos.
El Qiye en el lado izquierdo era completamente opuesto al anterior; su largo y lacio cabello había sido arreglado, siendo sujetado por una coleta ubicada a la altura de su cuello, sus ojos eran puros, sin rastro de malicia; más su sonrisa estaba impregnada de tristeza. Este Qiye vestía un traje de esmoquin blanco, zapatos de color gris, camisa azúl y corbata plateada, además de portar una fedora blanca con una cinta dorada.
En cuanto al último, quien estaba en el medio, tenía su cabello completamente descuidado, sus ojos miraban hacia el vacío con aburrimiento y no sonreía en lo más mínimo. Sus ropas eran más simples, unas zapatillas deportivas negras, un pantalón algo suelto de estampado militar, una remera verde que decía 'Don't worry, be happy' y una chaqueta azul con rayas blancas.
Pese a lo anteriormente descrito, en el momento en que un Qiye chibi igual al del mundo real apareció en el trono, los tres se pusieron serios.
El Qiye principal se levantó y caminó en dirección a una sección oscura de la habitación; los otros tres lo siguieron.
"¿Realmente vamos a hacer esto?" preguntó el Qiye de blanco con cierta preocupación y descontento.
"Sí, se que puede parecer arriesgado, después de todo, tenemos más o menos 6 años antes de que Wugou despierte, pero si queremos tener mejores posibilidades a la hora de tratar con las cadenas de misiones, esta es nuestra mejor opción" afirmó Principal tras activar una puerta.
Frente a ellos, el muro se elevó, revelando una sala descontaminante.
"Aunque estoy de acuerdo con la idea, es mejor que tengas algo realmente bueno preparado" habló el Qiye de rostro inocente". como ese lunático nos contamine…" un escalofrío recorrió su columna vertebral.
"No te preocupes, esta vez voy a sacar el armamento pesado" afirmó Principal mientras el sistema comenzaba a descontaminarlos.
Cuando la descontaminación acabó, los cuatro entraron a una habitación con cuatro casilleros; tras abrirlos, se pusieron los trajes anti radiación que habían en ellos y se prepararon para atravesar la tercera puerta.
"Mierda, incluso yo siento que sería mejor que lo hiciéramos nosotros mismos" suspiró el Qiye vestido de forma casual.
"La última vez, Depresivo, Suicida y Loco atacaron a la vez y pudimos aguantar durante diez años" refutó Principal, tras lo cual, los cuatro entraron a una enorme habitación.
Enormes cajas de metal colgaban de un techo aparentemente inexistente gracias a gruesas cadenas blancas.
"La última vez que ÉL apareció, casi fuimos asimilados, incluso tú Principal, solo nos salvamos por pura suerte" protestó el Qiye de blanco aún con el ceño fruncido.
"La última vez nos tomó desprevenidos; Y esta vez no solo estamos preparados, sino que también tenemos algo que él quiere; con un poco de suerte, incluso podríamos conseguir un poderoso aliado" respondió Principal mientras tecleaba un código de 9 cifras.
Lentamente, las cajas de metal se separaron, dejando descender a una enorme caja que, al contrario de las anteriores, está fuertemente envuelta en cadenas doradas.
Cuando la caja tocó suelo, las cadenas se soltaron y de los recovecos de la puerta, tan finos como hilos, un miasma verde comenzaba a emanar.
Tras calmar su mente, Principal se acercó a la enorme puerta reforzada, y tras varios códigos, contraseñas y escaneos, la puerta comenzó a abrirse lentamente.
*¡¡¡WOOOONG!!!*
La puerta se abrió, dejando que el miasma verde inundara el lugar. Tras la puerta, había una pequeña sala completamente oscura, ninguno de los cuatro podía ver que había allí, pero estaban seguros de que seguir al pie de la letra la frase 'El ignorante vive Feliz' era la decisión correcta.
Pasos se dejaron oír.
De pronto, saliendo de la oscuridad, una figura humanoide vió la luz.
Este era un Qiye chibi completamente calvo, su piel era de tonalidad amarilla y su rostro poseía destacables rasgos asiáticos; vestía unas botas de campo, un overol azul y una camisa blanca; y en su mano derecha, portaba una azada.
Trás respirar el aire fresco del lugar, sonrió con obsesión.
"Mi momento ha llegado…"