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9: "Primera fase del plan: ¡Completada!"

La luna se cernía en el cielo disfrutando de la compañía de infinitas estrellas que, con su tenue brillo, la hacían resaltar aún más.

En una de las habitaciones de la lujosa mansión del clan Xia, una frágil belleza enfermiza se hallaba recostada en una suave cama, cubierta de suaves sábanas blancas y una espesa colcha de lana que protegía su fragil cuerpo del implacable frío.

La frágil mujer abrió lentamente sus ojos brumosos y los volvió a cerrar debido al insoportable dolor que abrumaba su cuerpo. 

(N/A: Si alguien tiene interés, la canción es la melodía de Lugia, de pokemon, aquí les dejo un link que recomiendo:https://m.youtube.com/watch?v=7R92n3imNww)

De pronto, una extraña y calmante melodía de flauta llegó a sus oídos; Por extraño que pareciera, esa melodía parecía calmar el embravecido mar de dolor, transformándolo lentamente en un lago calmo.

Aún con su cuerpo adolorido, tomó fuerzas para levantarse, buscando con su mirada la fuente de la hermosa canción.

Allí, recostado en el marco de una ventana entreabierta, tenuemente iluminado por la luz de la luna; vió a un pequeño niño que aparentaba tener cinco años; se hallaba vestido en túnicas ligeramente sueltas de tonos blancos y negros; su lacio cabello azabache con ligeros atisvos de rojo caía desordenado hasta llegar a su cuello, y un par de ojos dorado palido miraban en dirección al horizonte mientras soplaba en una artesanal flauta de bambú.

La vista era de otro mundo y la joven dama no pudo evitar encontrarla hermosa.

Lentamente, sus ojos se cerraron y una débil sonrisa floreció en su rostro mientras disfrutaba del sonar de la flauta, dejándose llevar por la corriente armoniosa; experimentando un anestésico placer acompañado de alegría y un tinte de tristeza.

Cuando la melodía se detuvo, la joven abrió sus ojos mientras escuchaba al niño soltar un suspiro lleno de nostalgia y anhelo, que, por alguna razón que no entendía, le hizo simpatizar con él, el sentimiento era parecido a encontrar un alma afín.

"Es una hermosa canción" pronunció ella mientras sonreía, tomando al niño por sorpresa.

"En, su nombre es 'Sonata a Lugia'" respondió él con una sonrisa.

"¿Lujía? Qué nombre más extraño" 

"No es Lujía, es Lugia, y es normal que lo encuentres extraño, es un nombre extrangero" el chico mintió a medias, evitando explicaciones innecesarias.

"Ya veo" asintió ella en entendimiento". De todas formas, esa tal Lugia debe de ser afortunada de que le dediquen una canción tan hermosa" dijo con ligero recelo, haciendo que el niño soltase una risa divertida.

"¿Qué?" preguntó la joven con confusión.

"Lugia no es una mujer, es una antigua bestia mezcla de un ave y dragón plateado, también es llamado 'El guardián de los mares' de una región olvidada" explicó el chico cual cuenta cuentos mientras se sentaba en la mesa frente a la cama.

"Suena a una historia interesante, cuéntame más" pidió la joven, olvidándose de su edad momentáneamente al actuar como una niña curiosa.

"Sus deseos son órdenes, señorita" se inclinó el joven para luego sentarse junto a ella y empezar a relatar su historia.

"Cuentan las leyendas que más allá del extenso y peligroso mar; se encuentra un continente llamado 'Región Kanto', donde los humanos conviven en armonía junto a pequeños monstruos. Esos pequeños monstruos vienen de todos los tamaños y colores, algunos son altos, imponentes y atemorizantes, mientras que otros son pequeños, esponjosos y adorables, también los hay aquellos que son hostiles a los demás, tanto con humanos como con los monstruos, pero son solo la minoría" describe el niño, logrando que la joven dama se interese aún más por este misterioso lugar.

"Dentro de las decenas de razas monstruosas, existen tres aves legendarias, también conocidas como el trío de aves. Moltres, el pájaro bermellón, quien domina el poder de las llamas y reina sobre la infernal Isla del Fuego; Zapdos, el cuervo dorado, quien con su control absoluto sobre la electricidad, se nombró rey de la Isla del Rayo, convirtiéndola en una tierra constantemente azotada por las tormenta,; y por último está Articuno, el fénix helado, quien posee un gran dominio sobre el hielo y es soberano de las frías tierras de la Isla del Hielo"

"Hay una leyenda que envuelve a estas 3 aves: se cuenta que cuando los 3 titanes luchen unos contra otros, si no son detenidos, el mundo se convertirá en ceniza. Los textos relatan dicha leyenda tal que así…"

"("No perturbes la armonía del fuego, el hielo o el rayo,

no sea que estos titanes siembren la destrucción sobre el mundo en el que choquen,

si viene el gran guardián del agua,

surgirá para sofocar la lucha,

su canción a solas fracasará,

y así la tierra en cenizas se convertirá,

¡Alabado sea el elegido!,

en sus manos a los tres habrá de juntar,

con sus tesoros combinados,

él a la bestia de los mares habrá de domar.)"

"Creo que no tengo que decir quién es esta bestia guardiana ¿verdad?" sonrió él.

"Es Lugia, ¿verdad?" respondió la joven dama, imitando la última palabra del joven.

"En, parece que eres una pequeña niña inteligente" asintió el niño, imitando a un viejo anciano que alababa a su menor; haciendo reír a la joven mujer, quien parecía hallar gracia en sus roles  invertidos.

"¿Puedes contarme más sobre esa maravillosa tierra?" volvió a preguntar ella con un tono esperanzado.

"Jojojo, por supuesto"

*

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*

*

*

Las horas transcurrieron mientras el dúo continuaba conversando. Mientras que el niño relataba historias y leyendas sobre Kanto y sus habitantes, la joven mujer no paraba de preguntar sobre esa tierra de fantasía, encontrandola cada vez más hermosa e inspirando un pequeño anhelo de conocer tal lugar; si bien era un deseo algo infantil, ella no pudo evitarlo.

Unas dos horas después, el niño había saciado la curiosidad de la joven mujer. Y esta no pudo evitar percatarse de un pequeño detalle.

"Hemos hablado durante horas pero aún no me has dicho tu nombre" reveló ella soltando una ligera risa.

"¡Cierto! ¿Dónde quedaron mis modales? Si la abuela Lin se enterase me regañaria durante horas" dijo el pequeño niño, quien procedió a levantarse y hacer una pequeña reverencia.

"Mi nombre es Xia Qiye, joven maestro del clan Xia" se presentó". Hermosa señorita ¿Sería usted tan amable de decirme vuestro nombre?"

"¿Mi nombre?" 

Fue en ese momento que ella se percató de un importante detalle, ella no recordaba su nombre. Tampoco recordaba quién era ni de dónde venía, su mente estaba llena de una bruma espesa que volvía difusos sus recuerdos.

"Lo siento, yo…no lo recuerdo" se disculpó ella ligeramente apenada.

"No hay problema, ya me esperaba algo así" reveló Qiye, tomándola por sorpresa.

"¿Sabes por qué no recuerdo quien soy?" preguntó ella con confusión.

"En, verás, mi padre y yo te hayamos de camino de regreso a nuestro hogar hace varios días. Te encontramos desmayada en mitad de la nieve, envuelta en ropas blancas manchadas de sangre" reveló Qiye, sorprendiendo y preocupando a la joven mujer, cosa la cual Qiye notó al instante.

"No necesitas preocuparte, aunque no sabemos exactamente qué te pasó…" mintió ligeramente Isaac, pues él sí sabía que había ocurrido"…si sabemos que tu fuerza vital estaba severamente agotada, hemos estado cuidándote desde entonces, esperando que despiertes. En cuanto a la pérdida de tus recuerdos, es algo completamente normal con tu condición actual; aunque lo que más debería preocuparte es tu fisico, con tu fuerza vital agotada de forma tan severa, dudo incluso de que puedas caminar unos pasos antes de quedarte sin aire" advirtió Qiye con cierta preocupación.

Al enterarse de ello, una pequeña pregunta se formuló en su mente, pero no se atrevía a preguntarle al niño delante de ella, sentía que sería muy descortés si la hiciera.

Al ver su vacilación, Qiye sonrió.

"No tienes que preocuparte, pequeña, puedes preguntarle lo que quieras al tío Qiye" aseguró él mientras inflaba el pecho con confianza y, con su mano derecha, golpeaba su pectoral izquierdo con confianza.

La joven no pudo evitar encontrar irónica la situación. Anteriormente, ella solo jugaba con el niño, dejándolo interpretar el rol de un mayor, pero en este momento, realmente se sentía como una niña pequeña, incluso se preguntaba si el adorable mocoso ante ella no era en realidad un viejo maestro disfrazado.

Aunque sus deducciones no estaban muy erradas, si bien Isaac no era un maestro, sin duda era un viejo.

Teniendo confianza con él debido a su excelente primera impresión, ella se armó de valor y preguntó.

"¿Por qué me salvaron?" 

"¿Por qué te salvamos?" preguntó Qiye sorprendido, sin duda no se esperaba esa pregunta.

"En, aunque he perdido mis recuerdos, sé que no existen los platos de arroz gratis en este mundo, nadie estaría dispuesto a salvar a un extraño mal herido en mitad de un bosque"

'Cierto, había estado tan centrado recordando el mundo pokemon que me olvidé de la mentalidad de los habitantes de ATG' se reprendió Qiye mentalmente, más no tardó ni un segundo en reformular su plan original.

"No sé porqué lo habrá hecho mi padre, pero yo lo hice por dos razones muy importantes" dijo Qiye con una sonrisa.

"¿Puedes decirme?" preguntó ella con ligera cautela.

"No hay problema" respondió él.

"Primero, te salvé por mi propio egoísmo, si te hubiese dejado a tí, una hermosa hermana mayor, abandonada en la mitad del bosque completamente malherida, estoy seguro de que me habría arrepentido" mintió sin tapujos mientras se cruzaba de brazos, mientras que interiormente se alababa por su rapidez mental.

La belleza enfermiza, por su parte, encontró ligeramente razonable sus palabras. A pesar de solo haberlo conocido hace unas horas, ella podía sentir que el pequeño niño ante ella, aunque era travieso, no tenía malas intenciones hacia ella. Debería estar alerta con su padre en el futuro, al menos, hasta que consiga ver si es o no una persona de fiar.

"¿Qué hay de la segunda razón?" preguntó ella con mayor confianza y verdadero interés.

"Bueno~, la segunda es ligeramente más complicada" él se rió torpemente mientras se rascaba la cabeza.

"Verás, mi padre lleva soltero desde hace mucho, y es mi deber como su hijo mayor el ayudarlo a conseguir su media naranja. Hermana mayor, no solo eres hermosa y tienes un aura elegante, incluso eres una mujer  agradable y amable. Debo admitir que, de momento, eres la mejor candidata. No necesitas sentirte presionada, puedes incluso negarte si quieres, solo espero que le des a mi padre una oportunidad" dijo el niño con un rostro avergonzado y suplicante.

'¡Así que ese era su verdadero objetivo!' pensó ella con disgusto; disgusto el cual no estaba dirigido a Qiye en lo absoluto, de hecho, ella creía que esto último era culpa de su padre.

'No solo recoge sin cuidado a una mujer malherida en mitad del bosque solo por su belleza, sino que incluso usa a su propio hijo para tener una oportunidad conmigo. Sin duda es una persona despreciable, poco responsable y cobarde' juzgó ella, recordandose permanecer siempre alerta cuando se encontrase con el padre de Qiye en el futuro.

Si Xia Hongyi supiera de los pensamientos de la joven dama, lloraría de la injusticia. Él solo se había sentido conmovido por su fragilidad y la ayudó sin motivos ocultos; era su hijo poco filial quien siempre andaba buscándole pareja,  incluso llegando a publicitarlo en folletos como un producto comercial.

"Espero que esto último no te moleste" dijo Qiye ligeramente avergonzado, sacándola de su mente, donde sus prejuicios hacia el padre del niño seguían aumentando.

"No te preocupes, Qiye, lo he entendido todo" aseguró ella con una sonrisa amable y segura.

"Me alegro de que sea así" él sonrió inocentemente.

 "Por cierto, con toda esta plática, me he olvidado que no recordabas tu nombre" rió él, logrando que la belleza enfermiza recordara ese pequeño problema, al cual no tardó en encontrar una solución.

"¿Qué te parece si me das un nombre? Eres mi benefactor, después de todo" sonrió ella con diversión y expectativa.

"Un nombre ¿Eh?" pronunció el joven Qiye con un rostro pensativo, hasta que de pronto, un foco se encendió en su cabeza y sus ojos brillaron.

"Debido a que te encontré en medio de la nieve de una fría noche de invierno ¿Qué te parece 'Dongxue'?" propuso el niño de ojos dorados con emoción.

"Dongxue…me gusta" sonrió ella con alegría.

"Bien, Dongxue será" se rió él.

Con ello, Qiye habló durante unos minutos más con Dongxue antes de tomar su flauta y despedirse de ella.

Ya había sufrido ayer por culpa de la noche de insomnio que pasó para aprender sus profesiones.

Ahora que había logrado su objetivo, era momento de ir a dormir; de lo contrario, la señora chancla vendría a visitar sus nalgas…otra vez. Y esta vez, para su pesar, la señora chancla venía acompañada de la fuerza de un Trono, por lo que era mejor evitar todo posible castigo.

"Dongxue, ya es tarde, que tengas dulces sueños" deseó el niño con una sonrisa picara.

"Que descanses bien, Qiye" lo despidió la frágil belleza enfermiza con una cálida sonrisa.

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