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Capítulo 41

Las palabras de la sombra habían afectado a Liam. No podía llegar a entender el poder que sostenía el Iluminado, pero eso hizo que entendiera la diferencia que había entre ellos. Es más fácil progresar cuando tienes un objetivo en mente y, desde hacía ya un tiempo, Liam se había estado moviendo a oscuras.

Tenía el referente de Dumbledore, sí, pero su maestro ya no estaba tan lejos de él en este momento. Había leído sobre un Reino desconocido por encima de la Corroboración del Camino, el Iluminado lo llamó Reino Ancestro, pero Liam no tenía forma de saber a qué punto quería llegar.

Con ánimos muy renovados, volvió a su entrenamiento.

Unos días más tarde, Liam se despertó sintiendo algo bastante sorprendente con su En. Voló hacia el Bosque prohibido, aunque no se adentró mucho pues no hacía falta. Lo que vio tenía sentido, en parte: dragones encarcelados que parecían bastante cabreados.

Por supuesto, que los tres campeones fueran cultivadores no había sido planeado hasta prácticamente el inicio del Torneo, por lo que cambiar las pruebas resultaría una tarea imposible debido al papeleo que conllevaría. Lo que realmente sorprendió a Liam fue que se las hubieran arreglado para conseguir dragones cultivadores.

Porque sí, los niveles variaban entre el Tercer y Quinto Pilar de la Recolección de Magia. Quizás había estado equivocado hasta ahora... era probable que la cultivación fuera algo innato de todas las bestias mágicas poderosas, si no fuera así sería imposible que hubieran encontrado no menos que diez dragones, cada uno de una raza diferente, que fueran cultivadores.

Luego pensó que esto podría ser más interesante de lo que había esperado, incluso antes de la tercera prueba en la que se enfrentarían los campeones. Fue divertido ver también a los dos directores extranjeros llevar a sus campeones para darles una ventaja al conocer la prueba, por supuesto sin tener ni idea de que los otros hacían exactamente lo mismo. Hagrid trajo a Harry, que miró con interés a los enormes dragones.

Liam se preguntó acerca de las jaulas que podían retener a semejantes monstruos, ¿quizás las había hecho Dumbledore? Liam no estaba seguro, pero de lo que sí estaba seguro era de que fuera quien fuera había hecho un buen trabajo.

Hubo uno en específico, un Colacuerno Húngaro, probablemente el mismo que le tocó a Harry en la historia original, parecía realmente fiero. Los cuidadores eran increibles, incluso si ninguno de ellos era un cultivador se las arreglaban para mantener a los dragones abajo. Todos eran magos de primera, Liam reconoció a Charlie Weasley, su parecido con Ron era impresionante.

Decidió que lo tenían todo bajo control, así que volvió al castillo para dormir un poco más antes de tener que ir a clases.

Días más tarde, todos en el castillo estaban alborotados... incluso más de lo normal. Por fin había llegado el momento de la primera prueba. Liam se sentó junto a Ji Ming en las gradas protegidas por algunos encantamientos mágicos que mejoró silenciosamente.

Sus barreras cada vez eran mejores, en este punto era probable que fuera el mayor experto del mundo en ellas; por supuesto no contaba con posibles cultivadores en el Reino Ancestro, ya que ni siquiera estaba seguro de que hubiera muchos.

Abajo, en el campo, había un enorme dragón verde que miraba a los espectadores como si fueran bistecs de la más alta calidad. Sin embargo no se movió, pues estaba cuidando huevos del mismo tono verdoso que él, aunque había uno dorado que resaltaba por encima de los otros.

Pronto, salió Fleur de la carpa en la que se habían reunido los campeones. Parecía un poco pálida, aunque su postura reflejaba resolución. Liam sabía lo que se sentía tener a un dragón con una base de cultivación superior a la tuya enfrente, así que no culpó a los tres campeones por estar nerviosos.

Fleur no tenía la varita en mano, hecho que confundió a buena parte del público. El galés verde rugió estridentemente y lanzó un auténtico mar de fuego. El público gritó, especialmente los alumnos de Beauxbatons.

La campeona movió las manos y erigió un escudo de aire que chocó contra las llamas del dragón, provocando un fuerte sonido de gong. Sin perder el tiempo, la chica levantó las manos y empezó a reunir magia, que pronto se convirtió en un chuzo de hielo que se disparó hacia el dragón.

La bestia levantó sus alas y despegó, evadiendo el ataque. Voló a buena velocidad hacia Fleur y le intentó morder, aunque falló debido a que la chica saltó hacia un lado. Disparó un par de chuzos más que lograron golpear al enorme reptil, puesto que no vio venir el ataque. La multitud vitoreó, aunque esos vítores cesaron cuando se dieron cuenta de que apenas habían logrado penetrar en la gruesa piel de la bestia.

Fleur chasqueó la lengua y, seguidamente, cerró los ojos. Si le faltaba poder, entonces tendría que pelear con estrategia. El dragon, al ver que la humana no prestaba atención, aprovechó para lanzar una gran llamarada que se movió a velocidades impresionantes hasta chocar contra el sitio en el que estaba la campeona de Beauxbatons.

Muchos estudiantes gritaron de horror al ver esto y empezaron a quejarse al jurado para que detuvieran esto, sin ningún resultado. Todos esperaban ver el cuerpo carbonizado de Delacour, pero no tardaron en darse cuenta de que la chica había desaparecido. La buscaron entre todos por el campo, pero no fue hasta que un alumno de Durmstran gritó "¡allí!" que descubrieron a dónde había ido.

La cabeza de Fleur sobresalía del suelo... al lado del huevo de dragón. Todos mantuvieron el aire al ver esto, algunos pensaron que había sido decapitada, pero eso se desmintió al ver que ambos brazos de la chica brotaban también del suelo y agarraban el huevo. El mismo dragon pareció quedarse boquiabierto un par de segundos antes de rugir terriblemente. Sin embargo, la prueba ya había terminado así que se abrió la barrera y entraron los cuidadores, que lo dejaron inconsciente a base de una larga serie de hechizos especializados.

Al entender lo que había sucedido, la multitud estalló en aplausos. Los jueces levantaron sus varitas con la puntuación. Le dieron un cuarenta y dos sobre cincuenta, le habían restado puntos porque, a la hora de esquivar las llamas hundiéndose en el suelo, se había llevado algunas quemaduras leves.

Aún así la chica parecía muy contenta y antes de salir hacia la enfermería miró hacia Liam y le sonrió, a lo que este le devolvió el gesto con un asentimiento. Había sido una estrategia, después de todo los dragones estaban especialmente preparados para que no pudieran luchar directamente contra ellos.

Limpiaron el sitio y pusieron nuevos huevos en el mismo lugar que el anterior, aunque esta vez eran rojos y dorados. Trajeron al Bola de fuego chino en su jaula y luego lo liberaron. El dragon se movió hacia el huevo protectoramente.

-Oh, he visto de esos antes -habló Ji Ming con entusiasmo, la primera prueba estaba resultando ser muy divertida y se alegró de haber venido a ver el Torneo -. Su agresividad no es muy alta, pero son extremadamente protectores con sus crías y huevos.

Liam tarareó distraído.

-Entonces esta batalla no podrá ser como la anterior, ya que el dragon no se alejará del huevo como lo ha hecho el galés verde -Liam reflexionó.

-De todas formas parece que es Krum, y ya sale -Ji Ming comentó.

Y tenía razón, el buscador búlgaro salió con aspecto sombrío al campo. El dragón lanzó un gruñido al verlo, pero no se movió ni un milímetro.

El campeón de Durmstrang, sin embargo, parecía haber pensado en una estrategia de antemano, porque inmediatamente puso las manos en el suelo. Un segundo más tarde, el campo empezó a temblar y resquebrajarse.

El Bola de fuego se tambaleó levemente ante esto, pero se recompuso casi al instante. De repente, una buena parte del campo explotó y pedazos de roca salieron volando por todo el lugar junto con humo.

Krum se movió rápido, se lanzó hacia el dragón rojo con la intención de pillarlo desprevenido. Hubiera funcionado de no ser por la bola de fuego en forma de hongo que lanzó de su boca. Krum saltó y evitó el fuego, de alguna manera saltando entre los pedazos de roca que flotaban, como si la gravedad hubiera dejado de funcionar.

Liam supo que el campeón de Durmstrang había usando un Encantamiento de Levitación masivo a todas las rocas que habían saltado del suelo con su primer ataque, fue bastante impresionante para un cultivador de la Recolección de Magia. Desde el aire, Krum creó una bola de fuego desde su mano y la lanzó al dragón, que contraatacó con fuego propio.

El resultado de la colisión quemó bastantes de las rocas y ahora Krum tenía menos lugares en los que apoyarse. Aún así siguió moviéndose de roca en roca, lanzando bolas de fuego que su adversario contrarrestó.

La batalla fue emocionante debido a todas las explosiones llamativas, pero Liam miró al suelo.

De repente, una bola de fuego, considerablemente más grande que las que había lanzado anteriormente Krum, salió del suelo hacia la cabeza del dragón, que tuvo que tuvo que moverse para evitar el ataque.

Entonces Krum controló una vez más las piedras voladoras restantes y se las lanzó al enorme reptil, que se cubrió con sus alas evitando con éxito cualquier daño. Aún así, eso le había dado el tiempo necesario a Krum para moverse rápidamente y agarrar el huevo dorado.

Una vez más toda la multitud estalló en vítores y los cuidadores de dragones entraron para calmar al enorme animal, que se había vuelto mucho más loco que el galés verde; no se calmó hasta que se dio cuenta de que el huevo dorado no era suyo.

A Krum le dieron cuarenta y cinco puntos. Aunque había sido más espectacular que la batalla de Fleur, también había sido mucho más larga, por lo que el campeón recibió más quemaduras que la chica. Aún así su estrategia de implantar una bola de fuego en el suelo junto con su primer ataque e ir controlándola mientras luchaba contra el dragón había sido bastante impresionante.

A Krum le dijeron que se fuera a la enfermería para tratar sus heridas, echó un vistazo a la carpa de campeones con una mirada interesada y luego declaró que prefería quedarse para ver al último de los tres.

Trajeron huevos de color cemento, parecían tan duros como eso mismo. Cuando finalmente llegó el dragón, todo el estadio supo que era diferente de los otros dos. Se paseó por la arena aparentemente tranquilo, sin embargo antes de que cualquiera se diera cuenta lanzó una llamarada de fuego extremadamente caliente a los espectadores.

El fuego desapareció en la barrera, sin embargo el Colacuerno húngaro pareció reír casi malévolamente al ver las caras aterrorizadas de los espectadores.

Segundos más tarde, entró Harry. Los ojos de Liam brillaron al ver que su alumno solo tenía el ceño un poco fruncido.

-Buena expresión -murmuró por lo bajo -. Muéstrame lo que has aprendido estos últimos días, Harry.

El joven Potter miró al poderoso dragón y este le devolvió la mirada. Entonces, Harry sonrió salvajemente.

Ji Ming sintió un escalofrío que le recorría la espalda.

-Uwah, lo estás transformando para que se parezca a ti -le dijo a Liam, que solo soltó una risita por lo bajo.

A diferencia de los dos anteriores campeones, Harry corrió de frente. El Colacuerno movió la cabeza y sopló una cantidad absurda de fuego que chocó contra el cuerpo del campeón de Hogwarts y levantó mucho humo.

Se quedaron todos en silencio, cuestionándose si el Niño que vivió había preparado algo. Sin embargo, no entendieron nada. Harry salió del humo enfrente del dragon aún con su sonrisa salvaje, levantó su brazo y, provocando un ruido que sonó como una bala de cañón, golpeó al dragón en la cabeza.

Fin del capítulo.

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